Por Ferran Camas Roda*.- / Abril 2019
Que el Partido de los Socialistas de Cataluña me haya elegido como candidato al Senado de España por la circunscripción de Girona en estas próximas elecciones generales del 28 de Abril, me ha motivado a releer aquellos autores socialistas cuyas novelas o ensayos más me han impactado. En este artículo me centraré en tres, aportando algunas de las ideas que aún hoy deberíamos retener como valores que han de marcar las nuevas políticas de la socialdemocracia. En primer lugar, el español Arturo Barea con su novela ‘La forja de un rebelde’, editada por Debate en el año 2000 (también trasladada a serie televisiva en los años 80 del siglo pasado, que a mi modo de ver debería ser repuesta). Posteriormente, Jean Jaurès, político francés asesinado en 1914, y su obra ‘De l’Education. Anthologie’ (editada en francés por Nouveaux Regards y Syllepse en 2005). Y finalmente, ‘El valor de la solidaridad’ (Libros del Innombrable, 2010), del primer ministro sueco Olof Palme, asesinado también hace 33 años.
La forja de un rebelde es una novela que, bajo la apariencia de ser la autobiografía del autor, retrata la historia del primer tercio del s. XX español hasta la guerra civil, y en particular por qué se llegó a esta gran tragedia, explicada a través de sus vivencias personales y las de su entorno familiar y social. Inolvidable es la parte en la que está discutiendo con un amigo, Ángel, obrero desempleado y de poca cultura, sobre los diferentes partidos y sindicatos en los que está dividida la izquierda, quién en pocas palabras le explica por qué es socialista: ‘…porque estamos hartos hasta la coronilla de esta cochina vida. Un buen día te pare tu madre, sin que tú te enteres de lo que ha pasado. Y cuándo te empiezas a enterar de dónde estás, de lo primero que te enteras es que tu padre está sin trabajo, madre esperando un hermanito y el puchero vacío’. Así empieza un párrafo en el que este trabajador desgrana una vida de subordinación, pobreza y desempleo, a la que solo ve como salida luchar todos a una bajo los principios del socialismo.
En relación a Jean Jaurès, asesinado mientras pedía a los franceses que hiciesen oídos sordos a los tambores de guerra que les conminaban a matar a sus hermanos de penalidades, los trabajadores alemanes, sería de mucho interés que su obra fuese difundida en España (conozco, en todo caso, la edición por Trama Editorial de un libro en el que se recogen 4 de sus discursos titulado: ‘Seamos laicos: Educación y laicidad’, de 2011). De l’éducation es una antología de los artículos y discursos políticos que tienen por objeto la educación y formación de los obreros, ya que Jaurès era, como yo, profesor. De sus escritos conservo una de las citas más preciosas para nuestra profesión, que libremente traducida por mí sería, que ‘no se enseña lo que se quiere; diría incluso que no se enseña lo que se sabe o lo que se cree saber: solo se enseña y solo se puede enseñar lo que se es’. El maestro y político socialista aboga por la obligación del Estado de crear un sistema de educación pública y laica como medio de progreso social. Especialmente son atrayentes para mí, como docente universitario, sus discursos sobre la universidad y la política, donde proclama la necesidad de que los profesores dispongan de plena libertad de pensamiento y no se vean delimitados en su labor por ningún tipo de burocracia, y derivado de ello, que aborden en su docencia los problemas políticos y sociales de cada tiempo y tomen partido por su resolución.
Finalmente, la lectura del ensayo de Olof Palme El valor de la solidaridad, constituye, ya empezando por su propio título, una fuente de inspiración para cualquier socialdemócrata, pero también un exquisito alimento espiritual para todo ciudadano con deseo de hacer mejor nuestro mundo.
El libro recopila discursos del primer ministro sueco sobre temas diversos como, por ejemplo, el por qué es socialista, la política, el medio ambiente, la paz mundial, el papel de Naciones Unidas e incluso el ejemplo de España ante el mundo tras su transición democrática. Yo solo quisiera centrarme en tres conceptos cuyo énfasis recorre todos sus discursos, que son la solidaridad, el humanismo y el trabajo. Olof Palme interrelaciona los tres conceptos, en particular cuando trata la cuestión de que todo avance económico y tecnológico no puede soslayar su dimensión humana. Como ejemplo de ello, es verdaderamente deliciosa la anécdota que cuenta sobre un viaje a Francia, donde observó como en un hospital, que contaba con un equipamiento mucho peor que el de su propio país, vio como ingresaban con una camilla a una anciana seguida de un enfermero que llevaba la jaula con su loro, cosa que era impensable en Suecia. Respecto del valor del trabajo, Olof Palme nos habla de que la mayor seguridad para las personas es el trabajo, lo que significa que la consecución del pleno empleo, con condiciones de trabajo de calidad, significa una mejora tremenda en la libertad de las personas.
Estos valores deben ser recordados y, sin duda alguna, transpuestos en la forma que sea necesaria a nuestra sociedad. He de reconocer la alegría que he sentido ante la lectura de un documento recientemente publicado de la fundación de estudios Friedrich Ebert Stiftung del Partido Socialdemócrata alemán, que pretende impulsar el Estado del Bienestar ante la nueva era en la que nos encontramos. ¿Saben cómo se llama esa iniciativa?, pues ‘Trabajo-Solidaridad-Humanidad. Un nuevo Estado Social para un Tiempo Nuevo’.
Según esta propuesta, el trabajo, la solidaridad y la humanidad han de ser los pilares básicos del Estado Social. A juicio de sus autores, el Estado por un lado, y los ciudadanos por otro, están ligados por derechos y deberes recíprocos, sin olvidar que las prestaciones del Estado Social son derechos sociales que asisten a los ciudadanos. Estos son titulares de dichos derechos, sin que puedan ser considerados de ningún modo como pedigüeños, lo que significa que el Estado el que debe salir al encuentro de los ciudadanos, y no a la inversa. Y supone, además, que el Estado Social es el que debe respetar a cada persona concreta y la situación vital en la que se halle. Para el documento que se está reseñando, cuyas ideas comparto plenamente, luchar por un Estado social como este
y hacer posible una nueva sociedad solidaria es la misión que debe presidir el ideario, la acción y el objetivo de la socialdemocracia.
- * Ferran Camas Roda es candidato al Senado en la circunscripción de Girona por el PSC en las elecciones generales del 28 de abril de 2019 y Catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de Girona.