Reconstrucción de la biografía de Ana María Caro Mallén de Torres, la gran autora teatral de nuestro siglo XVII
Una ardua investigación realizada por la dramaturga y directora de escena Juana Escabias, saca a la luz la figura de la más importante dramaturga española del Siglo de Oro, Ana Caro Mallén
Es para mí una satisfacción haber contribuido a reconstruir la biografía de la dramaturga andaluza Ana Caro Mallén a través de una ardua y complicada investigación. Ana Caro Mallén, muy apreciada entre los hispanistas extranjeros por la calidad de los escasos textos que de ella han llegado hasta nosotros, fue sin temor a exageraciones la mejor autora teatral del XVII nacida en España. Su legado se compone de dos comedias que siguen el esquema de los cánones lopescos y otros escritos de diverso género (autos sacramentales, poemas, etc…) Su importancia para la historia de la literatura no es pequeña, a su indudable excelencia literaria se une la circunstancia de haber sido la única dramaturga del XVII de la que poseemos pruebas de que fue remunerada por representar sus obras.
A pesar de este listado de merecimientos, su biografía poseía innumerables lagunas. Se desconocía incluso su fecha de nacimiento y de fallecimiento y el lugar en el que estos hechos habían sucedido. Mi investigación, extendida a lo largo casi una década, da respuesta a muchos interrogantes. El trabajo supuso años de indagación por numerosos archivos históricos españoles y extranjeros, pero en él se pudieron encontrar una veintena de documentos biográficos relacionados con la autora (actas de bautismo, matrimonio, defunción…) y un documento del 14 de junio de 1641 en el que Ana Caro Mallén reclama el pago por un auto sacramental que compuso por encargo del Cabildo de Sevilla. Los resultados del trabajo se han expuesto en tres libros: Dramaturgas del Siglo de Oro. Guía básica (publicado por Huerga y Fierro Editores y prologado por Javier Huerta Calvo), Vida y obra de Ana Caro Mallén, con edición crítica de la comedia Valor, agravio y mujer y prólogo de Santiago Ruiz-Omeñaca (publicado por Editorial Benilde) y El conde Partinuplés, de Ana María Caro Mallén. Edición, introducción y biografía inédita de la autora a cargo de Juana Escabias (publicado por Esperpento Ediciones Teatrales).
El nombre completo de la escritora fue Ana María Caro Mallén de Torres. Sus padres fueron Gabriel Caro Mallén y Ana de Torres. No eran padres biológicos, sino adoptivos. La niña nació en Granada, a finales del siglo XVI, bajo la condición de esclava. El 6 de octubre de 1601, Gabriel Caro de Mallén y su esposa Ana María bautizan a la niña esclava en la iglesia de Sagrario Catedral, fastuoso templo granadino para parroquianos de abolengo. En el mismo acto la ‘prohíjan’, pasando a ser una más de la familia. La madre posee uno de los apellidos más ilustres de Granada, el padre es procurador de la Real Audiencia y Chancillería de Granada, un oficio cuyos nombramientos otorga directamente el Rey. Los Caro Mallén pertenecen a la nobleza. El apellido tiene su origen en la sevillana localidad de Lora del Río, se forma alrededor de 1520 por unión de los apellidos Caro y Mallén (pertenecientes a dos de los regidores de la villa) y se extingue a finales de 1600 (en 1683 se ha encontrado el último testimonio de su existencia).
La esclavitud en la Granada de la época va vinculada a la rebelión de los moriscos, producida a finales del siglo XVI. Los sublevados, mudéjares conversos al cristianismo y los descendientes de estos, protagonizaron una revuelva que vivió su momento álgido entre 1568 y 1571, y que terminó con su derrota. Algunos de ellos eran castellanos de raza blanca. Hasta 1609, cuando se decreta su expulsión definitiva de España, son ejecutados, apresados o enviados a galeras. Familias enteras son dispersadas vendiéndose a los niños y niñas como esclavos. Felipe II, temeroso de que el Papa le reprenda por exterminar a una población que había abrazado la fe de Cristo, ordena que los niños esclavos sean entregados a cristianos viejos para su asimilación cultural. Eso cambia la suerte de la niña esclava, que recibe una extraordinaria educación, desarrolla una brillante carrera literaria y llega a los corrales, a las imprentas y a la Corte.
Gabriel Caro Mallén y su mujer solo tuvieron un hijo biológico, Juan Caro Mallén, nacido y bautizado el 7 de marzo de 1600, y que terminaría sus días en Madrid, como consejero personal de Felipe IV. Gabriel enviuda y vuelve a casarse con Alfonsa de Loyola, hija de una importante familia granadina con la que tiene un segundo hijo que llegaría a ser predicador en Extremo Oriente y Comisario del Santo Oficio. Para que estudie el ‘lectorado’ (doctorado para los religiosos) la familia se traslada a Sevilla, ciudad en la que arranca la carrera literaria de Ana María en 1628 y en la que vivió sin interrupción, con excepción de su viaje a Madrid de 1637. No se casó porque el estigma de su origen se lo impedía en la clasista sociedad de la época. Falleció el 6 de noviembre de 1646, en el hospital de la antigua plaza de La Rabeta, en Sevilla, víctima de una oleada de peste que asoló la ciudad. Todas sus pertenencias se quemaron para atajar la epidemia. Este hecho resuelve uno de los misterios que se cernían sobre su persona: ¿por qué conservamos un legado tan reducido de ella?
La falta de informaciones biográficas básicas sobre Ana Caro Mallén siempre había llamado la atención entre los literatos. Ya en el siglo XIX, José Sánchez Arjona comentaba: ‘De lamentar resulta la falta de noticias biográficas de quien llegó a obtener señalado lugar entre los escritores de su época. Si escasas son las noticias de su vida, no lo son menos las de su obra. De las muchas comedias que, dicen, escribió sólo se conservan dos’. Sánchez Arjona dio a conocer la existencia de varios autos sacramentales de la autora representados en diferentes ediciones de las Fiestas del Corpus en la Sevilla del siglo XVII, y descubrió las actas de pago a cambio de los textos. Años después, el francés Jean Sentaurens divulgó esos documentos. En 1910, Pérez Pastor encontró en el Archivo Histórico del Ayuntamiento Madrid otro documento de pago a nombre de Ana Caro Mallén, remunerada en esta ocasión en su faceta de periodista, por elaborar la crónica de la boda de un primo de Felipe IV.
En vida, Ana Caro Mallén recibió reconocimiento y elogios por su escritura. En Sevilla, donde inicia su carrera, perteneció a la academia literaria del conde de la Torre. En El diablo cojuelo, Luís Vélez de Guevara le dedica a la escritora el elogio de ‘décima musa sevillana’, que más tarde se convierte en el de ‘décima musa andaluza’. La autora aparece mencionada en compilaciones del XVII, como la de Nicolás Antonio y la de Rodrigo Caro, que dice de ella: ‘insigne poeta que ha hecho muchas comedias representadas en Sevilla, Madrid y otras partes con grandísimo aplauso, entrando en muchas Justas Literarias en las cuales casi siempre se le ha dado el primer premio’. Ana Caro Mallén fue amiga de la novelista María de Zayas, publicó junto a Calderón de la Barca, Mira de Amescua, Ruiz de Alarcón, Antonio de Mendoza, Gaspar de Ávila, Vélez de Guevara, Sor Juana Inés de la Cruz, Francisco de Vitoria… Su primer texto se edita en 1628 y en 1646 el último. De toda su producción literaria, han llegado hasta nosotros dos comedias, una loa, un coloquio sacramental, cuatro relaciones y cinco poemas sueltos, y el título de varios autos sacramentales perdidos.
Entre los siglos XVIII y XIX su obra fue reeditada por autores como Mesonero Romanos, y recibió elogiosas críticas, entre otros, de Menéndez Pelayo o Lasso de la Vega, que afirmaba que el teatro de Ana Caro Mallén era superior, sin disputa, al de autores de mayor nota, como Guillén de Castro, Rojas, Montalbán o Vélez de Guevara. En 1980, la filóloga Lola Luna encontró uno de sus autos sacramentales perdidos, Coloquio entre dos, y reeditó sus dos comedias al tiempo que lamentaba la falta de informaciones biográficas: ‘¿Dónde buscar huellas de la existencia de una mujer como Ana Caro Mallén, con acceso a los circuitos de impresión, distribución, representación y remuneración, en un mundo en el que cientos de dramaturgos competían entre sí?‘. Otros especialistas interesados por la dramaturga áurea, entre ellos Matthew Stroud, T. Scott Soufas y Luisa Foley, se hacían la misma pregunta. Foley llegó a afirmar en 1977 que la biografía de la andaluza ‘estaba sometida a un misterio’.
La vida de Ana María Caro Mallén hace patente el grado de complejidad de la España del Siglo de Oro. Sirva su caso para hacernos reflexionar sobre nuestra propia historia desde otra óptica: España fue el último país occidental en abolir la esclavitud en todos sus territorios. Sirvan también estos descubrimientos en torno a Ana María Caro Mallén para reivindicar el nombre y la importancia de esta autora, más valorada en el extranjero que en su propio país. Ana María Caro Mallén de Torres, como tantas escritoras enterradas bajo la losa de la indiferencia, merece ser rescatada del olvido y que su obra sea situada en un lugar de honor.