Tres vectores marcan los objetivos de la inminente convocatoria electoral: Progreso social, Bienestar material y Concordia nacional. Tres son los potentes antídotos a oponer al proceso de demolición antidemocrática urdido por la involución. Una involución programada para acabar, precisamente, con el progreso, el bienestar y la concordia en una sociedad como la española, que supo conquistar unas libertades y un avance social que hoy se encuentran en peligro real y que, más que nunca, hemos de defender primero y extender después.
Nos jugamos mucho en esta contienda. El retorno al poder de quienes han dañado gravísimamente la legitimidad democrática mediante sus prácticas corruptas y su obsceno egoísmo privatizador puede desmantelar las conquistas sociales que tanto esfuerzo costó a tant@s conseguir: la Educación y la Sanidad Públicas pueden desaparecer del todo si el poder regresa a sus manos; la convivencia nacional puede saltar en pedazos y declinar hacia una conflagración civil si prosiguen en la mera histeria punitiva que tan irresponsablemente han adoptado.
Para impedirlo, será necesario aunar en el voto de las próximas contiendas electorales las energías cívicas de todas aquellas personas de buena voluntad que desde la sensatez, el sentido común democrático y el patriotismo constitucional perciben los riesgos que penden sobre nuestro futuro común.
Urge hacer un llamamiento a cuant@s han sufrido ya los devastadores efectos de la irresponsabilidad política, la misma que quiere impedir a toda costa las mejoras salariales básicas y los aumentos de las pensiones ahora decididos; la misma que desde el inmoral machismo que tan chulescamente exhibe se apresta a recortar de manera intencionada derechos adquiridos por las mujeres; la misma que desdeña las leyes que protegen a la mujer de la violencia y el maltrato. Es la irresponsabilidad que persigue, además, amordazar las libertades públicas y expoliar a manos llenas la riqueza nacional, como sigue haciendo sin devolver un céntimo de lo robado y privatizando lo que a tod@s nos pertenece.
Otro tipo de irresponsabilidad es exhibido por cuantos, olvidando la feraz diversidad de los pueblos de España, se obstinan en guiar a sus pueblos hacia el abismo de una estatalidad que bien saben resulta inviable.
Frente a tanta adversidad será preciso atenerse a un Programa Básico Consensuado que integre electoralmente a las gentes que desde posiciones de progreso y solidaridad, hasta hoy disgregadas, abandonen los respectivos enroques. Es preciso que se sumen al vigoroso caudal de voluntad democrática depositada en nuestra memoria y que la Historia de nuestro país nos pide a voces recobrar. Es tiempo de Unidad y de Consenso. De Sensatez y Cordura. De Diálogo Fraternal. De Esfuerzo, Dignidad y Cultura. Si somos capaces de reedificar una España de Progreso, Bienestar y Concordia, el futuro será de tod@s.