Primer Labio
María José Mures
Betania, 2018
Con el firme anhelo de entenderse y de entendernos, María José Mures (Fernán Núñez, Córdoba, 1970), edita Primer labio (Betania. Madrid, 2018). Su verso, evidente y directo, se afana en superar a golpe de fe y devoción los límites de lo amado: alma y cuerpo unidos en un presente intransitivo donde hay libertad para refundar cada esquina de lo real.
Vivo contigo tal y como eres, por lo que haces
y dejas de hacer
por lo que tienes en el corazón y dejas de tenerlo. Vivo contigo
porque el placer
lo siento en tu verbo: primer labio.
Una realidad, sí, que no deja al lector espacio ni ventana a otra interpretación que no sea la que el sujeto lírico ordena y desgrana mediante un verbo palpable, presentido.
Dice Aimée G. Bolaños en su epílogo que este ‘poemario recorre las estaciones del amor, integrando lo literal y simbólico: viaje de los sentidos y la afectividad, de elevación y profundidad al dar fe de la pasión’. Y lo hace, en efecto, mediante un revelador instinto que pespuntea las remembranzas de escenarios pretéritos. De aquellos instantes, surgen dolientes consecuencias:
Quedé como zapato
contra la pared, estrellada,
asustada por la nieve que robó el calor
el baño no avivaba el cuerpo
a punto de hervir y no calentaba
una mano era más que el sol.
La ausencia se abraza a cada instante y aprehende los mapas interiores del tiempo, y se torna aquí y ahora, protagonista de un relato pleno de intimismo comunicativo, que roza, en ocasiones, lo evidente. Tal y como sucede en esta reprimenda titulada ‘Incumplimiento’:
Prométeme no tocarme
ni mirarme tan siquiera
no hables cuando calle,
sal, lleves o no
mis pensamientos, ¡ves!
debí no decirlo, nada has cumplido.
En su prefacio afirma Jesús Pérez García que Primer Labio ‘nos muestra un camino en el que se van procesando las emociones, y por eso va cargándose cada vez más de sabiduría. Hay un transcurso que va de lo material a lo simbólico en una espiral del amor que comienza con el momento del frenesí y el placer en catarata, y se precipita hasta el vacío y la ausencia en forma de pérdida’.
Y en ese camino, María José Mures insiste en su deseo de reconquistar lo vivido, en navegar en busca de aquellas aguas solidarias… ‘hasta encontrarte y descansar’…
En el discurrir del libro, caben también, un abanico de sensaciones, acordanzas, sentimientos… que se resuelven en interrogantes de compleja comprensión, secuencias fugitivas, complejos interrogantes, lentos adioses, oscuras cavilaciones:
Nos han tapado la boca y no podemos escribir,
tras las Torres
está el silencio naranja.
Nos hemos maniatado el sentimiento
despedimos agonía
que medimos con más.
Últimas cartas,
sé feliz sin mí.