Carmen Martín Gaite, una biografía
José Teruel
Tusquets Editores, 2025
El mundo de Carmen Martín Gaite
José Teruel ha escrito un libro muy interesante que recorre toda la vida de Carmen Martín Gaite. Publicado por Tusquets, en la sección Tiempo de memoria, este ensayo es un recorrido por la figura de una de nuestras grandes escritoras. El libro ha ganado el Premio Comillas de ensayo 2025.
Entre los recuerdos aparece la mención de su hermana Ana María, José Teruel, que ha realizado una magnífica investigación en el libro:
“Según me han comentado amigos de Carmiña, Ana sintió celos e incluso una irremediable envidia de su hermana, que fue la escolar brillante y la hija predilecta de sus padres…”.
Estos celos demuestran la gran personalidad de la escritora, que se casó con Rafael Sánchez Ferlosio y que demostró su gran talento en las importantes novelas que escribió. Ana la cuidó cuando el proceso de la enfermedad de Carmiña fue irreversible:
“Ana María nunca le reveló a su hermana el carácter terminal de su enfermedad (consideraba que no debía hacerla sufrir más)”.
Pero Carmen Martín Gaite, que sufría un cáncer, era probablemente consciente de lo que ocurría. Fue una mujer tan inteligente que supo captar y conocer a sus amigos, crear personajes inolvidables y fue muy sociable, tanto que fue muy estimada por todo el mundo.
José Teruel hace un trabajo de investigación magnífico, y recorre la vida y la obra de la escritora, pero también se detiene en su labor de crítica literaria:
“Uno de los rasgos distintivos y originalísimos de Martín Gaite como crítica lo constituye su capacidad de ejemplificar, y la manifestación efusiva del entusiasmo, “que no tiene nada que ver ni con la ingenuidad afectada ni con la ausencia de rigor”, sino con una particular voz necesitada de asideros plásticos, que no encontramos en otros críticos masculinos”.
Y obras como Caperucita en Manhattan, Lo raro es vivir o su obra iniciática, Entre visillos. De Caperucita en Manhattan, nos cuenta Teruel que quiere volver a la niña que fue y quiere cambiar el desenlace del famoso cuento. Hay un deseo de libertad, de volver a la infancia, de recorrer de nuevo el camino de la inocencia perdida.
Y su muerte el 23 de julio del 2000 en una habitación del Ruber Internacional. La muerte es un vacío que deja sin contarnos lo que le atormentaba a la escritora, que no podemos leer en diarios o cartas, nos dice José Teruel, porque “siempre queda mucho por decir”.
De ese final de la escritora, queda también los buenos amigos que fueron a su entierro y ese momento en que Rafael Sánchez Ferlosio estuvo una hora en la habitación donde estaba la escritora ya enferma. El gran escritor estaba “roto”, porque el dolor le impedía expresar lo que sentía. Cuando Ferlosio salió y le dijo a Raquel y a Ana María que si podía hablar del encuentro entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso era una forma de ocultamiento. El dolor era tan hondo por ver a la que fue su gran amor en la antesala de la muerte.
No deja de contarnos las experiencias amorosas de Carmen con otros hombres, más jóvenes que ella, como fue la relación con Gonzalo Torrente Malvido, hijo mayor de Gonzalo Torrente Ballester.
Escritora de cuentos, que le ayudaron a escribir sus grandes novelas, mujer sociable, inolvidable en tantos instantes con amigos como Juan Benet o Ignacio Aldecoa. Carmen Martín Gaite fue una apasionada del siglo XVIII español, en sus muy conocidos Usos amorosos del dieciocho.
Pero lo que sí recuerdo, como si me llegara en la bruma del tiempo, ya fuera del libro magnífico que ha escrito José Teruel es la impresión que me causó caminando por el Retiro madrileño con su boina, a veces sola, como si esperara que el destino la columpiase en una carroza dorada, como una niña en los cuentos que tanto le gustaron. Mujer que se dio a todos, pero que, en el fondo, escondió una gran soledad, este libro nos la refleja, nos la recuerda, nos cuenta muchas historias (un repaso a su obra y su vida detallado) que hace que ya sea inolvidable para todos. Se cumple el centenario de su nacimiento y no puedo olvidar la mujer que paseaba sola con su gorra por el invierno de Madrid.