Portugal, revolución y memoria (II parte). Si deseas leer la I parte pincha aquí
ENTRELETRAS ha conversado con Manuel Guerreiro. En Abril de 1974, cuando tenía lugar la ‘Revolución de los claveles’ en Portugal, el teniente primero Manuel Beirão Martins Guerreiro era Consejero de la revolución como representante de la Armada
Por Ricardo Martínez-Conde*.- | Julio 2018
El interlocutor para la soledad. El pensamiento en el espacio, lo que somos
-A tenor de lo que ha venido siendo la realidad histórica, ¿por qué cree que las revoluciones no piensan también en la fugacidad, en la transformación de las ideas, en el transcurso del tiempo? (1) ¿Tal es el peligro de la deriva de toda revolución?; ¿ha sido este el caso de Portugal a su entender?
-Pienso que las revoluciones son momentos muy intensos en la vida de las sociedades y de enorme aceleración para la historia. Son momentos de ruptura para sociedades más o menos bloqueadas que viabilizan el salto hacia nuevos estadios de desarrollo. En un tiempo relativamente breve se suceden numerosos acontecimientos que suponen grandes mudanzas en la organización del Estado y de la vida en Sociedad. En toda revolución existe siempre un mayor o menor factor de violencia que encerraba esa sociedad.
Una de las singularidades del caso portugués (25 de Abril de 1974) fue poner fin a una sociedad represiva y autoritaria sin derramamiento de sangre, prácticamente sin violencia. Y fue así porque los militares saben administrar la violencia. En el caso portugués habíamos decidido usarla solamente en caso necesario y como última posibilidad para obtener la rendición del Gobierno.
La aceleración del tiempo en las revoluciones es debida a la ruptura de la situación anterior y la aplicación de nuevos métodos, nuevas ideas, nuevos procesos con nuevos actores.
No hay mucho tiempo para la evolución y transformación de las ideas, más esa transformación ocurre, y es que los procesos revolucionarios también producen nuevas ideas y nuevos actores. Los propios iniciadores de las revoluciones son muchas veces sobrepasados o hasta devorados por las mismas. La transformación de las ideas tiene lugar generalmente por saltos y rupturas mayores o menores conforme el proceso revolucionario adquiere el dinamismo suficiente hasta su consolidación o éste se agota por falta de energía y apoyo.
Puede ocurrir que la revolución consolide apenas algunos de los objetivos iniciales o de los que fue adquiriendo en el proceso de mayor impetuosidad y energía; pudiera incluso acontecer que el proceso contra-revolucionario que se desarrolla en paralelo anule completamente la revolución. En una revolución todas las luchas y enfrentamientos son muy intensos, incluyendo las luchas y enfrentamientos de las ideas
-¿Qué diría usted?, ¿que lo prioritario es la acción o la idea?
-Para mí la acción y la idea no han de considerarse en términos de prioridad o alternativa. Son las dos prioritarias: sin acción no hay ruptura, más sin ideas debidamente asimiladas, aprehendidas y explicadas a los actores de la ruptura no hay revolución, aunque pueda haber rebelión o revuelta.
La acción para una ruptura con la vieja situación y el orden es indispensable; sin acción que transforme los mecanismos de gobierno y de los gobernantes no existe revolución.
Mayo del 68 no fue propiamente una revolución, aunque haya habido una fuerte rebelión contra el viejo orden social, cultural y de costumbres; provocó rupturas en este dominio, sobre todo entre los jóvenes estudiantes y la élite política y social dominante, pero no fue más allá de ahí, no consiguió crear una convergencia social y política capaz de asumir el poder.
Como en Mayo del 68 no hubo una toma del poder y la rebelión se produjo sobre todo en el campo de las ideas, la deriva hacia el maximalismo fue una forma de mantener la ilusión revolucionaria por algún tiempo. En el caso portugués sin embargo hubo una aceleración del proceso revolucionario más por razones de las tentativas contra-revolucionarias por invertir el proceso que por razones de ideas más avanzadas o de presiones reivindicativas del movimiento popular.
En Portugal no se produjo una deriva revolucionaria o un proceso fuera del control del MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas), aunque algunos sectores del MFA y de las fuerzas de oposición al régimen de la dictadura dejaron de hegemonizar los centros de decisión del proceso revolucionario. De ahí que acabó por triunfar parcialmente el proceso contra-revolucionario, que refrenó parcialmente la revolución e impidió que fuese sobrepasado el límite de la democracia representativa y de los intereses de Occidente. De hecho la acción de las fuerzas externas en Portugal fue determinante para que el proceso revolucionario no avanzase suficientemente
-Al final, como humanos, se nos impone una forma de regreso, una reflexión personal, propia. ¿Hacia dónde lo hace usted: al lugar, a la familia, a la dialogante soledad del mar…
-Tal vez aún no inicié el regreso. En el transcurso de mi vida he sentido la necesidad, en ocasiones, de volver a mirar hacia adentro de mí propio, de repensar y profundizar en las ideas y motivaciones; de permanecer más cerca de la familia. De otra parte, siempre me sedujo, desde joven, el sentir una relación directa con la naturaleza y con el mar, con los horizontes amplios y distantes en un gran espacio de libertad, algo que me otorgaría también la realidad de mi flaqueza y pequeñez en cuanto ser humano, frente a la tierra o al espacio cósmico que se puede sentir desde el mar en las noches de calma.
Tener la noción de ese pequeño grano de arena que somos en la tierra y de la mínima cantidad de polvo que somos en el cosmos nunca me desmotivó o desinteresó en pro de la realización de las ideas de justicia y felicidad hacia todos los seres humanos, antes bien me ayudó a relativizar las injusticias e incomprensiones que hube de afrontar en mi relación con los otros.
La soledad desde el mar o desde la cima de una montaña se transforma en comunicación, comunión y unión sentida con todos los seres que viven en la Tierra y con el universo, del que somos una parte importante.
Considero que la soledad nos otorga un sentimiento de presencia y unidad de todo y con todos
Post Scriptum
A día de hoy, el ciudadano Manuel Guerreiro es el director de la revista Asociación 25 de Abril, después de haber ostentado hasta hace dos años la presidencia, en su sección portuguesa, de la Asamblea de Amnistía Internacional.
Fiel y honroso destino para un hombre que, a modo de postura personal, ha venido a rememorar con su vida, de algún modo, lo que el poeta T.S.Eliot cantó para todos nosotros en su día:
El alba ya despunta y otro día/ se dispone al silencio y al calor. El viento de la aurora mar adentro/ ondula y se desliza. Estoy aquí/ o allá o en otra parte. En mi principio
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Nota (1): El profesor Le Goff, participante activo en un principio en la Revolución del 68 en París, a propósito del 50 aniversario de su celebración ha escrito: ‘El movimiento derivó hacia un modelo maximalista y convirtió sus reivindicaciones en valores absolutos’. Ese fue el motivo de su alejamiento en lo que había sido, en principio, su entusiasta vinculación a la causa.
* Ricardo Martínez-Conde es escritor, web del autor http://www.ricardomartinez-conde.es/