Galdós fue republicano (salvo su apoyo a Prim y al efímero monarca Amadeo de Saboya), primero frecuentó los círculos liberales para pasar al republicanismo moderado del reformista Melquíades Álvarez y por último acercándose a su admirado Pablo Iglesias, con quien formaría la Conjunción Republicano-Socialista (1909), de la que él mismo fue presidente, consiguiendo que Pablo Iglesias accediera a las Cortes.
Tres veces resultó diputado, su activismo político más intenso fue durante la última década de su vida, entre 1907 y 1912, donde se sintió muy cerca del fundador del PSOE, diciendo en una ocasión en una entrevista a la revista Por esos mundos el 21 de junio de 1905: «Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado y admirable que hay en la España política». En dicha entrevista defendió la pertinencia de la participación política diciendo entre otras cosas que el abstencionismo político es la muerte de los pueblos y el que por asco se aleja de la política no merece ser hombre, ni ser libre.
El hombre político, patriota hasta la médula, formado en el krausismo y admirador de la Institución Libre de Enseñanza, se hizo decidido regeneracionista. Primero liberal de joven, se fue desplazando hacia la izquierda según envejecía. El republicanismo tuvo multitud de divisiones y querellas internas, pero el prestigio de Galdós se mantuvo.
Una muestra de la manipulación de Galdós por un sector de la derecha española que le tenía en su época por el enemigo a batir, y que impidió que recibiera el premio Nobel mediante una intensa campaña nacional e internacional que desconcertó a la Academia Sueca y que se realizó para combatir la gran influencia social reformadora obtenida por sus escritos en la prensa, sus libros costumbristas y sus obras de teatro. Una muestra de que todavía existen rescoldos de esa campaña es el folleto publicado en 2020 por el Ayuntamiento de Madrid con motivo del centenario de la muerte del escritor titulado Mapa Cultural Ilustrado: Galdós es Madrid en el que se recorren los lugares más emblemáticos que Galdós describe en sus obras, en el que se indica al referirse a su relación con el Palacio de las Cortes, que su entrada en él es por dos veces diputado en 1886 y 1910, cuando fueron tres, olvidándose de que salió diputado también en 1914 por Las Palmas con un resultado abrumador. Además en la redacción del folleto parece que las dos primeras fue diputado por Madrid, cuando sólo lo fue por Madrid la segunda, siendo la primera por Puerto Rico en 1886. Se indica incluso en una frase menospreciativa que obtuvo poco más del 10 por ciento de los votos, cuando los datos publicados en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid del 9 de mayo de 1910 y las actas en el Archivo de la Villa indican que de un censo de 114.502 votaron el 66%, obteniendo la conjunción republicano socialista el 54 % de los votantes (el 36 % de los votantes) y mientras los monárquicos obtuvieron el 40 % de los electores (el 26 % de los electores). Utiliza de forma equívoca las cifras globales de toda España para indicar que el resultado de los republicanos fue de un 10 %, ya que salieron elegidos 37 republicanos y un socialista de un total 377 diputados. Además se indica a veces que fue fruto de una abstención de las derechas, pero no fue así al registrarse la mayor abstención en los barrios obreros, pero las derechas no alcanzaron ni en los barrios más aristocráticos superar el 40 %, mientras la conjunción republicano socialista obtuvo en seis de los diez distritos más del 60 %, y no bajando del resto del 40 %.
Reproducimos a continuación una página de El Socialista con motivo del primero de Mayo, donde se expresa ese coincidencia de Galdós con el compromiso de los socialistas por la emancipación de los trabajadores.
EL SOCIALISTA nº1.311 con fecha de 1 de mayo de 1911 (Día Internacional de los Trabajadores)
En este, Pérez Galdós analiza la situación de los trabajadores españoles en aquel entonces, incluyendo la necesidad de regularizar una jornada laboral de ocho horas, la fijación de un salario mínimo y de conquistar mayores y mejores reivindicaciones sociales, todo ello a través de la manifestación y las marchas, por lo que invitaba a todos los trabajadores y lectores de El Socialista para que se hiciesen partícipes de estas.
Reproducimos entrecomillado fragmentos del artículo y comentamos en subrayado el sentido de algunas de las afirmaciones que Galdós realiza en este artículo.
“Es la fecha de hoy la elegida por los proletarios del mundo, debido a la hermosa iniciativa del inolvidable Congreso de París de 1889, para manifestar ante la clase poseedora su propósito de redimirse de la dura esclavitud del salario y alcanzar su completa emancipación, es decir, la emancipación económica, mediante su propio esfuerzo, arrancando a la burguesía concesiones que vayan poniendo a la clase trabajadora en condiciones de realizar la gran transformación social que dé al traste con los privilegios de una clase cuya misión histórica está a punto de terminar”.
“La clase productora sabe ya que el origen de su dependencia económica no proviene de causas naturales e inmutables, sino artificiosas, creadas por la codicia de una clase social hábil y rapaz y mantenidas por la ignorancia de la mayoría de los hombres durante siglos: sabe también que el remedio a esos males estriba en organizar la sociedad sobre bases más equitativas, y ha puesto manos a la obra con todo el ardor de los convencidos.”
Estos dos párrafos dejan claro el compromiso de Galdós con los fines del socialismo, aunque no fuera afiliado.
“Para realizar tan elevada misión, la clase trabajadora necesita capacitarse debidamente, y lo primero que le hace falta es adquirir o conservar su robustez física y acrecentar sus energías intelectuales. A este fin, impónese en primer lugar acabar con el derroche de fuerzas que supone una larga jornada de trabajo, que al par qué, extenúa el cuerpo le priva de tiempo para dar satisfacción a las nobles potencias del espíritu, contribuyendo así a perpetuar la ignorancia y la miseria. Por eso la jornada de ocho horas y la fijación de un mínimo de salario figura en primer término entre las reclamaciones formuladas hoy a los Poderes constituidos. Pero téngase en cuenta, qué si los trabajadores quieren obtener por medio de una ley dicha jornada, no renuncian por eso a ir reduciendo las horas de trabajo, y a arrancar de los patronos directamente cuantas concesiones puedan: es decir, que no lo aguardan todo de la acción gubernamental, sino que desean conquistar por su esfuerzo propio cuantas ventajas les sea dable obtener.”
En este párrafo Galdós apoya la necesidad de la formación intelectual (la educación) para lo que es imprescindible disminuir las horas de trabajo. Apoya las acciones realizadas por las organizaciones obreras (acción sindical), así como su forma de actuar al negarse a aceptar en exclusiva la acción gubernamental, aunque la requieren como necesaria.
“Si hasta ahora no ha conseguido la clase trabajadora que triunfen en absoluto las reivindicaciones que en este día formula, no por eso ha dejado de conseguir resultados apreciables, pues es un hecho que la legislación del trabajo ha avanzado considerablemente en todas partes, y aun cuando el desiderátum de las ocho horas no se haya logrado, es indudable que la acción continuada de las fuerzas obreras obligará al cabo a los representantes de la burguesía a dar cumplida satisfacción a los anhelos de los proletarios.”
Aquí Galdós apoya la acción reivindicativa continuada en el tiempo, a diferencia de otras actitudes puntuales que aunque fueran más intensas obtendrían menos resultados.
“Este año, la Manifestación tiene en nuestro país algunos puntos más en su programa. Trátase de reclamar del Gobierno la revisión del proceso Ferrer y demás sentenciados a muerte por los sucesos de Barcelona, la derogación de la ley de Jurisdicciones y que no se realice en África ningún género de intervención armada ni de conquistas territoriales.”
Los graves sucesos de Barcelona en finales de julio de 1909 (La semana trágica) con 78 muertos y 500 heridos fueron el resultado de la indignación colectiva por el reclutamiento para la guerra de África a la que al final iban siempre los humildes que no podían pagar para ser excluidos. Lo que gritaban los manifestantes era: ¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los ricos! ¡Todos o ninguno!
Ante esta situación, tras multitud de detenciones en una dura e indiscriminada represión, la monarquía buscó un chivo expiatorio en el maestro Ferrer como supuesto instigador por difundir sus ideas anarquistas, siendo ejecutado el 13 de octubre de 1909, junto con otros cuatro de los detenidos, lo que produjo una fuerte indignación internacional.
“Como en todas estas reclamaciones tiene sumo interés la clase trabajadora, nadie debe faltar hoy a la Manifestación. Cada acto de estos que celebramos es un paso que damos en el cambio de nuestra emancipación.”
“La gran familia socialista española, en perfecta unidad de fines y sentimientos con el Socialismo mundial, celebra su Fiesta solemne el 1º de mayo, risueño día que en el esplendor de la primavera parece simbolizar la esperanza de un año feliz.”
“En la hermosa confraternidad de este día, los obreros se sienten aliviados de la pesadumbre de su malestar presente, y dilatan su pensamiento y su alma toda hacia el ideal de Justicia y de Reparación social, que se vislumbra en las nieblas de un porvenir cada día menos lejano.”
“A los socialistas debemos los republicanos la infusión de la más pura sangre política: la firmeza en las ideas y el tesón irreductible para sustentarlas en todo tiempo y ante todas las resistencias que oponen los Poderes, petrificados en la rutina; la pureza moral, la fidelidad en los compromisos y la derechura inflexible en los propósitos.”
“Aliados somos para un determinado fin. Séales dichosa, séales fecunda su activa y tenaz propaganda.”
En este párrafo insiste en la pertinencia de la alianza de los socialistas con los republicanos para la regeneración del sistema político.
¡Adelante, amigos!
Benito Pérez Galdós