noviembre de 2024 - VIII Año

‘Etiqueta roja’, de Llüisa Lladó

Etiqueta roja
Llüisa Lladó
Prólogo: Rosa Silverio
Contraportada: Jorge Ortiz Robla
Diseño de la cubierta: Nares Montero
Loto Azul Editorial, 2023
Nº de páginas: 70

  

Poesía y sororidad

 Llüisa Lladó nos ha regalado en 2023 un nuevo libro de poemas que, siguiendo la trayectoria elaborada con sus cinco títulos de poesía anteriores: Azul-lejos (Parnass, 2013); El bosque turquesa (Torremozas, 2014); La marquesa de seda (Unaria Ediciones, 2015), El arca de Wislawa (Torremozas, 2017) y La complejidad de Electra (Torremozas, 2020), se revela como un cúmulo de reflexiones sobre un hecho físico de prolongación existencial en la vida de cualquier mujer.

Tener la regla, mancharse de ella,
mostrarla en público
en un acto de rebeldía.

Me he preguntado, en ocasiones,
el origen de ese término: 

La regla. 

Con el título Etiqueta roja, la autora aborda el hecho biológico de la menstruación y las consecuencias que, socialmente, tiene en la vida de cualquier mujer, habiendo sido éste un asunto vivido como tabú a lo largo de los siglos siempre contaminado de prejuicios (No toques las plantas. / No te atrevas a preparar mayonesa. / No hagas deporte ni esfuerzo. / No te pongas bragas blancas.) y que, sobre todo, en las últimas décadas, en las que la igualdad entre sexos se ha ido imponiendo derribando barreras, ha sido omitido por las propias mujeres para evitar, quizás, que algo físicamente tan mediatizador no fuera un factor de diferenciación a la baja para el género. La mujer intenta equilibrar su presencia social, muchas veces, eludiendo cualquier tipo de disimilitud con el hombre.

Llüisa Lladó con cincuenta y tres poemas, en un ejercicio de sinceridad y sororidad, desviste este trance sin complejos, explicando a través de una poética desgarrada lo que supone para una mujer la presión que éste le confiere. Algo que no es nada sencillo porque la eventualidad de un simple hecho biológico afecta a todos los espacios vivenciales, incluida la madurez: Nacemos niñas y morimos cosas. Porque el menstruo mediatiza cuando es presencia y cuando es ausencia.

Las edades de la mujer se miden a través del proceso menstrual que comienza siendo un tabú, sigue como un condicionante negativo en la vida laboral y sexual femenina y, cuando desaparece, acaba siendo la evidencia del declive físico, un declive mucho más drástico, socialmente, en la mujer que en el hombre: Un deterioro común, / pero que inventaron distinto para cada uno de los amantes. / La mujer y lo innombrable. / Y el cónyuge con la segunda oportunidad. Al declive físico femenino se le ha puesto fecha de inicio porque el factor físico siempre se ha utilizado para condicionar a la mujer.
Abordar este tema y el impacto que genera en nosotras con un género como la poesía puede parecer arriesgado, pero desde luego es efectivo porque el mensaje se sobredimensiona y la percepción, lejos de centrarse en el hecho, es la de un mosaico que incita a la reflexión: la superstición (Eres un acto impuro), la limitación (El vacío de la víscera uterina. / Los pechos con prótesis. / (….) / La manipulación del lenguaje), la asociación del menstruo a la juventud (Bajo mis bragas / y un pétalo obsceno / grita / que todavía soy joven), la discriminación por pobreza menstrual (Un paquete de compresas / en algunos establecimientos del mapamundi/ se vende como un artículo de lujo) o la trampa en la que muchas mujeres caen por intentar a toda costa mantener una apariencia juvenil (… obsesionadas en competir / con Lolita de Navokov).

Llüisa no es la primera poeta que escribe sobre este hecho como nos indica Rosa Silverio en el magnífico prólogo que antecede a esta edición. Pero hay que destacar que la voz poética de Lladó está siempre desnuda de fingimientos y se vale de unos pilares muy particulares para construir un mensaje directo, llamando a cada cosa por su nombre y jugando con los recursos del género de una forma muy personal y estimulante, sobre todo, por los juegos semánticos y el juego con la funcionalidad léxica (Ave-crema; fe-minidad).

El libro no se divide en capítulos. Va elaborando el mensaje con la concatenación de poemas, abordando la disquisición tanto con su contenido como con sus títulos, empezando por el alarde semántico del título del libro. La etiqueta roja se emplea comúnmente en el mundo de la alimentación y las bebidas alcohólicas como indicativo de calidad. Sin embargo, aquí, es una etiqueta de connotaciones negativas. La mujer nace con ella y con ella ha de elaborar su discurso vital. Un hecho natural ha sido utilizado como un distintivo de señalamiento y se ha convertido en una herencia cultural lastrante, teñida con el color de la sangre; es como el sello de propiedad en la piel de las reses.

Este libro sondea todas las aristas del tema que Llüisa Lladó aborda con la honestidad de quien utiliza el arte poético para exponer lo sustancial de un conflicto emocional, desmenuzándolo e incitando a la reflexión desde la concienciación: etiqueta roja / a cada una de las parcelas / concebidas para hacernos creer / que somos ínfimas. Sin ésta, nada puede cambiar y éste es el objetivo. Etiqueta roja termina con un poema cuyo título se escribe al final del mismo, Segregación, no al principio. Porque es la conclusión y el lugar de donde partir para continuar con la lucha por la dignidad de todas las mujeres. De todas porque todas sabemos del peso de este impuesto e injusto etiquetado.

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