He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes
Basilio Sánchez
Visor Libros, Colección Visor de Poesía, 2019
XXXI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe
El escritor y médico Basilio Sánchez (Cáceres, 1958), que a comienzos de 2019 obtuvo el Premio Centrifugados – 2018 con la magnífica obra Esperando las noticias del agua (Editorial Pre-Textos, Colección “La Cruz del Sur”), había recibido, apenas unas semanas antes, la feliz noticia de la consecución del XXXI Premio Loewe, galardón que viene a sumarse, en el contexto de su reconocida carrera como poeta, al Premio Unicaja, al Tiflos, al Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina”, al Premio Extremadura a la Creación, y a los accésits en el Adonáis y en el “Jaime Gil de Biedma”. Undécimo de los poemarios del autor cacereño –sin contar su volumen de poesía reunida, titulado Los bosques de la mirada-, He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes ha visto la luz para confirmarnos, con el añadido prestigio del Premio Loewe, el estado de gracia de toda una propuesta lírica de singular altura.
Basilio Sánchez profundiza aquí en la idea sobre la que había sustentado Esperando las noticias del agua: “la posible refundación del mundo (…) por medio de la redención de un “locus amoenus” perdido”, en palabras de la Asociación de Editores de Poesía. Y profundiza hacia lo alto, que tal contradicción –sólo aparente contradicción- es admisible. Pues la actitud contemplativa de He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes encamina al descubrimiento consciente de la iluminación poética: “En la ventana arde / la lámpara de cobre / de la que se desprenden las palabras”. Palabras gracias a las cuales se presiente “un mundo elemental, un universo / que, abismado en sí mismo, sigue intacto”.
Y admirable resulta, en estas páginas, cómo el autor acierta a vincular el latido cósmico de todo lo vivo con lo metaliterario y el ejercicio de una escritura transparente: “Los poemas que nos hacen mejores / son los que nos devuelven (…)” a “conducirnos con naturalidad, sin artificio”; “Escribir un poema / supone, de algún modo, regresar / (…) al caldo primigenio / y a los cielos sin luna, a la inminencia / de las casualidades y los astros”.
Estructurado el libro en tres partes y una coda, los títulos de la segunda y la tercera toman el último verso de la sección inmediatamente anterior, en cada caso, lo que refuerza la unidad de un conjunto de gran hondura, cálido, armonioso, y enaltecido además por momentos muy brillantes: “Cuando escribo / paseo con un ángel / arrojado innecesariamente del paraíso”; “…la herida es la distancia / que nos convierte en extranjeros. // En el dolor no hay pájaros, / sólo dioses hablando con los dioses”.
“La poesía es el oficio del espíritu”, leemos mediada la obra; más aún: “Las palabras son mi forma de ser”, llega a escribir Basilio Sánchez –uno de los mejores representantes de nuestra lírica meditativa contemporánea-. A juzgar por los resultados de He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes, debemos felicitarnos por ello sin resquicio para la duda.