Reivindicación sobre la presencia de autoras teatrales en la escena española.
En 1929, Virginia Wolf publicó por primera vez su ensayo Una habitación propia, en el que denunciaba la ausencia de ‘madres literarias’en el imaginario cultural universal. A través de su reproche, lamentaba la falta de modelos referenciales femeninos para alentar y guiar el camino de futuras escritoras. El título del ensayo era asimismo una reivindicación; con la expresión ‘una habitación propia’ la extraordinaria novelista británica expuso la necesidad de que las mujeres poseyeran un espacio vital propio para poder crear, independencia económica y un cuarto de trabajo exclusivamente suyo. A todos nos resulta familiar su reflexión. Pero ese ensayo, que ella redactó tras un ciclo de conferencias, contiene otra denuncia menos conocida y coreada por la sociedad: no es la falta de talento la que explica la escasez de escritoras en el canon literario occidental, sino la falta de oportunidades para mostrar sus creaciones.
No ha trascurrido un siglo desde que se pronunciaron aquellas aseveraciones. Algo ha cambiado en el mundo desarrollado, las mujeres poseen hoy independencia económica y una habitación propia para crear. Pero en determinados sectores culturales la falta de oportunidades se perpetúa. En el campo de las Artes Escénicas la desigualdad es sangrante. ¿Cuántas mujeres dirigen en España un teatro público o privado? ¿Cuántas dramaturgas españolas cuelgan su nombre en las carteleras cada temporada? ¿Cuántas autoras son nominadas cada año en nuestro país en el conjunto de los premios escénicos por sus textos?
La respuesta a todas esas preguntas es demoledora y triste.
Quiero defender la presencia de textos femeninos en los escenarios españoles como punto de partida imprescindible para enterrar mentalidades caducas que lastran la sociedad. Hay que llenar el vacío de mensajes y modelos del que se lamentaba Virginia Wolf. No olvidemos que el lenguaje es anterior al pensamiento. El pensamiento se desarrolla a consecuencia del desarrollo del lenguaje dentro de nosotros. El lenguaje es un estado interior del cerebro que acelera nuestra actividad teórica e intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores como la percepción y la memoria. Todo pensamiento individual es verbal, y por tanto se limita a lo que el lenguaje hace posible.
El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre ‘Igualdad de Género: Patrimonio y Creatividad'(con datos referentes hasta el año 2014) hace hincapié en la necesidad de conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito de la creatividad cultural. La UNESCO considera la participación y contribución de las mujeres en la vida cultural como uno más de los Derechos Humanos, fundamentales para la persona y las sociedades y vinculado de forma inseparable al derecho a la libertad de expresión. En el informe se subraya la especial marginación que continúan sufriendo las mujeres para acceder a los circuitos de exhibición y distribución en el cine, teatro, artes y música. Los obstáculos para mostrar sus trabajos y la imposibilidad de compartir sus mensajes con un público, recalca la ONU, impide a las mujeres desarrollar su potencial, avanzar como creadoras y presentar su concepción del mundo. De esa manera persisten los estereotipos negativos sobre género y se reproducen las anquilosadas opiniones dominantes. La participación de la mujer en la exhibición cultural, influye en la transmisión de conocimientos relacionados con el Patrimonio y en la conformación del acervo patrimonial local y universal, en el que cada sociedad ha elegido a lo largo de los tiempos qué incorporaba o no. Ya sabemos que la Cultura, en sí, es transformadora.
En Francia, alarmados por esta realidad, se han puesto en marcha mecanismos de exigencia para la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres en las Artes Escénicas. En vendaval ha traspasado fronteras y en España algunos colectivos imitan ya ese modelo activista francés. Dentro de nuestro país, ‘La Reacción'(en el sentido más político del término) a ese movimiento no se ha hecho esperar. Las excusas para justificar la falta de mujeres (especialmente de dramaturgas) en las carteleras por parte de programadores y directores de compañías o teatros se repiten: no hay autoras, y cuando las hay sus escritos no tienen la calidad que requeriría un estreno.
¿No hay autoras teatrales en España? Las ha habido siempre. Solo en nuestro Siglo de Oro se contabiliza una nómina de veinte dramaturgas españolas. Algunas de ellas son objeto continuado de estudio en los cinco continentes, conocidas y reconocidas internacionalmente e incluso representadas (en EEUU, en Londres, etc…) ¿Cuántas de ellas y en cuántas ocasiones han sido representadas en España? ¿Cuántos manuales especializados en teatro no registran ni un solo nombre de mujeres dramaturgas durante el Siglo de Oro? Ninguna comunidad se esfuerza por preservar o transmitir aquello que no valora, y el Patrimonio refleja los valores que elige transmitir. Identificación, preservación y transmisión del patrimonio son, en consecuencia, el resultado de una elección.
¿No hay autoras teatrales en España? Cuando la investigadora norteamericana Patricia O´Connor (fundadora de la Revista Estreno, que lleva cuarenta años publicando y difundiendo en Estados Unidos textos dramáticos de autoría española) llegó a España en la década de los setenta, con la dictadura franquista todavía vigente, le contaron que en el país ninguna mujer escribía teatro. Pero ella investigó y encontró tan solo en el siglo veinte cerca de cien escritoras españolas con piezas teatrales en su haber. Publicó el listado, acompañado de algunas de esas obras, en su libro Dramaturgas españolas de hoy.
Respecto al zafio comentario de que los textos de las dramaturgas españolas no tienen calidad, sobran los argumentos para rebatirlo. En España, en la actualidad, muchas mujeres escriben un teatro de primerísima calidad. Literariamente soy muy exigente, y me declaro admiradora del teatro de las dramaturgas españolas vivas. Contemplo su lucha diaria para salir adelante, para lograr publicar y exhibir sus textos. Me siento orgullosa de ellas: de las más jóvenes, de las de mi generación y de las de la generación que me precede. Y desde aquí reivindico su presencia en nuestros escenarios.
He querido titular este artículo ‘El peso de la palabra”, porque la palabra y el mensaje al que da forma son el primer escalón para cambiar las cosas. El lenguaje crea una determinada manera de ver y comprender lo que existe y nos rodea. No olvidemos que, tradicionalmente, el Poder (todos los poderes) tiende a crear un uso del lenguaje que favorezca la construcción de la realidad que mejor coincide con sus intereses. Y junto a las dramaturgas reivindico a las directoras, directoras con poder ejecutivo, llevando el timón de teatros y programaciones, directoras capaces de traer oxígeno para desapolillar nuestros escenarios.
Cambiemos las cosas de verdad. Por favor. El dictador Francisco Franco murió hace ya más de cuarenta años. Es inviable que la mentalidad machista que implantó perdure todavía. Ni la inercia lo justifica. Recuerdo a quienes no desean recordar que existe una ley del año 2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que el artículo 14 de la Constitución Española proclama el derecho a la igualdad y a la no discriminación por razón de sexo, y que el artículo 9.2 de la Constitución consagra la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos en los que se integra sean reales y efectivas. Habitualmente, son las sociedades las que caminan por delante de las leyes, y son los cuerpos legislativos los que se ven obligados a generar normativas para acomodarse al paso cambiante de los tiempos. Pero el comportamiento de determinados corpúsculos del sector de las Artes Escénicas de España ha conseguido crear la vergonzosa paradoja de que las leyes vayan por delante de él.
Demos un paso adelante para que nuestra sociedad esté a la altura de lo que necesitan y reclaman los tiempos. Que las ventanas se abran de par en par y el aire puro barra todo caduco modelo y lo refresque todo.