marzo de 2025

LAS NEGRITAS DE ANTONIETA / Seis claves para un debate (ocho de marzo)

Aún pesa mucho el género: tal vez ser estimada como una posible “presa sexual” en el escenario social, o simplemente ser vista como una hembra en la arena pública. [1]

Carmen Iglesias

En el recuerdo y en el afecto, estas colegas con las que he teorizado durante años el cambio social de las mujeres en la sociedad española y en el mundo occidental, sus avances y retrocesos, sus luces y sombras. Toda una aventura apasionante para el conocimiento y la acción social.

Dedico mis negritas a Celia Amorós, Marina Subirats, Rita Radl, Pilar Pérez Fuentes, Isabel Morant, y a tantas otras estudiosas de hombres y mujeres en sociedad, desde sus respectivas disciplinas.

SEIS CLAVES PARA UN DEBATE

Sintetizar es una tarea de primer orden en el trabajo intelectual. Sintetizar es definir, he dicho a mis estudiantes, con frecuencia. Aquí lo hago yo, en el entendido de que estas claves remiten a una extensa obra sociológica en la que están desarrolladas y analizadas ampliamente y en su complejidad.

  1. CABEZA MODERNA / CORAZÓN PATRIARCAL

En síntesis apretada: la cabeza es moderna, y el corazón con toda su carga emocional sigue siendo patriarcal. Una especie de “esquizofrenia” de la vida social. La cita siguiente es muy expresiva de lo dicho:

“Así hemos generado un mundo de esquizoides, en el que se invita a las mujeres a estudiar como leonas y vestir como panteras” (Gabriela Cañas, El País)

  1. EFECTO PENÉLOPE

Llamo a esta paradójica reproducción de lo social, el efecto Penélope: unas instancias sociales “destejen” lo que otras “tejen” en pro de la igualdad.

  1. SÍNDROME DE LA ABEJA REINA

El “síndrome de la abeja reina” es sacar partido de la exclusividad de ser única y no desear ni ayudar a que otras mujeres accedan al poder.

La abeja reina es única en la colonia, mientras que las abejas obreras son la mayoría y trabajan al servicio de la primera. Cuando la colonia se hace demasiado numerosa, nacen nuevas reinas. Al nacer la primera reina, la colonia se desdobla y una parte emigra con la vieja reina. (Se trata de conservar la diferencia y el elitismo, podríamos decir, aplicando el ejemplo de las abejas a nuestro tema).

  1. LAS SANCHAS

El ceremonial del poder (ceremonial de la masculinidad por excelencia, el juego de lo “serio”) ellas no lo tienen aprendido, como recién llegadas al poder que son. Además, están prestas a dimitir del gobierno de Barataria, cuando acecha el conflicto.

Mientras, los hombres se aferran denodadamente al sillón y al cargo.

  1. EFECTO HALO

Al focalizarse la atención sobre una autora en concreto, se provoca:

1) Un obstáculo al conocimiento, en general. 2) Centrar la atención en un punto, crea un halo que borra toda la otra realidad. Vr. gr.: la luz de un flexo ilumina mucho un objeto y borra todo lo otro a su alrededor. 3) Este efecto hace perder realidad de presente, o sea, sobre el espacio actual y, sus actores, y también se pierde realidad temporal, sobre el pasado. Estas son dos dimensiones derivadas del efecto halo.

  1. GENEALOGÍAS SÍ / PARÁLISIS NO

Una tensión entre pasado y presente. Todo lo que se ha hecho de rescate de las escritoras que nos han antecedido, ha sido justo.

No debemos caer en un cierto necrologismo. Debemos descubrir gente nueva, el siglo XXI avanza vertiginosamente. Rescate genealógico sí, decadencia no.

* * *

TIEMPOS DE GUERRA / TIEMPOS CONVULSOS

Deseo terminar la columna de hoy, con este poema mío que es un alegato contra la guerra y un canto al pacifismo que alberga el corazón de las mujeres.

NOSOTRAS NUNCA ESTUVIMOS ALLÍ

Leo la historia cruel del Siglo Veinte, su barbarie.
Veo hoy, las imágenes de Ucrania,
Israel y Gaza.
Siempre la misma guerra,
siempre los mismos hombres
broncos, agresivos, vociferantes.
De un bando o de otro, siempre el olvido de la vida,
siempre el adiós a la paz.
Nosotras nunca estuvimos allí,
en aquella locura,
en aquella crueldad,
en aquella sinrazón, en aquel desperdicio,
en aquel odio,
en aquella tremenda destrucción,
en aquella ruindad,
en aquel arrasamiento de vida,
en aquella baldía bancarrota del amor.
Nosotras nunca estuvimos allí.
Nosotras, hiedras fuertes,
inmensas enredaderas, salvamos escollos,
trepamos por paredes imposibles,
agarramos clavos ardientes.
Salvamos la Vida.

¡Ah, sagrado posibilismo de las mujeres!
Nosotras no apostamos por el todo o nada,
ni al blanco o negro, ni al jaque mate del poder.
Jugamos a la vida,
creemos en la vida,
y la vida no es dogma.
Nosotras, las valientes,
hacemos la vida posible en un mundo de hombres.

[1] Carmen Iglesias (conferencia, Madrid, 15-XI-01). C. Iglesias es una brillante pionera de la presencia femenina en esferas tradicionalmente masculinas.

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Archivo Entreletras

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