julio de 2024 - VIII Año

‘M-501’, de Alberto Infante

M-501
Alberto Infante
De Jaque Libros, 2024
255 páginas

Un crimen escalofriante, un personaje tan inquietante como el homicidio que ha cometido y un enmarañado misterio que se irá desvelando según nos adentramos en la trama de la obra, son las primeras escenas de M-501, título de la última novela con tintes cinematográficos del reconocido escritor (novelista, poeta, divulgador, ensayista y articulista) y médico de profesión Alberto Infante. Un título escueto e intrigante que no responde a una clave secreta o a un código que deba ser descifrado, aunque no son pocos los secretos que guardan las páginas de M-501 y las claves que deberán esclarecer los protagonistas de esta novela de suspense, para finalmente conocer la verdad sobre ciertos sucesos que ocurrieron en el pasado y de los que acontecen en el presente.

En el contexto de un ámbito rural ubicado en los aledaños de Madrid, la línea argumental nos va introduciendo en la narración a través de una relación íntima, un suicidio que bien pudiera no serlo, un feo asunto conectado con el tráfico y procesado de cocaína o la historia del trazado del ya desaparecido ferrocarril de San Miguel que tiene su reflejo en el recorrido de la carretera de la Comunidad de Madrid M-501, sobre la cual van a girar los hechos que se encadenan en la novela.

Con un léxico cuidado, sin artificios y un estilo directo que imprime dinamismo al relato, sin recursos innecesarios, la narración fluye con agilidad y precisión, manteniendo la atención del lector o lectora que se adentra en la M-501 hasta el azaroso desenlace con el que Alberto Infante concluye la novela.

Destacar igualmente la construcción del elenco de personajes, principales o secundarios, que emergen en la novela según nos internamos en la lectura de la misma. Martín, el protagonista principal; la geóloga Sonia; el siniestro Vidal; la geógrafa y profesora Petra; Marisa y Clara, dedicadas a la cría de caballos; el policía de la “comisaría general de información” ya retirado Julián Ruiz; el narcotraficante llamado El Apache; Ester, una mujer desengañada que no olvida; el policial local Fidel; etc, etc. Un extenso plantel de caracteres que componen a su vez un retrato de la sociedad actual y que, entre otras cuestiones, sirve al autor para entreverar en la trama de la novela un aspecto muy presente en la literatura de Alberto Infante, me refiero a la crítica social. Personajes, todo ellos, que irán configurando un universo de ocultaciones, incertidumbre, desconfianza y oscuras maniobras en torno a una carretera comarcal, la citada M-501, donde los sucesos se precipitan hasta la resolución de las incógnitas que surgen en la esfera personal del protagonista y en el marco de las actuaciones que la policía lleva a cabo en la ficción.

Por otra parte, la acertada introducción de los diálogos proporciona también vigor narrativo a la novela sin estorbar al desarrollo de la acción o a la descripción de los diversos episodios que el autor va hilvanando para dar mayor consistencia al relato y adquirir intensidad con la aparición de nuevos e interesantes ingredientes: una deuda pendiente casi imposible saldar; momentos en los que el sexo toma el protagonismo, actitudes inconfesables marcadas por los excesos; acciones temerarias; blanqueo de dinero procedente de la droga; un personaje atormentado, El Apache, mencionado con anterioridad, que regresa de un tiempo pretérito dispuesto a todo para conseguir lo que reclama; o un embarazo inesperado, son algunas de las piezas del puzle que Alberto Infante va disponiendo con habilidad e ingenio literario para componer su sorprendente M-501.

Asimismo, inserta el autor en diferentes momentos de la novela breves apuntes vinculados con la Historia, a partir de la visita de sus personajes a lugares y parajes ligados a relevantes figuras de nuestro pasado como Cadalso de los Vidrios y el marqués de Villena o el emblemático monasterio de El Escorial y el rey Felipe II. Dando paso del mismo modo a la memoria histórica reciente, bien con el recuerdo de los trágicos enfrentamientos y hechos dramáticos que tuvieron lugar en las sierras situadas al oeste y norte de Madrid durante la Guerra Civil de 1936, bien trayendo a colación obras como A sangre y fuego escrita en 1937 por el periodista malagueño Manuel Chaves Nogales.

La cuadratura del círculo de esta novela de sospechas e intrigas se irá cerrando. Mientras la relación de los personajes Martín y Sonia toma una dirección imprevista, conoceremos los resultados de informes forenses, la existencia de una oscura sociedad inversionista, los detalles de un sueño recurrente, qué es una ducha sueca y lo que va después (piensen mal y acertarán), el afán por ajustar cuentas de una mujer decepcionada o el contenido de una carta descrita como “un texto breve y sin duda muy medido” que generará más interrogantes que certezas. Situaciones en las que se ven implicados los personajes de la novela y pesquisas que nos acercan, página a página, al final de la M-501.  Estos elementos y otros ya comentados, conforman aquí una sólida propuesta del autor por explorar la siempre compleja condición humana.

Llegados a este punto kilométrico de la M-501, la narración sorprenderá a propios y extraños cuando El Apache, avezado narcotraficante que ha tratado con gentes de la peor calaña, desvele ciertas prácticas con las que incluso un tipo casi sin escrúpulos como él no puede comulgar y sobre las cuales, como lectores de bien, queramos pensar que esa clase de conductas sólo pueden existir en la ficción. O… quizás no.

Así las cosas, a partir del capítulo dieciocho (la novela se estructura en veinticuatro capítulos) el relato adquiere un tono estremecedor y un ritmo palpitante a partes iguales. En los últimos tramos de la novela, el autor deja constancia sin ambages de su notable oficio literario al describir, por ejemplo, un enfrentamiento de manera trepidante en muy pocas líneas o al redactar una carta póstuma, dirigida a uno de los personajes, que condicionará cómo evoluciona esta historia y la forma en la que va a concluir.

No será quien suscribe esta recensión quien haga eso que ahora se denomina spolier, o sea revelar como acaba M-501, pero sí avanzo que los brazos o tentáculos, como ustedes quieran, del crimen organizado son largos, muy largos, en esta novela de Alberto Infante. En sus manos está conocer el desenlace de este relato actual y verosímil. Sólo tienen que abrir el libro y comenzar a leer.

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