Psicoanálisis y Política
Un encuentro necesario
Dolores Castrillo Mirat
Prólogo de Josep María Panés
Xairo Edicions, 2024
255 páginas
La Política, sobre el diván
Dolores Castrillo aplica las categorías freudianas y lacanianas a la actividad política con un libro que funde dos saberes que han permanecido de espaldas durante décadas.
La audacia es la virtud de los valientes. Valiente es quien hoy se atreve a adentrarse desde un saber relativamente nuevo en el deshumanizado y vetusto mundo de la Política, expresión suprema de lo social en clave de poder. Es audaz, sobre todo, quien se adentra en la Política desde un conocimiento tan necesario y humanizante como el que el Psicoanálisis procura. La ignorancia, de manera tan banal como temerosa, ha intentado degradar el conocimiento psicoanalítico identificándolo con un quehacer burgués, asocial y meramente individuante. Mas, quien se propone atajar tal dislate y exhibe la digna audacia de acometer la tarea de psicoanalizar sociopolíticamente la Política es hoy Dolores Castrillo, avezada psicoanalista madrileña. Lleva cuatro décadas junto al diván y en las aulas, como analizante a la escucha y catedrática de Filosofía, respectivamente. En su libro Psicoanálisis y Política. Un encuentro necesario (Xoroi Edicions) la autora desmonta la mixtificación que apartó antaño a la sociedad política del saber sobre nosotros mismos que la escucha desde el diván brinda: señaladamente cuando, como es el caso, se ve avalada por años de clínica y estudios sobre el hondo universo del inconsciente en su afloramiento en el quehacer humano.
De entrada pues, la autora deshace el tópico que separó durante lustros al individuo de la sociedad para, arropada en Sigmund Freud, reivindicar de inmediato el estatuto social y, por ende, político, del Psicoanálisis. Y ello, habida cuenta de la residencia del sujeto en el Otro y en la certeza de lo impensable que resulta concebir al ser humano sin esa su conllevanza con el universo de la sociedad y, por extensión, de lo sociopolítico. Tras vadear este grave y primer obstáculo, la autora encara analíticamente la peligrosa tesitura en la que se hallan los partidos políticos, sobre los cuales aplica las categorías epistemológicas de las que el Psicoanálisis dispone: gozo, síntoma, Padre, pulsión de muerte… que, con una brillantez expresiva y conceptual, en verdad inusual en los predios literarios hispanos, Dolores Castrillo, de manera tan inteligente como armoniosa, hibrida con categorías netamente políticas como el poder, la clase, la alienación, la plusvalía…
Los partidos, subraya la autora, implican la escisión del Uno, del Amo, que presidía las organizaciones prepartidarias, para devenir ahora, según Simone Weil, en fábricas de pasión colectiva que presionan colectivamente sobre sus integrantes y que tienen por fin último su propio crecimiento como partidos. No bien la psicoanalista remarca que una idea propia del bien común es característica sustancial del partido político, la consecución de aquel ideal lleva a estas organizaciones a cosechar el máximo poder posible, lo cual hace surgir, a juicio de Weil a la que evoca, tendencias totalitarias. La didáctica que los partidos desplegaban para la formación política de sus miembros no comparece en esta reflexión, tampoco su condición de representantes de clases, posiblemente debido al olvido al respecto en el que estos han incurrido en los últimos tiempos.
Del yihadismo y la ultraderecha
Prosigue así una narración crítica y esclarecedora, que se atreve a diseccionar fenómenos tan singulares e inquietantes como el del yihadismo, del cual destaca su persistencia en el lenguaje eficaz y persuasivo, unigeneracional y autorreflexivo, versado hacia los jóvenes, basado en la horizontalidad de la paridad como anzuelo proselitista frente a la verticalidad unificante del liderazgo clásico. Mediante la movilización de técnicas comunicacionales modernas, atribuye al yihadismo capacidad plena para reclutar individuos dispuestos a inmolarse, autoteledirigidos por una pulsión de muerte oculta bajo el ropaje del supremo gozo.
De los neofascismos y la ultraderecha local, señala que resucitan la idea que creíamos felizmente erradicada ya de la escena política: la idea del Amo, del Padre castrador identificado ahora con el líder carismático, en una serie de reflexiones que se saborean por su enjundiosa sustancia crítica.
Analiza también otros trasuntos políticos de mayor entidad aún, como el que concierne al cambio climático, que en el libro adquiere un tratamiento de una riqueza expresiva y conceptual sin precedentes. Cabe al lector preguntarse qué puede tener que ver la Ecología, que estudia el cambio climático, con la Psicoanálisis, como lo denominara José Ortega y Gasset.
Símbolo y deseo
La ilación viene de la mano de la trayectoria que sigue el deseo en la psique del ser humano: signado por el lenguaje y convertido así en vasallo perpetuo del símbolo, el humano viviente se ve apartado de la naturaleza y del gozo pleno, según teorizaran Freud en su Psicología de las masas y Jacques Lacan en sus Seminarios y escritos refrendados por Jacques-Alain Miller, mentor de la autora y ampliamente citado por ella.
Para cubrir este déficit que cabría asociar a una suerte de estigma original, la forma contemporánea del capitalismo propone, mediante el consumo irrefrenado, no la ascética medieval ni la renuncia castrante sumisa a un Uno divinal, sino más bien la búsqueda de un gozo tan ilimitado como inalcanzable, cebado empero por la obsolescencia objetual programada sobre la cual el sistema capitalista se asienta, a través de la producción a gran escala, incesante e innovada, de objetos de consumo. Ese designio ilimitado de gozo, en su alcance, señala Dolores Castrillo, esconde una peligrosa pulsión de muerte y arrambla con los recursos naturales limitados, además de contaminar gravísimamente con sus desechos bosques, ríos, subsuelo y atmósfera por esa insaciable sed capitalista de producir para el beneficio privado. Deviene así el capitalism en el principal responsable de la degradación medioambiental antrópica, puerta de entrada del cambio climático que amenaza a la estirpe humana con hacerla desaparecer a medio-corto plazo de un Planeta Tierra rumbo a transformarse en un enorme desierto deshabitado. La descripción sustantiva del decrecimiento como única palanca para detener la consunción del hábitat humano, propuesta brillantemente por Hickel, Dolores Castrillo la transforma en un consistente alegato a su favor, lejos del autoritarismo ecológico y del retardismo, que aplaza irresponsablemente la toma de decisiones cruciales para la detención de la catástrofe.
Con un desenvuelto potencial descriptivo más un refinado aparato conceptual bañado en un léxico accesible y ameno, el resultado sustancial de la grata lectura de este libro es una profunda extensión de los límites del saber político, hasta ahora adocenado en sus exiguos márgenes. Y ello habida cuenta de la funesta manía de tantos politólogos por languidecer cómodamente atrapados en las estrictas mallas del Derecho y sus prietas normativas, incapaces de descubrir que el empalme natural de la Ciencia Política es la Sociología, a la cual la Psicología Social en general y el Psicoanálisis en particular son saberes estrechamente asociados.
Remonta pues la autora este cardinal valladar, que desde remotos tiempos ha impedido la fusión de horizontes metodológicos y espistemológicos entre saberes afines, de mixtura mutuamente beneficiosa como la del Psicoanálisis y la Ciencia Política no normativa, socialmente considerada. El esfuerzo valiente de la autora ahuyenta de manera eficaz, con este libro, el vacuo corporativismo de tantas Academias y cátedras como las que yugularon feudalmente el saber libre y creador durante centurias. Abre así paso a una feraz coyunda de saberes versados hacia el pleno conocimiento de los seres humanos, no solo en el ámbito de la psique, sino en su proyección social, políticas pues por antonomasia.