El mirador de los perezosos
Sergio Barce
Ediciones del Genal
216 páginas
Ediciones del Genal ha puesto en circulación una nueva obra del escritor residente en Málaga y nacido en Larache, Sergio Barce. Hablamos de El mirador de los perezosos, un conjunto de relatos que vienen a ser un homenaje espacial, social e histórico a la ciudad de Tánger.
La escritura de Sergio Barce, como ya nos tiene acostumbrados a quienes les seguimos desde hace un tiempo, tiene una particularidad entre otras, que es necesario resaltar a mi entender, y es que el yo narrador e incluso el yo escritor, las más de las veces, forma parte del elenco de personajes que utiliza en la conformación de las historias que hilvana.
Esto no es inaudito en nuestros días, desde luego, pero, sí es una seña de identidad de su escritura. Quizá sea una técnica elegida para enfrentar el albo folio, o, también, y la más probable, que las circunstancias que confluyen en este escritor, por nacimiento, formación, instrucción y pensamiento, le impidan otra mirada que la que ofrece en sus novelas y relatos, es decir, la creación de ambientes integradores, mestizos y amigables, en donde todo el mundo tiene cabida, más allá de elementos reductores como la religión que se profese, la edad que se tenga, el género, el lugar en que se haya nacido o aquellas otras cuestiones de carácter meramente políticas, en las que ni siquiera me voy a detener, pero, que van en contra de la igualdad de las personas declaradas tiempo ha por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y tan incumplidas siguen estando por las sociedades y los gobiernos que nos damos o se nos imponen.
Y algunos pensarán que a cuento de qué viene este diserto de Paco Huelva. Pues, me explicaré. En todos los relatos y novelas de Sergio Barce, subyace la idea de fraternidad, de reconocimiento y de respeto a la otredad por el simple hecho de haber nacido. En todas. Y no es que solicite la tal cosa de forma explícita, es que en la trama que hace de urdimbre en las mismas, la esencia que hace de sustrato es la fraternidad entre las personas y entre los pueblos, más allá de las situaciones económicas, políticas, sociales y religiosas en las que se hallen inmersos los mismos.
Sergio Barce se está convirtiendo a mi entender en un embajador entre dos orillas. Las existentes entre Marruecos y España de forma especial, pero, que podría trasladarse a otros lugares del orbe.
El literato que vive y que sueña y que habita todos los espacios -no en vano han salido de su pluma- de El mirador de los perezosos, no solo demuestra una vez más ser un excelente narrador, sino que, a su vez, por boca de sus personajes y de las historias en que se ven envueltos, reclama la necesidad de otro mundo basado en ideas y conceptos que no sean ajenos a la fraternidad y la solidaridad entre los seres humanos.
Coincido con el politólogo, traductor, columnista y escritor Mohamet El Morabet, al que vine a conocer tiempo ha el mismo día que a Barce -en unas jornadas en Córdoba sobre la escritura de las dos orillas y en la que ambos eran ponentes en una mesa que tuve el honor de presidir-, en que “la mirada narrativa de los libros de Sergio Barce sobrevive a todas las catástrofes. Pocos escritores en la literatura actual consiguen sostener un tono tan íntimo, hondo y personal”.
De un profundo humanismo, los diez relatos que componen El mirador de los perezosos, algunos de ellos emparentados con la crónica de un mundo y de unos lugares que se fueron, que se perdieron en las esquinas del tiempo para quedar habitando la memoria de unos pocos, son de una calidad narrativa y expositiva innegables.