noviembre de 2024 - VIII Año

De la caverna a la ‘mediocracia’, en Argentina

Por Carlos Salvador Cardello Cantini*.- | Diciembre 2017

MacriMauricio MacriLas elecciones a nivel nacional en 2015 dieron como ganador por balotaje al Ingeniero Mauricio Macri. En ese momento yo cumplía mi primer año en Barcelona y lo que había sido un salto al vacío lentamente se convertía en una gran decisión. Comencé a leer los periódicos argentinos, españoles y de otros lugares del mundo desde otra perspectiva. Advertí con más claridad las consecuencias de la unión de los grandes medios de comunicación replicando una sola voz. Escuché lo que había llegado hasta aquí del gobierno de Cristina Fernández y lo que se pensaba de Mauricio Macri. Fui entendiendo cómo el sistema crea imágenes a gusto y piacere de lo que necesita y alimenta a una sociedad que busca refugiarse en un pensamiento conocido. Pero por sobre todo, noté cómo los medios necesitan y acrecientan riesgosamente la polarización social.

He vivido el proceso independentista como alguien que es parte de la sociedad catalana pero que no siente el peso del contexto histórico. Los fanatismos no han logrado capturarme e intento ver con ojos críticos lo vivido. Extrapolo lo sucedido en Cataluña a lo que se vive en Argentina. Más precisamente a mi propia postura a veces fanática, donde esa delgada línea que divide la razón de la emoción desaparece, donde la polarización nace y engulle a una sociedad partida. Por eso mi día comienza leyendo Página 12 (Diario Argentino), una de las pocas voces disidentes al gobierno, fundado por, entre otros, por Jorge Lanata, un periodista que mutó su discurso de una manera exagerada.

En aquellos días Lanata criticaba con vehemencia al grupo Clarín y hoy es la cara visible del mismo. Al terminar de leer Página 12, inmediatamente leo Clarín, La Nación y el Diario Los Andes, todos con un perfil similar; Clarín y la Nación a nivel nacional y Los Andes (parte del Grupo Clarín) de mi querida Mendoza. En ese momento comienza el ping pong de noticias.

Jorge Lanata02Jorge LanataLas mismas cosas que leo en Página 12 las veo desde el punto de vista de Clarín y los demás. Noto que las noticias que uno no quiere mostrar las publica el otro y viceversa. En cierta medida es gracioso, sino fuera por el hecho de que juegan con cosas que no tienen repuesto, diría Joan Manuel Serrat. Que Macri abusa de los DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia de Argentina); que mete presa a Milagro Salas; que tumba la Suprema Corte; que perdona una deuda millonaria al padre de Macri; que permite que su familia y amigos blanqueen capital; que su gobierno hunde al país en la deuda; que Santiago Maldonado ( activista popular que se solidarizó con la causa de los indios Mapuche) desaparece sospechosamente con la presunta intervención del gobierno y sus fuerzas policiales, etc. Por el otro lado aparece la corrupción ‘K’ (como a pasado a ser conocido el movimiento pro Kirchnerismo), José López tirando maletas llenas de millones de dólares en un convento; que Cristina no ha podido fundamentar su fortuna; que Julio De Vido (Diputado nacional Kirchnerista) robó; que Amado Boudou (Vicepresidente Argentino y compañero de fórmula de Cristina Fernández de Kirchner) compró un coche de manera ilegal; que Florencia Kirchner tiene millones, etc.

Anoche escuchaba una conferencia sobre IA (Inteligencia Artificial) y el mundo que se nos viene o mejor dicho, que nos rodea. Pude reflexionar que hoy tenemos al alcance de cualquier presupuesto muchas tecnologías que simplifican la vida y que nos ayudan a vivir mejor. Sin ir más lejos, en el bolsillo cargamos con un pequeño ordenador que nos conecta, nos entretiene, es una ventana y un espejo, no es más que nuestro querido móvil. ¿Pero realmente qué ganamos con la tecnología? ¿Ganamos tiempo?. Tiempo que podemos invertir en otras cosas mejores y más interesantes. Por ejemplo algo tan simple y necesario como pensar, reflexionar y conocernos. Pero ¿realmente pensamos y reflexionamos más?

En el siglo IV a. C. Platón escribía la República y en su líneas definía una de las tantas piedras con las que tropieza la humanidad de manera constante. Vivimos dentro de una caverna y estamos muy a gusto. Salir de ella y ver el sol, duele. La alegoría de la caverna plantea la desazón de la ignorancia y el desafío de la sabiduría. Nos molesta ver la realidad, nos arden los ojos al ver que estamos equivocados. Nos duele saber lo pequeños que somos y lo poco que sabemos. Ahora tenemos tiempo pero no lo usamos en pensar, en reflexionar y conocernos, en mirar la realidad en la que vivimos como sociedad (cada día más globalizada) y a la vez como individuos cada día más anónimos y, lamentablemente, más egoístas.

En Argentina, como en el mundo, seguirán ganando las elecciones quienes más poder tengan, quienes manejen los medios o mejor dicho, a quienes los medios manejen. Ya lo vivió el ex Presidente Raúl Alfonsín y tuvo que entregar el gobierno por adelantado a un riojano de patillas salvajes que dejaría al país con un agujero más grande que la Patagonia.

MagnettoHéctor MagnettoEn esa misma época quien manejaba los hilos del grupo comunicacional más grande de Argentina, Héctor Magnetto, decía que ‘ser presidente de la nación era un cargo menor’. La clase media mantuvo una falsa realidad auspiciada por el neoliberalismo y mantenida por la privatización del estado. Hasta el día que todo explotó y que parte de la clase media desapareció, ni hablar de las clases más vulnerables.

Según los medios que leo, la mitad de mi país piensa que es correcto pagar tarifazos (aumentos desmesurados de tarifa); está de acuerdo con las políticas nacionales gestionadas por el nuevo Macrismo; a favor de ampliar la deuda; acepta que CEOs de empresas sean los ministros; hacen caso omiso a los Panamá Papers y los nuevos Paradise Papers; piensan que Santiago Maldonado se ahogó solo; que los derechos humanos no sirven y varias cosas más. La otra mitad cree que a Santiago Maldonado lo mató la Gendarmería y que la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, debería renunciar por esto; que Cristina Fernández hizo todo bien; que no hubo corrupción; que el gobierno anterior era más patriota; que no había pobr
eza; que la inflación no existía y varias cosas más. La realidad es que en las últimas elecciones a senadores y diputados nacionales, la sociedad apoyó al modelo vigente y en algunos casos se ganó por amplia mayoría. ¿Cuánto habrán tenido que ver los medios? La respuesta es directamente proporcional al poder que tienen.

Vivimos en un mundo donde cada día hay más tiempo para nosotros mismos y donde las tecnologías nos hacen la vida más fácil. Intentemos salir de la caverna, mirar al sol, detenernos un momento a reflexionar. Pensemos realmente qué sucede a nuestro alrededor, hagamos el ejercicio de profundizar y analizar. Generemos nuestra propia voz. Descifremos la muchas ‘realidades’ que coexisten. Cuestionemos todo. No repitamos como loros lo que los medios dicen. Abramos los ojos, suframos la ignorancia y sobrepasemos el malestar. Estoy seguro que será para mejor.

* Carlos Salvador Cardello Cantini, argentino radicado en Barcelona, es escritor, publicista, Experto en Creatividad y Planificación Estratégica.
 
 

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