Sombra de Luna de Francisco Álvarez ‘Koki’ (Editorial Sial Pigmalión, 2015)
Francisco Álvarez ‘Koki’ (A Guarda, 1957) es un autor gallego que en la actualidad reside entre su Galicia natal y la ciudad de Nueva York. Con obra escrita en gallego y castellano, tiene en su haber diversos poemarios y ha coordinado diferentes antologías de escritores españoles en EE.UU.
De su amplia producción literaria podemos destacar varios títulos. En gallego, Maruxia (2010), Ratas en Manhattan (2007), Alen da Fronteira (1999) o Mais alo de Fisterre (1991). En castellano, Para abril y amantes (2012), Geometría y angustia (2012), Escritores españoles en los Estados Unidos (2007), Entre tu cuerpo y mi cuerpo (2006), Seis narradores en Nueva York (2006), Piel Palabra (2003) -muestra de la poesía española en Nueva York-, Al fin del siglo. Veinte poetas Antología de poetas hispanos en Nueva York (2000), Miradas de Nueva York (2000) o Entre dos aguas (1995). Recientemente, presentó Luna y Panorama sobre los rascacielos (nueva nuestra de poetas españoles en Nueva York) y en 2018 publicó El libro de Lourenzo.
El itinerario de este autor es extenso y fructífero. Sin embargo, en estas líneas solo vamos a detenernos en un poemario publicado en 2015, Sombra de Luna. Más de medio centenar de poemas componen este libro, lleno de espléndidos trabajos poéticos que nos ofrecen una muestra significativa de la poesía de este autor. Un acertado prólogo de Miguel Falquez-Certain pone el pórtico a esta obra, donde se nos anuncia que en las páginas de Sombra de Luna su autor, ‘Francisco, el hombre, nos brinda la reconstrucción de sus recuerdos,…con timbres melodiosos,…con ritmo gitano y gallego e hispanoamericano’.
En efecto, estamos ante un autor que ha extendido el horizonte de su poesía, construyendo un discurso poético inconformista y abierto, cuya vocación parece ser explorar e indagar más allá, siempre más allá. De esta forma, sin renunciar a sus raíces, desde esa capital del mundo que es Nueva York, crisol de tantas gentes y culturas, la poesía de Francisco Álvarez ‘Koki’ opta por una visión universalista de la creación literaria y, entre otras cuestiones, elabora un concepto propio de hispanidad. Todo ello confiere un alto valor a su obra poética.
Por otro lado, Nueva York se nos presenta como un ámbito que ni se ensalza ni se desdeña. Es el espacio, a tener muy en cuenta, donde van a brotar muchos de los poemas que forman parte de este libro de ‘Koki’. La gran metrópoli americana es la protagonista de ‘Romance de Nueva York’, pero también de poemas como ‘Suicidio en el Houdson’, ‘Greenwich Village’, ‘Park Avenue’, ‘New York, New York’, ‘Time Square’ o ‘Brodway’, poema este último que contiene dos versos que bien podrían valer para darnos la medida de N.Y.: ‘…es un río de gente / con diferente historia.’
En el primer poema de este libro, ‘Los farsantes’, entra sin ambages el poeta contra aquello que reprueba: ‘los farsantes andan por la vida / con su terrible remordimiento a cuestas.’ Eleva su voz junto a quienes claman justicia en su poema ‘Ausencias’, dedicado a esas madres argentinas sumidas en una desesperada y apenada búsqueda: ‘El grito de las Madres de la Plaza de Mayo / es una circunferencia estrangulada / entre el terror y la palabra’. Más adelante, rememora a las víctimas de la Plaza de Tiannamen en su poema ‘China.0’: ‘En china aquellos que sonaron / con la libertad, / se perdieron en el limbo dialéctico / del silencio.’ Y en ‘Requiem del emigrante’ hace igualmente de sus versos denuncia: ‘Carne de emigrante explotado, / con los años doblas tu altivez’. Además, en la poesía de Francisco Álvarez ‘Koki’ percibimos un compromiso cívico que se plasma en poemas como el titulado ‘Para la paz’: ‘Predicas en el desierto de cada pueblo, / hablando de paz que nadie entiende.’
Asimismo, desde las primeras páginas el autor nos ofrece una poesía que, en ocasiones, se torna introspectiva. Es el caso del poema ‘Reflexión’:
‘Caminé por el desierto de mi alma, nada había.
Aquí estoy descalzo por dentro
con odio, con amor y sin palabras.
Todavía recuerdo
la señal de cruz
que me enseñó mi madre,
todavía creo y, sin embargo,
algo me duele por dentro.’
La herencia poética que Francisco Álvarez ‘Koki’ atesora para su quehacer literario tiene su reflejo en el ‘Romance de la hispanidad’, un excelente poema en el que escribe, entre otros, estos versos:
‘Sobre Nueva York bailaba
el cante jondo de la Luna llena,
lágrimas de gitana y rumba
y de Puerto Rico la Plena.
Danzón de Cuba que canta
y merengue de Dominicana.
En la cumbia de la noche
Toda la Hispanidad avanza.’
En este poema de veintiocho versos, ubicado al final del libro, emergen nombres esenciales de la literatura más nuestra, más suya, como García Lorca, Neruda, Gabriela Mistral, Octavio Paz, ‘Gabo’, Cortazar, Borges, Fuentes, Hierro y Falquez. Todos ellos parecen ser parte del bagaje cultural de este autor que se cuela entre los versos de su poesía. Una poesía que entronca, así, no solo con la tradición poética gallega, también con la poesía hispana de las dos orillas del Atlántico. El eco, por ejemplo, de esa magnífica Longa noite de pedra de Celso Emilio Ferreiro se escucha en el poema ‘In Memoriam’: ‘…el misterio de otra vida / hoy te hizo su llamada, / y tú respondes con silencio / a un silencio. / Y a la vida, con la nada’.
Anotar aquí que el poeta emplea el leguaje con destreza, pues hay mucho oficio en los versos de este poemario. Para atribuir la necesaria musicalidad al poema, no olvida imprimir ritmo y sonoridad a las palabras que lo componen. De igual forma, construye imágenes que aportan fuerza expresiva a su disertación poética. Como muestra de ello valgan estos versos de su poema ‘La taza de café’:
‘Se rasguearon versos en el aire
en fiesta de aquelarre.
Esta noche soñaré con un gato negro
Mientras tomo café
debajo de la almohada.’
Del mismo modo, la poesía de Francisco Álvarez ‘Koki’ posee un sentido crítico y una nota existencialista que se refleja en versos como los que podemos leer en el ya citado ‘Romance de Nueva York’:
‘Te me mueres de farsante,
pues siendo la gran mentira,
llevas la mirada errante
y al mundo bajo tu mira.’
Otro ejemplo de esta característica es posible descubrirlo en los versos del poema ‘Éxodo’:
‘Cuán pobre y triste es el pensamiento humano,
la razón perdida en el materialismo,
el poder en el corazón, cuchillo en mano,
no hubo nunca en la tierra animal de mayor cinismo.’
Varios son los temas que emergen en este poemario. El amor es uno de ellos: ‘Tengo un revuelo de amor entre mis venas / y una canción de otoño entre tus manos.’ También la búsqueda que conduzca al hallazgo de ese alguien esencial que el autor presume infructuosa, porque ‘Tal vez nadie sepa nunca / penetrar en mi paraíso privado’. Pero el poema donde el tema del amor está presente con mayor intensidad en este libro es, a mi juicio, en el titulado ‘Una mujer me espera’: ‘Una mujer me espera / cada mañana al alba,/ con su pelo suelto, como la palabra,…’.
Por otra parte, la figura de la madre surge en el encantador poema ‘Circunferencia del recuerdo’. El descubrimiento de la poesía con los versos de ‘Vicente Aleixandre, patriarca del silencio’, como telón de fondo, es motivo de otro atractivo poema, y el plomizo e inexorable paso del tiempo ocupa su lugar en los versos de ‘Central Park’: ‘Un día nos levantamos cansados, / todo se nos hace pesado y viejo.’
Todo poemario es una colección en la que atisbamos piezas que cada lector o lectora acoge con mayor aprecio y hace suyas. En este sentido, Sombra de Luna tiene algunas que, en mi opinión, resultan sobresalientes. ‘¡América!’, dedicado a Eduardo Galeano; ‘Homenaje a César Vallejo’; ‘Tarde de feria en Granada’, dedicado a Lorca; ‘Elegía por la muerte del maestro Andrés Segovia’; ‘El poema de Manuel’, en memoria de Manuel de Dios Unanue que fuera asesinado, o ‘Chatelango’ dedicado a María Teresa Guardado que también murió víctima de otro asesinato. Un retablo de poemas a cual más significativo.
En definitiva, para quienes no hayan descubierto aún la poesía de Francisco Álvarez ‘Koki’ será, a buen seguro, un hallazgo de interés. El poemario Sombra de Luna, editado por Sial Pigmalión, puede ser un comienzo. La obra de este poeta no solo atrapa a quien la lee, también nos recuerda la trascendencia y el papel sustancial de la poesía en el mundo de hoy.