En recuerdo de Carlos López Riaño
Allá por el año 2005 se estrenó una película de Robert Guédiguian, perfecto conocedor, por vivir en Marsella, de la evolución del voto Le Pen a partir de las mayorías comunistas, titulada “LE PROMENEUR DU CHAMP DE MARS”, que narraba la historia de un joven periodista que desea hacer las memorias de François Miterrand, un poco antes de su muerte. La peli tiene un especial interés por el personaje, por las cosas que dice y por los análisis que pone sobre la mesa, pero en las páginas de comentarios de películas, como es el caso de fillmaffinity, seguidas mayoritariamente por jóvenes, la misma tiene abundantemente los calificativos de aburrida, peñazo e insoportable.
Sin embargo, en la actualidad, la serie televisiva Barón Noire, aunque pura ficción, ha tenido un éxito indudable, por contar con la participación como guionista de Eric Benzekri, que estuvo mucho tiempo en el PS y da la sensación de alimentar la historia con su experiencia.
Ségolène Royal, que entró en el Partido Socialista de la mano de Miterrand, pronunció un discurso emocionante cuando fue elegida candidata oficial para enfrenarse a Sarkosy, que la ganó en la segunda vuelta. En ese discurso marcaba una línea claramente socialdemócrata con aportaciones al ecologismo y al feminismo de un gran calado. No fue posible la victoria, y la extrema derecha ya empezaba a sacar buenos resultados. Tampoco ha sido posible ahora, a pesar de que la candidata era la Alcaldesa de París con otro buen planteamiento socialdemócrata y ecologista.
Conviene no pasar por alto que si un partido quiere adaptarse a nuevas estrategias ese es el Partido Socialista francés, que viene de una refundación en el 69, otra del 2017 con Rachid Temal y otra en el congreso de Aubervilliers, con una estructura participativa basada en corrientes. Recuerdo solo algunas: la línea clara, nueva voz, izquierda socialista, unidad y refundación, nueva izquierda, democracia y socialismo…, osea que por “papeles” y reflexiones no habrá sido
… Y llegó Hollande, con su “pacte de responsabilité” que supuso un distanciamiento de sus propias bases, perdiendo el partido en las municipales el control de muchas ciudades y pueblos. Tras las municipales Hollande sustituyó al primer ministro Jean Mare Ayravet por Manuel Valls, para contener el descontento de las políticas de inmigración, a pesar de lo cual obtuvo otro revés en las elecciones al Parlamento Europeo, sacando el Frente Nacional unos excelentes resultados en los distritos obreros del norte, que en otro tiempo habían sido de socialistas y comunistas.
Con Hollande se estaba perdiendo lo que quedaba de sus bases obreras. Sin embargo siguió cumpliendo los requisitos de BCE y emulando las políticas laborales alemanas, cuando el desempleo crecía por encima del 10%. Hollande fue presionado para que redujera el déficit hasta el límite del 3% y optó por dar un giro a su política. Las políticas de ajustes como consecuencia de la crisis desembocaron en las protestas de las “nuit debout”. Para entonces el politólogo Pascal Perrimau decía que entre los franceses que están profundamente preocupados por su seguridad y que expresaban inquietud por el Islán, el Frente Nacional había alcanzado cuotas muy elevadas de porcentaje. Y Laurent Bouvet, que la clase media estaba atascada entre el miedo de pagar por el desempleo, y el miedo a los inmigrantes que ponían en cuestión los servicios públicos.
Jean Jaurès, el famoso dirigente socialista, decía que hay que partir de lo real para ir a lo ideal. Ante las dificultades de la democracia, hay una parte de la sociedad que reclama soluciones. No las hay, pero eso da igual, parece que a una mayoría solo les valieran las soluciones antiguas del nacionalismo y el autoritarismo.
No me resisto a colocar la solapa del libro de Tony Judt que con el título de Algo va Mal leímos muchos socialistas justamente allá por el 2010 antes del auge de la extrema derecha. «Hay algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy. El estilo egoísta de la vida contemporánea, que nos resulta «natural», y también la retórica que lo acompaña (una admiración acrítica hacia los mercados no regulados, el desprecio por el sector público, la ilusión del crecimiento infinito) se remonta tan sólo a la década de los ochenta. En los últimos treinta años hemos hecho una virtud de la búsqueda del beneficio material hasta el punto de que eso es todo lo que queda de nuestro sentido de un propósito colectivo».
«¿Por qué nos hemos apresurado tanto en derribar los diques que laboriosamente levantaron nuestros predecesores? ¿Tan seguros estamos de que no se avecinan inundaciones?», se pregunta Judt, uno de los más importantes pensadores contemporáneos. Rechazando tanto el individualismo extremo de la derecha como la desacreditada pose retórica de la izquierda, Judt nos desafía a oponernos a los males de nuestra sociedad y a afrontar nuestra responsabilidad sobre el mundo en que vivimos.
Vivimos en clave populista. Ayer* murió el socialista Carlos López Riaño, ¿le conoce algún joven? ¿le recuerdan los no tan jóvenes? Pues eso.
*Carlos López Riaño falleció el pasado 15 de abril de 2022