El día 25 de junio, además de la festividad de San Sosíprato (quien fue enviado por San Pablo a predicar a la isla de Córcega); lo es también de Guillermo de Vercelli, también conocido como san Guillermo abad, quien nos dejó esta frase de vigente actualidad, con la variante final: “Soy del parecer, hermanos, que trabajando con nuestras manos nos ganemos la comida y el vestido para nosotros y para los pobres”. Nacería en el norte de Italia en 1085. Nos cuentan los hagiógrafos que siendo muy joven haría el Camino de Santiago, cargando cadenas de gran peso, que apenas podría arrastrar; añadiendo la carga de la abstinencia durante el peregrinaje.
Pero no vamos a hablar aquí en este opúsculo del santo; si bien tengo dos buenos amigos con este nombre; quienes sí hacen su camino, comprometidos con la Hermandad de la Romería de la Virgen de Gracia. Lo vamos a hacer del Arte Cisoria, que viene a ser el título del libro escrito en castellano (según algunos eruditos, el primero de ellos). El contenido sería un tratado, feudal por excelencia: el arte de trinchar. Sin embargo, no se quedaría ahí, sino que clasificaría la comida en: carnes, aves, pescados, frutas y condimentos. Su autor no sería otro que el torralbeño (Cuenca), Enrique de Aragón, marqués de Villena (1384). Su obra: Arte de trovar (1433); Los doce trabajos de Hércules (1417); El arte cisoria (1423); Ángel Raziel (obra quemada en la hoguera); Tratado de Astrología (atribuido); Libro de la Peste y Tratado de la Alquimia. Además de traducciones de Virgilio, Homero, Cicerón o Dante”.
Su fama, más que como literato, le vino más como mago. Según una conocida leyenda, el marqués estudió artes nigrománticas con el mismísimo Diablo en la Cueva de Salamanca. inspiró a Ruiz de Alarcón, Rojas Zorrilla, Larra, Quevedo o Hartzenbusch. El poeta del siglo XV Juan de Mena, dejó escrito esto sobre Enrique en su “Laberinto de Fortuna”, del que recojo este verso: “Es Don Enrique Señor de Villena,/honra de España y del siglo presente.”
Nos interesa para lo escurialense la edición que se imprimiría del Arte Cisoria, en 1766, a partir de un códice de la Real Biblioteca Escurialense; donde su guardaría este códice desde su fundación. Posiblemente el Rey Felipe II lo comprara a los herederos de don Diego Hurtado de Mendoza. Lo publicaría el impresor Antonio Marín ( emparentado con Lorenzo de Ibarra y Marín, quien imprimiría en 1780 la edición del Quijote, por encargo de la RAE), a expensas de la Biblioteca Laurentina.
En el día de San Sosíprato y Guillermo, supimos de nuevos brotes de la Covid 19. Pronto se nos ha olvidado cuanto nos acecha. Y sabemos que ninguno de estos santos tiene competencia sobre este virus. Según parece en el Congreso, no les ha quedado a sus señorías más que arrimar el hombro, A la Nueva Normalidad. Eso sí, como era de suponer, desde la indiferencia de sus evidencias: menos da una piedra. Desde luego, nada que ver con la pulcritud con la que Néstor Luján, en su ingente obra gastronómica, añade: “Villena traza un curioso retrato del “cortador de cuchillo”: “Barba raída, uñas mondadas a menudo, bien lavado uñas y manos. Guarnidas sus manos con sortijas que tengan piedras…” No vendría mal esa asepsia política en el comportamiento de quienes hemos encargado nos representen.
