De pequeña siempre me decían que los amigos se pueden contar con los dedos de una mano, y según camino mi trayecto vital, sobre todo en estos momentos, me doy cuenta de que los amigos son aquella familia que tú diseñas, que sin importar el ADN te protegen, te cuidan, te aman sin juzgarte y son felices con tu felicidad.
Conocí a Hilario una tarde lluviosa de octubre, en la reunión de la Tertulia del Café de Oriente, desde el comienzo hubo entre nosotros una conexión maestro-alumna que quiere aprender todo con urgencia. Aprendí, aprendo mucho de él, en lo tocante al verso, pero también me ha dado lecciones de vida que llevaré en el fondo del alma hasta el día que mi aliento de los últimos sones.
Hilario Martínez Nebreda (Quintana Ortuño – Burgos 1945) cursa estudios en colegios de la Merced, donde adquiere una formación humanística. Matriculado en psicopedagogía, en la Universidad de Santiago, forma parte del grupo Lar de Galicia y de ‘Titiriteros de Binefar’ y Ciudad de los Muchachos de Orense. Está considerado como uno de los referentes poéticos de nuestro siglo, por la singularidad de su poética que desborda originalidad debido a su versatilidad como autor.
Será uno de sus tíos paternos, diletante de la poesía y la música, le inició ya muy niño en lecturas del cancionero y romancero. En este abrevadero va siempre a calmar su sed de poesía. Otra fecha significativa para él es el año 1960, su primera llegada a Madrid, donde, una persona carísima en su recuerdo le regala las obras de San Juan de la Cruz como testimonia en su dedicatoria ‘el cid de la poesía con ‘fabu’ afecto’, aludiendo así al carácter épico y romance de sus lecturas y a su fabulación y fantasía propia de los 15 años. Ese mismo año le regalaron las obras completas de Rubén Darío. Estos dos poetas le van a motivar los primeros versos y un amor más profundo hacia la expresión lírica.
A lo largo de su obra se siente la poesía como espacio que habita desde un sentimiento de llamada a evocar, provocar e invocar… Sin embargo, su poesía es un hacer silencioso, una actividad en un ‘dónde y cuándo’, como dice ‘a grupa del tiempo, en el camino’. Su poesía nos habla del camino, de hombres en migración y trasiego: peregrinos o caminantes, pastores, afiladores, gitanos, saltimbanquis y zíngaros, titiriteros.
Entre los años 1955-1970 realiza su formación clásica y humanística. Periodo en el que comienza a perfilar la primera parte de su obra poética ‘Atanor’, apareciendo en el año 1966 la primera parte ‘El Caminante y la luna’ (Cancionero, dividido en 6 partes): 1. De tierra y mar. 2. El animal y la novia. 3. El niño y la mar. 4. Lunadas. 5. El juglar y la momia. 6. Romancero del afilador.
Ente los años 1970-1977: Comprometido con el mundo del mar, se vincula a la pedagogía de Paulo Freire, da conferencias de concienciación y formación humana. Publica periódicamente artículos sobre problemas marineros en el Diario de Pontevedra, trabaja en mundos marginales y hace lectura de poemas inéditos. Durante este periodo aparece la segunda parte ‘Almanaque de piedra’ 1, Hombres del esparto y la ballena (1973-74). 2, Heridas de piedra (1974-75). 3. Chagas no mar (obra en gallego de 1976). 4, Pareidolias – hojas rotas. 5, Cantar de mío cantar. 6, Esbozos de Platón en los labios de una musa.
Sin abandonar nunca la introspección optimista, la poesía de Hilario Martínez Nebreda abre un resquicio a la presencia de esos hechos fortuitos que modifican las certidumbres o la vida cotidiana, y que se convertirían en elementos centrales de su poética de madurez.
1978-82: recién llegado a Madrid se encuentra con la llamada ‘movida madrileña’, frecuenta los pubs y asociaciones de cultura entonces en sus comienzos como la de Prometeo del Café Lyon, donde expone una conferencia sobre Rosalía de Castro. Así como en el Ateneo, sobre Alfonso X el sabio, presentaciones y actividades culturales. De 1979-80, recorre España y el Sureste de Francia trabajando de temporero en diferentes trabajos agrícolas y de la construcción. En la tercera parte de su obra III. Cantos Ebrios. 1. Es-cupido de mis cantares (Es-cupido-Príapo y la diosa). 2. Oráculo de Kios (Aquiles y la Tahur -Ordalía de Narciso-Look-bell o el ángel de seducción). En la tercera parte de su obra III. Cantos Ebrios. 1. Es-cupido de mis cantares (Es-cupido-Príapo y la diosa). 2. Oráculo de Kios (Aquiles y la Tahur -Ordalía de Narciso-Look-bell o el ángel de seducción). Es evidente también a lo largo de su obra el continuo ir y venir sobre temas de la infancia. Podemos observar acaso el punto en el que su poesía directa pero difícil, familiar pero esencial, prosaica, pero con frecuencia sublime, da un giro hacia una mayor intensidad y dramatismo.
1983-2012: se retira de los movimientos culturales y sigue trabajando silenciosamente en su poesía. En el año 2000 se une a la iniciativa de una nueva tertulia del Café Gijón y Asociación que reúne poetas y pintores ‘Versos Pintados del Café Gijón’, a la que pertenece. Desde entonces se ha centrado más en la elaboración de su obra poética, por la cual se ha interesado la Editorial Vitruvio.
Las dos últimas partes de su obra IV. El Catón, V. Sinfonía incompleta (1, Cantos de la Sibila. 2, Aquí, en Getsemaní. 3, La barca de Gilgamesh. 4, Cántico de Anastasia: Retablo, La Cora de lo incontenible-La Cora de los vivos. Deja clara muestra de su alta calidad de su estética, estilística y su concepción del mundo a menudo punzante e irónica, pero siempre realista y acertada.
En sus poemas, podemos apreciar los temas más característicos de su poética: un sentimiento de inquietud extrema donde se desborda desde el primer instante el ánimo filosófico de este autor a lo largo de toda su obra aparece también temas como el de la soledad, el tema recurrente de la vida vista como un elemento vivo cuya metamorfosis a lo largo de los años no lleva al autor a una actitud resignada o al abandono de la esperanza. Aparece también como tema dentro de su obra la conciencia de la lucha social. Desde el punto de vista formal de su poesía podemos decir, con gran certeza, que nos encontramos ante un casi sinfónico empleo del verso libre o verso medido, evidente es a lo largo de su poesía la concepción de la lírica como expresión del alma a través de metáforas y símbolos, recursos que maneja con gran maestría.