diciembre de 2024 - VIII Año

Jean-François Revel en el centenario de su nacimiento (1924-2024)

Como casi todos los años, se acumulan las conmemoraciones y el recuerdo de hechos y personajes, cuando se alcanza un aniversario “redondo”, sean los 50, los 100, los 500 años y otros. No es fácil ya recordar todo y a todos, pues la densidad de nuestra tradición cultural es muy grande, y sobre todo muy larga. En este año 2024, que ya se acerca a su final, se han conmemorado a muchos y se habrá olvidado a algunos, son cosas que pasan. Uno de esos personajes dignos de recuerdo es el pensador y ensayista Jean-François Revel, nacido en 1924 como Ricard, apellido que cambiaría después por el de Revel, con el que se lo conoce.

Fue un autor polémico siempre, un espíritu libre y muy crítico. Una posición de riesgo que le costó ir perdiendo amigos a lo largo de su vida, como François Miterrand (1916-1996) o Jean-Jacques Servan-Schreiber (1924-2006), el último gran líder del radicalismo francés (liberales de izquierda). Fue colaborador y amigo de ambos, especialmente de Miterrand, cuando éste lideraba el peculiar PSU (Partido Socialista Unificado) antes de su pase al socialismo, y colaboró con en L’Express, fundado en 1953 por Servan-Schreiber. Desde ese medio, y luego desde otros, compartió con ambos las campañas contra la Guerra de Indochina, la Guerra de Argelia y contra el régimen personalista del General de Gaulle (1891-1970), presidente hasta poco antes de su muerte de la Vª República Francesa que fundó. También coincidieron en las campañas contra la Unión Soviética por la Revolución Húngara de 1956, contra el comunismo ruso, contra la Guerra del Viet-Nam, en la década siguiente, y contra la invasión soviética de Checoslovaquia (1968).

Ganó celebridad con su ensayo ¿Por qué filósofos? (¿Pour quoi de philosophes?), publicado en 1957, que consiguió convertirse en un superventas. Revel tuvo siempre gran éxito de público. El texto cuestionaba los posicionamientos comunistas de gran parte de la filosofía oficial francesa y, muy especialmente, del gran “consagrado” entonces, el marxista-existencialista (si es que eso significa algo) Jean-Paul Sartre (1905-1980). Revel, integrante de la Resistencia Francesa desde los primeros momentos de la ocupación alemana (1940-1944), nunca simpatizó mucho con los comunistas, a los que vio colaborar con los nazis en los primeros tiempos de dicha ocupación.

La singladura intelectual de Revel no se desenvolvió sólo en la política, aunque su participación en ella no fue nunca muy directa, pues lo haría fundamentalmente desde la prensa escrita. No fue representante, aunque lo intentó una vez, ni senador, ni ministro. Sólo en el denominado “Gobierno en la sombra” contra el gobierno gaullista, que organizó Miterrand en 1966, figuró Revel como contra-ministro de Cultura. Pero duró poco. El paso de Miterrand al socialismo marxista, al integrarse en la SFIO (nombre tradicional del Partido Socialista francés: Section Française de la International Ouvrier), le llevó a separarse de Miterrand y, desde 1970, se convirtió en el “gran defensor” de la libertad en Francia, casi en solitario, mediante la palabra, sobre todo desde los medios de comunicación.

Comenzó a escribir en los medio, además de en el citado L’Expresss, a principios de 1960, como primer redactor jefe de las páginas literarias de France-Observateur, y colaboró ​​habitualmente en la revista de arte L’Œil , entre 1961. hasta 1967. Más tarde se incorporó a Le Figaro littéraire y, tras la publicación de su ensayo Pour l’Italie en 1958, también inició colaboraciones ​​en medios italianos, como en el diario La Stampa y en el diario de Indro Montanelli (1909-2001), en 1974, Il Giornale. Una trayectoria periodística que simultaneó con cursos, conferencias y la publicación de libros, lo que hace que mucho le consideren más un periodista que el autor de una obra política.

Raymond Aron (1905-1983), en sus Memorias, señaló que era difícil no reconocer a Revel su amplísima cultura y su capacidad para debatir cuestiones complejas, haciéndolas sencillas, pero sin vulgarizarlas. Por su habilidad verbal y su ironía, resultó siempre un polemista muy eficaz, que se enfrentó a sus adversarios con gran limpieza intelectual: atacar las ideas por sus propios méritos, no mediante la descalificación de quienes las defienden. Y nada inclinado a aceptar argumentos de autoridad, académica, mediática o política, en ninguna materia, así como enemigo declarado de las jergas izquierdistas, los «gurús progresistas», o los «proyectos de sociedad» utópicos.

Revel fue un intelectual que experimentó una notable evolución ideológica a lo largo de su vida, pasando de posiciones izquierdistas, casi marxistas, en su juventud, a convertirse en uno de los más destacados defensores del liberalismo democrático en el siglo XX. Revel inició su trayectoria política en la izquierda democrática, por ello, el descubrimiento de la realidad de los regímenes comunistas y el análisis crítico de las ideologías totalitarias, lo llevaron a cuestionar y a revisar profundamente muchas de sus creencias iniciales. A través de algunas de sus obras, como Ni Marx ni Jesús, La gran mascarada o La tentación totalitaria, Revel expuso de manera contundente las contradicciones y los fracasos del socialismo real, así como los peligros del populismo y del antiamericanismo.

Casi desde sus inicios consideró que el liberalismo era el único sistema político y económico capaz de garantizar la libertad individual, la prosperidad y el progreso. Y dedicó gran parte de su obra a denunciar todos los totalitarismos, fuesen de derecha o de izquierda, señalando las semejanzas entre todos ellos y sus devastadoras consecuencias para la humanidad en el siglo XX. También se caracterizó por su enfoque realista y pragmático de la política, alejándose de las utopías y los dogmas ideológicos, así como defendió la importancia de la razón y del conocimiento histórico para comprender la realidad y tomar decisiones políticas acertadas.

Revel fue capaz de desafiar las categorías y divisiones tradicionales, de ahí el desconcierto que produce la lectura de sus obras. Era cosmopolita y políglota, y ejerció una influencia considerable en Estados Unidos, en el mundo hispano y de habla portuguesa, así como en Italia. Nunca decidió tener una sola vida, desplegando sus talentos como filósofo y profesor, periodista y escritor, editor y académico, crítico de arte, gastrónomo y ávido viajero. Dotado de una pluma incandescente, destacó en toda clase de polémicas. Republicano, en la tradición francesa del republicanismo radical, fue también un defensor apasionado de la libertad toda su vida.

No fue un teórico académico sino, más bien, un analista y agitador político y cultural de primer orden, que aspiró siempre a ser claro en lo esencial, despreciando siempre las modas y tendencias dominantes en cada momento. Cuando murió (2006), el entonces Presidente francés, Chirac, quiso expresar el duelo nacional por su pérdida manifestando el dolor de Francia por un intelectual cuya obra estaba «en la gran tradición francesa de los pensadores de la libertad política, desde Benjamín Constant a Raymond Aron, pasando por Alexis de Tocqueville«.

El pensamiento de Revel ha ejercido una gran influencia en el debate político y filosófico contemporáneo y sigue haciéndolo hoy. Sus ideas sobre la libertad, la democracia y el totalitarismo siguen siendo una referencia relevante, casi obligada, en un mundo como el actual, marcado por una creciente polarización y por los continuos desafíos a las instituciones liberales.

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

Juana Escabias estrena ‘Qué mujer prodigio soy. Dramaturgas de Oro’
Juana Escabias estrena ‘Qué mujer prodigio soy. Dramaturgas de Oro’

Tras la representación en Alcalá de Henares, la obra podrá verse en Almagro. Días 15 y16 de julio en la…

2020: Los 250 años de Ludwig van Beethoven
2020: Los 250 años de Ludwig van Beethoven

Como pórtico del ‘Año Beethoven’, el escritor y musicógrafo Antonio Daganzo se acerca a la figura del genio de Bonn;…

Vientiane, la pequeña capital
Vientiane, la pequeña capital

Por Laura Ladrón de Guevara Cabrera (Texto y fotografías).- Visitar una ciudad en Asia suele ser sinónimo de aglomeraciones, calles…

72