Nota de la redacción: Entreletras ha considerado de interés publicar el siguiente texto enviado a la redacción de la revista por las organizaciones sindicales, donde se solicita el voto en las próximas elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid para las opciones de izquierda sin mencionar a una fuerza política concreta.
Ante las elecciones regionales del 4 de mayo
Queremos hacer llegar a la ciudadanía madrileña, a sus sectores transformadores, las siguientes reflexiones.
En las elecciones del próximo día 4 de mayo están en juego cuestiones trascendentales como, por ejemplo, los servicios públicos, los derechos y libertades básicos para los trabajadores y trabajadoras, el fomento del empleo, la defensa de una transición ecológica y energética…
Para ello es vital la mayor movilización y nuestro voto a opciones progresistas de izquierda, feministas, defensoras de lo público y que incluyan en sus programas la defensa y ampliación de los derechos individuales y colectivos.
Las elecciones en la Comunidad de Madrid suponen una magnífica oportunidad para acabar con las políticas que han sido la verdadera seña de identidad de la derecha. Unas políticas que han empobrecido a las trabajadoras y trabajadores y a los sectores más vulnerables de la sociedad. Lo cierto es que, más allá de las maniobras propagandísticas, la abundante riqueza en Madrid no se redistribuye. Así lo demuestran 441.630 personas paradas, el 57,23% mujeres, un 35% de paro juvenil, más de 600.000 en situación de alta precariedad, 1.200.000 pobres y/o en riesgo de exclusión social, bajos salarios y un permanente desmantelamiento industrial.
Es el momento adecuado para revertir con nuestro voto, democráticamente, la terrible desigualdad que está creciendo de forma acelerada en nuestra región, para acabar con las colas del hambre que mayoritariamente tienen rostro de mujer, para terminar con el deterioro consciente de los servicios públicos y para denunciar el dramático abandono que sufren los barrios obreros, olvidados y abandonados durante 26 años por los gobiernos de la derecha, barrios que carecen de las imprescindibles infraestructuras sanitarias, culturales, educativas y que adolecen de una política adecuada de vivienda.
Isabel Díaz Ayuso ha gobernado con su gobierno títere y sus políticas ineficaces y demagógicas contra la clase trabajadora y los sectores más vulnerables y desprotegidos de la sociedad madrileña. Ha despreciado al personal sanitario que nos ha cuidado durante la pandemia; al personal de residencias que ha cuidado de nuestros mayores y al personal de servicios esenciales (del comercio, hostelería…) todos ellos colectivos muy feminizados, ha abandonado la educación pública y ha impulsado la segregación escolar. No ha invertido nada en mejorar un transporte público abarrotado; ha fomentado que haya alquileres desorbitados y que el parque de vivienda pública sea el más escaso de España; ha dado comida basura para los niños de familias vulnerables y ha criminalizado la pobreza. Ha demonizado el feminismo, a la vez que reducía drásticamente las políticas de igualdad y de lucha contra la violencia machista, no ha gastado el fondo del Pacto de estado contra la Violencia de Género por su alianza con la extrema derecha, y ha dado alas al discurso negacionista, machista, homófobo y xenófobo de la extrema derecha.
En las últimas décadas, los gobiernos de derechas del PP, con el apoyo reciente de Ciudadanos y VOX, han gobernado para enriquecer aún más a las capas privilegiadas, grandes patrimonios y rentas y al empresariado más corrupto y menos competitivo. Y lo han hecho transfiriendo ingentes cantidades de dinero en forma de regalos fiscales y privatizaciones. A cambio, han realizado dramáticos recortes del gasto social y han reducido los salarios. Sin olvidar la rampante corrupción de la política regional, de la que la Caja B del PP y la trama Gürtel han sido sólo dos ejemplos. Su política fiscal es, además, una auténtica y dramática tomadura de pelo que favorece a los que más tienen y perjudica al resto.
Unas políticas que, contando con la complicidad de los sectores empresariales más reaccionarios, han empobrecido a las trabajadoras y trabajadores y han deteriorado el sistema productivo convirtiendo a la Comunidad de Madrid en una de las regiones con mayor brecha salarial entre hombres y mujeres, que según la Agencia Tributaria se sitúa en el 25,47%.
Necesitamos, y lograremos con nuestra movilización y voto, un Gobierno decente, progresista y feminista que proteja a las trabajadoras y trabajadores, que cree puestos de trabajo, que defienda el empleo estable con salarios dignos y con derechos; que desarrolle políticas sociales y refuerce los servicios públicos como derecho de la ciudadanía; que apueste por un modelo productivo que recupere peso industrial, que luche por la transformación social del cuidado basada en la corresponsabilidad social y en la justa valoración económica y social, cualifique el turístico y el de los servicios, apueste por la investigación y el desarrollo así como la sostenibilidad ecológica. Que reequilibre y cohesione social y territorialmente la región y apueste por la igualdad. Y que, para lograrlo, aproveche el impulso de reconstrucción después de la pandemia.
Es la hora de que la clase trabajadora, y los hombres y mujeres progresistas y de izquierda de esta región, digamos basta y votemos masivamente convenciendo a familiares, amigos, amigas, compañeros y compañeras de trabajo de que acudan a las urnas el próximo día 4 para defender nuestros intereses. La clase trabajadora, ahora con el voto, vuelve a ser esencial para el cambio, como lo está siendo en la pandemia y como lo fue en la conquista de las libertades democráticas.
Por eso trabajadoras y trabajadores, sindicalistas de los pueblos y ciudades de la Comunidad de Madrid, os convocamos a que el 4 de mayo votéis a la izquierda
En una democracia la ciudadanía defiende los derechos y libertades con el voto. Si queremos una Comunidad de Madrid que practique políticas sociales, que preste apoyo a la Cultura, que cree puestos de trabajo decentes, respaldemos a aquellas opciones que defiendan la igualdad, la justicia social y que doten a nuestras ciudades, pueblos y barrios de los servicios públicos imprescindibles que garanticen la calidad de vida que nos merecemos.