septiembre de 2024 - VIII Año

Hispanoamérica y una justicia pendiente

1.- El nombre:

Al abordar el tema de Hispanoamérica hay que empezar por lo básico: reivindicar el nombre con que designamos la realidad histórico-cultural a la que nos referimos. No es tolerable que se utilice el nombre de “Latinoamérica”, porque es un invento francés, imputable a Michel Chevalier, que lo utiliza por primera vez en 1836, cuando contrapone el concepto de una América culturalmente latina, espiritual y altruista, con relación a otra América culturalmente anglosajona, materialista y esclavista. Posteriormente, a partir de 1850, las élites afrancesadas  comenzaron a usar el sintagma “América latina” para referirse a aquello que, hasta entonces, se había denominado “América hispana” o “América española”.

El gran difusor del término fue el poeta chileno José María Torres Caicedo, de quien el historiador argentino Marcelo Gullo dice: no sólo vivió en Francia, sino que vivió de Francia…, después que se instaló en Paris, en 1858, y comenzó a dirigir la revista Correo de Ultramar, órgano de propaganda de Napoleón III. Torres Caicedo sólo utilizaba el sintagma América latina. Es obvio que el gallo francés, propenso a cacarear, no podía tolerar que un continente proclamara orgulloso su españolidad.

Así pues, hoy tenemos que reivindicar hasta el nombre. Si consentimos que nos roben el nombre, no podremos asombrarnos de que también nos arrebaten la verdad.

2.- Descubrimiento:

América fue descubierta por Castilla, región constructora de España en el territorio europeo y, simultáneamente, constructora de la España de América. Fue un descubrimiento, gracias al genio político de una mujer singular, Isabel I de Castilla, que intuyó, al vuelo, que había que desarrollar un proyecto de acogida para aquellos territorios y sus gentes. Descubrir algo se logra cuando se enriquece la conciencia.

Si la conciencia queda impasible o inerte, dijéramos que la persona se encontró algo, se topó con algo sin importancia y continuó su camino igual de obtuso, o absorto, tal como venía siendo. Un encuentro casual no mejora la condición de los protagonistas, ni modifica su ritmo y estilo de vida. Tras un encuentro, el pensamiento, el modo de vida y los sentimientos de quienes se encuentran no experimentan alteración alguna; todo sigue igual.

En cambio, el descubrimiento es transformador, cambia la vida y la cosmovisión del descubridor y la significación y sentido de lo descubierto, porque se trata de una inseminación mutua. Isabel I no sabía aún que algunos de sus súbditos americanos eran antropófagos, que vivían en la edad de los metales, aunque desconocían el hierro y que unos eran imperialistas respecto a otros; pero, los dignificó a todos equiparándolos a sus otros súbditos castellanos, respetando su libertad. Por ejemplo, inmediatamente, dio orden a Colón para que deshiciera la venta de los indios que trajo en su primer viaje; no eran mercancía, porque no eran esclavos.

Primer cambio, no sólo jurídico, sino antropológico: para Isabel, los indios también eran hijos del mismo Dios que ella adoraba. Nunca tuvo dudas de ello; no cabía en su cabeza una concepción clasista, que diferenciase entre amos y esclavos.

En contraste, los indios caribes, cuando conquistaban una civilización diferente, se comían a los varones, castraban a los niños varones para comerlos después de  cebarlos. A las mujeres las mantenían como esclavas para que pariesen hijos, que ellos iban comiendo sucesivamente: se zampaban a sus propios hijos… Cuando las mujeres dejaban de ser fértiles, también eran consumidas.

3.- La misión:

Para el segundo viaje de Colón, se organizó una expedición compuesta por 16 navíos, donde viajaron mil quinientos hombres; doce misioneros, todo un símbolo, para expandir el Evangelio; artesanos y obreros especializados en diferentes oficios, con sus herramientas pertinentes; semillas, ganado vacuno y caballar, para que la proteína no fuera exclusivamente humana.

La transformación recíproca estaba en marcha.  Castilla pronto organizó el Consejo de Indias, al principio dependiente del Consejo de Castilla, y la Casa de Contratación de Sevilla. La obra civilizadora atendía al plano material llevando al siglo XV europeo a fecundar al Nuevo  Mundo y achicar la distancia con la Edad de los Metales, gracias a la inteligencia, los conocimientos y la sabiduría.

Sin embargo, la misión era religiosa: revelar la Caridad de Dios, el amor paterno-filial entre Dios y los hombres, que engendra y da sentido al amor que los hombres se deben a sí mismos como hermanos.

En sentido contrario, entre los mexicas, Huitzilopochtli, dios sol y de la guerra, siempre enfrentado a su hermana Coyalxauhqui, diosa luna, exigía sacrificios humanos en su ocaso, para chupar la sangre de las víctimas, a fin de tener fuerza para imponerse a su hermana y poder renacer al alba. Las extremidades de las víctimas eran consumidas por los sacerdotes, y el tronco y vísceras arrojadas al pueblo llano; el cráneo, una vez vaciado, era crátera para beber chicha. La liturgia espeluznante de la muerte comenzaba arrancando el corazón, aún latiente, para ofrendarlo al dios; la sangre chorreaba desde el ara por toda la escalinata de la pirámide, donde las mujeres la lamían y las lactantes untaban sus senos con ella para que sus bebés participaran. Este espectáculo, trágico y repulsivo, era rito diario, donde el olor de la cadaverina rodeaba al templo y el aspecto de los sacerdotes, que no se lavaban ni cambiaban sus atalajes, resultaba repugnante y nauseabundo.  Además de los caribes y los mexicas, los guaraníes también eran antropófagos.

Nada de extrañar que las civilizaciones dominadas, suministradoras de víctimas sacrificiales, hasta 20.000 al año en el caso de los mexicas, abrazaran con fervor la Buena Nueva evangélica y a sus portadores, con todas las consecuencias. Allí, ocurrió igual que había sucedido en Roma, 1.500 años antes. Nihil novum sub sole…

4.- Imperio:

El sistema político jurídico imperial se contrapone al sistema colonial en múltiples aspectos esenciales.

En el imperio romano, el ius gentium vigía en la Tracia, igual que en Itálica, la Magna Grecia, o el Latium y el estatus del cives era idéntico, fuese cual fuese el origen de la persona. En cambio, el sistema colonial distingue entre amos, los que provienen de la metrópoli, que son ciudadanos de primera, con privilegios especiales, y los aborígenes, sirvientes, ciudadanos de segunda, supeditados a los anteriores, con muchos menos derechos y ninguna prerrogativa.

El sistema imperial equipara, mantiene el mismo establecimiento jurídico y hace de la igualdad el eje de giro del sistema.  Por eso, pudieron ser emperadores romanos Teodosio I, nacido en Coca, Trajano y Adriano, nacidos en Itálica. Y Séneca, pese a su acento provinciano, ganó autoridad y su magisterio, aunque fue un desperdicio, logró ser mentor del emperador.

En cambio, el sistema colonial segrega desde el origen y los “colonizados” difícilmente lograrán puestos de relevancia, porque forman parte de la propiedad, apenas dejan de ser infra desarrollados intelectual y culturalmente y tales limitaciones los anclan en las clases bajas.

Esta situación colonial no tenía lugar en las leyes de Indias  promulgadas por Isabel I, con el Fuero Juzgo como fundamento, y menos aún con lo determinado por las Leyes de Burgos de 1515, y las Nuevas Leyes de Indias, de 1.542, firmadas en Barcelona, por Carlos I, consecuencia del seminario mantenido en la Escuela de Salamanca, obra ingente, que aún se estudia actualmente y que corresponde al esfuerzo transformador interior que asumió Castilla.

No voy a ocultar que las leyes se desobedecían en las Encomiendas. Ello obligó a la Corona a establecer los Juicios de Visita y a reponer los Juicios de Estancia, previstos por el Derecho Romano. En el siglo XVI, la información, con el Atlántico por medio, circulaba muy lenta y con tropiezos y la corrupción, incluida la de los jueces, fue demasiado precoz. Ocurre ahora, incluso, y en todas las latitudes, porque la naturaleza del hombre está siempre muy por debajo de sus pretensiones morales y aspiraciones espirituales.

A título de ejemplo de la ambición institucional, baste decir  que Fernando V, ya viudo, y a la sazón Regente de Castilla reconoció la validez de los matrimonios entre españoles e indias, o entre indios y españolas. El mestizaje estaba asegurado. Es la mejor expresión de que la igualdad, dentro del Imperio Español, no era un tópico capcioso, sino una realidad perseguida. USA hubo de esperar a bien entrado el siglo XX para conseguir un reconocimiento similar para los casamientos entre personas de razas diferentes…

5.- Cultura:

Todas las civilizaciones precolombinas eran ágrafas; sólo hay algunos glifos enigmáticos que algunos han considerado signos de los canteros, como los que aparecen en el acueducto del padre Tembleque. Y los  Geoglifos de Nasca, aún  indescifrados.

En las escuelas de las misiones se admitían indios, criollos e hijos de españoles sin ninguna distinción, para aprender a leer, escribir y algún oficio artesanal, porque se necesitaba mano de obra cualificada, con arreglo a los parámetros del Renacimiento europeo.

En las iglesias, los indios aprendieron a cantar gregoriano en latín, con la máxima fruición, gracias, entro otros a Pedro de Gente, humilde franciscano y tío natural de Carlos I. Hay que pensar  que la música religiosa de los dioses antropófagos era de percusión estruendosa, que junto a los tlapizatlli chirriantes, generaba un sonido aterrador, que era el objetivo a conseguir. El polo opuesto reside en el isocronismo gregoriano, cuya dulzura no sólo pacifica el ánimo, sino que subyuga hipnóticamente y predispone al éxtasis místico. Todo ello constituye un contrapunto muy ostentoso y, pedagógicamente, muy eficaz en aras de la catequesis.

Antes de transcurríos 50 años del descubrimiento, funcionaba en Nueva España, actual México, la primera imprenta, donde se imprimía el primer periódico americano, La hoja de México.

Gracias al trabajo de los misioneros, el náhuatl tenía gramática y diccionario un siglo antes que el francés y casi dos antes que el inglés. El castellano la tuvo desde 1492, merced a Antonio Nebrija y al mecenazgo de la reina Isabel.

Cuando España arrió su bandera en el continente americano, dejaba en funcionamiento 32 universidades, que funcionaban con arreglo al mismo protocolo que Salamanca. De hecho, la Universidad de México alcanzó a categoría de “Pontificia”, título que entonces sólo tenían La Sorbona, Bolonia y Salamanca. Es de notar que el primer Colegio Universitario Superior es de 1536 y la primera universidad, la de Santo Domingo, de 1.538. Es decir, en 44 años, la Edad de los Metales estaba remontando los 5.000 años que la separaban de la cultura europea.

6.- Obra pública:

Sólo el Camino Real de Tierra Adentro aloja 60 poblaciones que hoy son Patrimonio de la Humanidad, a las que hay que añadir, la Habana Vieja, el Acueducto del Padre Tembleque, la zona antigua de Cuzco, Quito y Guatemala, centro histórico de Lima y Arequipa, Puerto y Fortalezas de Cartagena, Ciudad de Mompox, etc., etc.

El quinto real venía para la Corona; pero los otros cuatro quintos se quedaron allá convertidos en monumentos, obra hidráulica, caminos, puentes, hospitales, escuelas, bibliotecas y laboratorios que asombraron a Humbolt, catedrales e iglesias que todavía siguen en pie testimoniando la obra transformadora realizada por España.

7.- Justicia:

Puede parecer hoy que rescatar la verdad entera sea una labor de titanes, dado el ingente montón de escombros de los prejuicios e intereses torticeros que la entierran. La leyenda negra nació como un arma de propaganda de guerra, al servicio de Holanda e Inglaterra, primero, al que luego se agregó Francia, con objeto de desprestigiar la obra de España, emponzoñar los resultados y enmascarar su propia labor colonizadora, esta sí, explotadora y esclavista.

Evo Morales, ya que la izquierda indigenista es la más feroz aliada de la falaz leyenda, dijo en una conferencia en la universidad de Rosario (Argentina) que los españoles arrancaban un ojo a los indios que aprendían a leer y cortaban una mano a quienes aprendían a escribir. Su pretensión era contrastar la crueldad hispana con la filantrópica colonización inglesa… Alguien lo confrontó, diciéndole que de haber llegado Inglaterra a América antes que España, él no viviría y que de hacerlo, estaría recluido en una reserva, posiblemente alcoholizado… El izquierdista no pudo replicar. Aquel oyente fue un quijote redivivo, pero no lo confundieron los molinos de la mentira.

Entre los cascotes de la demolición de la ingente labor civilizadora de España, asoma la tiara del Sr. Borgoglio, un izquierdista con sotana blanca, que se ha olvidado de la sanguinaria guerra civil contra los cristeros que asoló México, inspirada por el plan Poinsett. Éste consistía en erradicar de México el catolicismo, como paso previo a borrar toda la herencia civilizadora española. Tal plan, lo promocionaban agentes protestantes estadounidenses, tal que Dwight Whitney Morrow y el ínclito obispo Pascual Díaz y Barreto, afincado en Nueva York, que no se arredraron  para intentar engañar a San Pío XI, que respondió con una encíclica. Aquello, don Jorge, sí fue masacre, la del monstruo Plutarco Elías Calles, y hasta farsa y burla a la infalibilidad pontificia de su antecesor. No se equivoque SS ahora también, que ya andábamos por 1926.

Hacer justicia no es una acto aislado, sino un proceso largo de reconquista de la verdad y restitución del juicio que merece una gesta inmensa, que ha servido para preservar el 93% de la población autóctona y mestiza y valorar la bonhomía  de quienes la llevaron a cabo, pese a que no fueran seres humanos perfectos.

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

‘La antropología de los sentimientos’ de Isabel Muñoz
‘La antropología de los sentimientos’ de Isabel Muñoz

En Tabacalera Espacio Promoción del Arte hasta el 17 de junio. Calle Embajadores, 51 (Madrid). De Martes a viernes de…

Robert Nozick, un anarquista de derechas
Robert Nozick, un anarquista de derechas

Una reflexión sobre el neoliberalismo, sus trapacerías y sus cómplices mediáticos e intelectuales En este 2020 nos vemos azotados por…

Feijóo, el bisoño
Feijóo, el bisoño

Imagen: rtve El diccionario de la Real Academia define bisoño como “Nuevo e inexperto en cualquier…

102