El teatro fue siempre una preocupación de los partidos y organizaciones sindicales socialistas, creándose grupos en las Casas del Pueblo, tanto para representar obras en general, como de contenido social escritas por militantes socialistas o por escritores afines a la causa. El teatro podía convertirse en un arma de propaganda muy eficaz. El SPD fue un ejemplo a la hora de crear casi una sociedad paralela a la alemana de organizaciones educativas, culturales y deportivas.
En España los logros del socialismo fueron muchos más modestos, pero no debe minusvalorarse lo realizado, como ha quedado
demostrado gracias al estudio que publicó en 1993 Francisco Luis Martín sobre la cultura socialista entre 1923 y 1930, precisamente en vísperas de lo que aquí tratamos.
Pues bien, queremos acercarnos a la creación de la Internacional de los socialistas aficionados del arte dramático, en el verano del año 1931. Tiene su interés, ya que, supuso un esfuerzo para fomentar el internacionalismo en el período de entreguerras, que llevaba en crisis desde el estallido de la Gran Guerra, y desde el punto de vista cultural. Por otro lado, nos parece que fue un intento interesante porque pretendía, entre otras cosas, que se tradujesen obras dramáticas, desde la defensa de los derechos de autor. Pero, no olvidemos en la época en la que se gestó esta iniciativa, en vísperas de la llegada del nazismo al poder.
En Bieledfeld, en la Renania del Norte-Westfalia (Alemania), se celebró una conferencia con representantes de la Liga alemana de
Teatros Obreros y sus homólogos de la Liga Holandesa de Teatros Obreros Socialistas. El objetivo era crear una especie de
Internacional de aficionados dramáticos obreros socialistas.
En dicha reunión se tomaron los siguientes acuerdos, en evidente clave socialista:
1. Fomentar el compañerismo internacional por medio de la fundación de un organismo internacional de aficionados obreros socialistas.
2. Crear una oficina central internacional para la traducción e intercambio de obras apropiadas y de otros materiales de
propaganda.
3. Que se firmase un convenio internacional en lo concerniente a la percepción de los derechos de autor, creando, además, una
oficina para la colaboración entre los autores socialistas y las organizaciones de aficionados.
4. Colaboración con todas las organizaciones culturales del proletariado basada en los principios de la Internacional Obrera Socialista y de la Liga Internacional de los Sindicatos profesionales para luchar contra el capitalismo y contra el imperialismo, y para defender la causa pacifista internacional.
Se esperaba que las distintas organizaciones nacionales de teatros obreros socialistas se adhiriesen a esta nueva Internacional o Liga.
Para ello había que dirigirse al secretario de la Liga holandesa.
Además de la monografía citada, hemos consultado como fuente el número 7019 de El Socialista.