octubre de 2024 - VIII Año

‘Para decir amor sencillamente (Homenaje a Rafael Guillén)’, de Juan José Castro Martín, Javier Gilabert, Fernando Jaén y Gerardo Rodríguez Salas

Para decir amor sencillamente (Homenaje a Rafael Guillén)
Edición y selección: Juan José Castro Martín, Javier Gilabert, Fernando Jaén y Gerardo Rodríguez Salas
Publicaciones Diputación de Granada, 2021

 

Rafael Guillén y la música del verso, un merecido homenaje

La Diputación de Granada ha editado un libro de homenaje a Rafael Guillén fundamental, titulado Para decir amor sencillamente, un tributo necesario a un poeta granadino que ha convertido el arte del verso en un orfebre, tan magistral legado ha llevado a muchos otros poetas a escribir este libro como respuesta a un poeta tan grande.

Sin duda alguna, los clásicos son aquellos que permanecen, que son leídos siempre como la primera vez, que nos provocan emoción, no importa si la lectura del poema es la primera o la sexta, el latido del poeta nos llega, su hondura nos abraza, su verdad se rinde ante nosotros.

Este libro, cuya edición ha corrido a cargo de cuatro poetas: Juan José Castro Martín, Javier Gilabert, Fernando Jaén y Gerardo Rodríguez Salas, es una joya que palpita entre las manos del lector. La cubierta dorada con las letras en negrita, nos sugiere que vamos a adentrarnos en un tesoro, en un diamante de incalculable valor.

Y es el prólogo de Juan Carlos Friebe luminoso, porque nos cuenta que hay una promesa, una deuda con el poeta granadino. Por ello, para llegar puntualmente a la cita, han decidido que había un plazo para dar a luz el libro, porque de eso se trata, cada libro es un amanecer, un recién nacido que nos colma con su belleza.

Y Friebe considera que la poesía de Guillén hay que paladearla, porque contiene la sabiduría de la vida, el latido del tiempo:

“Para gozarla en su sazón no se debe decir demasiado deprisa ni demasiado despacio, ni enfatizar con timbre engolado una cadencia traspuesta, pues todos tus versos parecen pensados como un sutil mecanismo de ingeniería de la emoción antes que como un riguroso aparato metrónomo al servicio de la composición”.

Porque el poeta sabe que la poesía es un milagro, una llama que se enciende, un fulgor que nos ciega. Por ello, agradece Freire a todos los que han colaborado en este ejercicio de agradecimiento a un poeta mayor, verdadero y maestro indudable.

Narzeo Antino, Antonio Carvajal, Javier Bozalongo, Manuel Gahete Jurado, Aurora Luque, Jenaro Talens, Francisco Brines, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Rivero Taravillo, José Luis Morante, Fernando de Villena, Carmen Canet, Javier Gilabert, Fernando Jaén, José Lupiánez y muchos otros. Hay tantos nombres que uno siente que el amor hacia Guillén quema la página, se convierte en un fuego que abrasa, es el maestro el que congrega tantas voces para que estas dejen su fulgor en el poema, siempre ardiente y verdadero.

Como son tantos y tan buenos, es difícil elegir uno para que sirva de botón de muestra de la belleza del libro, es difícil escoger unos versos para que cante Guillén desde el precipicio del tiempo, porque es Guillén quien respira en el poema, vemos el oxígeno que alimenta su verso y que nos alumbra y nos da calor.

Libro que es homenaje, pero también voz, cuyo eco germina como una rosa, cuya sonoridad se prende a un paisaje de flores primaverales. Escojo al azar, pero, en consecuencia, porque quizá en los versos que terminan el poema de Javier Gilabert y que da título al libro se resume todo:

“Serás tu verso siempre. / pero también el hombre en la memoria, / la firme convicción de aquellos que te aman / e invocan tu presencia / para decirte amor, sencillamente”.

Porque esos que te aman son muchos y decir amor no es poca cosa, sino todo, en la vida y después de ella, allá donde solo quede enunciar un nombre para que resucite para siempre. Como si los que murieran, volvieran a ser luz cuando alguien los nombra.

Y termino con unos versos de Rafael Guillén, luz de luz y armonía en tiempos oscuros, del poema Pensado otoño:

“Haciendo otoño vamos. Cada día / nuevo verdor en yemas, entreabiertas / a un seguro destino de elegía”.

El otoño del ser, del cumplimiento de la vida, cuyo viento se alza fuerte, para ser luego derribado, nos ilumina, porque la poesía de Rafael Guillén es música que nos eleva en tiempos de sombras y este libro es un rendido homenaje a un maestro, toda una certidumbre que dejará el tiempo, cuando ya no estemos.

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

Amalia Carvia: masonería y emancipación de la mujer
Amalia Carvia: masonería y emancipación de la mujer

Amalia Carvia Bernal (1861-1949) fue una mujer, sin lugar a dudas, excepcional, y hoy, a pesar de recientes esfuerzos, sigue…

Luz sobre César Franck en su bicentenario
Luz sobre César Franck en su bicentenario

El escritor y musicógrafo Antonio Daganzo arroja luz sobre la figura, la dimensión estética y el corpus creativo de César…

El desconocido ‘Juego de la Oca’
El desconocido ‘Juego de la Oca’

Un Coup de Dés Jamais N’Abolira Le Hasard Stéphane Mallarmé Muchos de los que ya peinamos canas hemos pasado las…

94