‘To Leslie’, largometraje dirigido por Michael Morris, se ha estrenado en las salas de nuestro país el pasado viernes 3 de marzo. La baza más importante de la película es su actriz protagonista Andrea Riseborough que, contra todo pronóstico, ha conseguido la nominación a los Oscar de este año.
A pesar de la magistral interpretación de la actriz inglesa, su actuación habría pasado desapercibida si no es por los encendidos elogios de algunos célebres compañeros de profesión, que han apoyado con entusiasmo su candidatura a los premios de la Academia. Estrellas de la talla de Jane Fonda, Susan Sarandon o Gwenyth Paltrow, por citar solo unas pocas, han hecho declaraciones que no dejan lugar a dudas sobre las excelencias interpretativas de Riseborough en ‘To Leslie’. El buen hacer de la británica viene a su vez avalado por un extenso curriculum nada desdeñable. ‘Mr. Wain’, ‘Mandy’, ‘Birdman’, ‘Ámsterdam’ y ‘Oblivion’, son algunos de los films donde la actriz ha demostrado su valía. Sin embargo, con la película que ahora se estrena en nuestro país se sale en su conmovedora interpretación de una dipsómana al borde del abismo. Un papel de antiheroína que le va como anillo al dedo y que da la medida de su talento.
Por su parte, el director del film es el veterano Michael Morris, que hasta el momento había dirigido durante cuatro temporadas la prestigiosa compañía teatral The Old Vic de Londres y en el terreno audiovisual ha ejercido las funciones de productor ejecutivo y de realizador de ‘Brothers & Sisters’, drama para la cadena ABC y también ha trabajado en varias series televisivas pero nunca hasta ahora se había decidido a dar el salto a la gran pantalla, hecho del que –visto lo visto– tenemos que sentirnos más que contentos como aficionados. No es extraño por tanto que ‘To Leslie’ se haya beneficiado de la pericia narrativa de Morris, más allá de la encomiable interpretación de Riseborough.
El guion de la película de Ryan Binaco, como homenaje a su propia progenitora, está basado en hechos reales, y nos cuenta la historia de Leslie «Lee» Rowlands (Riseborough), una joven madre soltera del oeste de Texas, que no ha sabido gestionar la nueva situación económica que le depara la “fortuna” tras tocarle el primer de una lotería local y así acaba por meterse en una espiral de desenfreno y alcohol, al extremo de llegar a abandonar a su hijo pequeño James para perder pie irremisiblemente y encontrarse en un infierno del que se verá impotente para salir de él. Desahuciada, no tendrá más remedio que acudir a su hijo, ya adulto e independizado, en un intento de recuperar el control de su vida. La fuerte adicción de Leslie al alcohol tendrá consecuencias imprevisibles que no desvelaremos para no destripar el final de la película. Aunque sí que podemos añadir que en su caída libre se tropezará –ya en la segunda parte del metraje– con la inesperada aparición del bondadoso Sweeney (Marc Maron), un separado que regenta un motel de carretera, y a partir de ahí cambia el tono brutal de la película por un registro más tierno en la búsqueda de la anhelada redención de Leslie.
La crónica del alcoholismo ha contado en la historia del cine con precedentes notables en clásicos que todos recordamos, como ‘Días sin huella’ (1945) de Billy Wilder o ‘Días de vino y rosas’ (1962) de Blake Edwards. Si con la primera, Ray Milland conseguiría el Oscar al Mejor Actor, con la segunda Jack Lemmon y Lee Remick ganaron sendos Premios Golden Laurel 1963 en sus papeles protagonistas. Años más tarde, Nicolas Cage en ‘Leaving Las Vegas’ (1995) o Sandra Bullock en ‘28 días’ (2000) vinieron a demostrar que la tiranía que ejerce el abuso de las bebidas alcohólicas sobre sus víctimas seguía estando ahí para destruirlas. Pero si en todos estos casos las interpretaciones de tan sobresalientes actores son dignas de mención por su brillantez no siempre el cine ha sabido acercarse con veracidad a las adicciones cayendo en la falsa extravagancia para acabar derivando a menudo en lo histriónico y en lo melodramático. Por eso es tan importante dejar constancia del logro interpretativo de Andrea Riseborough, que no hace concesiones y que no tiene nada que envidiar a las ejemplares encarnaciones de los venerables antecesores que acabamos de citar.
Si Bullock y Cage optaban finalmente por ingresar en un centro de rehabilitación para recuperarse, Riseborough sin embargo contará para ello con la ayuda de Marc Maron, su emotivo partenaire en el film, con el que consigue una química muy especial. Por otra parte, la película se aleja de emitir cualquier juicio de valor puesto que no busca ningún moralismo ni siquiera trata de ser un alegato cinematográfico contra el alcoholismo, como pretendieron en su momento Wilder o Edwards.
Simplemente, estamos ante un sincero drama muy personal que apoyándose en una pequeña historia de segundas oportunidades y culpa, se mueve en el registro del cine independiente con diálogos silenciosos y potentes que es llevada a la pantalla con un impecable ritmo lento que nos puede hacer recordar a ratos la mejor filmografía de Jarmusch o Cassavetes (¿quizá por eso el apellido del personaje de la protagonista es Rowlands como el de Gena, la mujer y actriz fetiche de este último?). El diálogo que se establece entre la madre y el hijo –en sus idas y venidas, en sus dimes y diretes, en sus treguas y desencuentros–, hará que la película alcance el voltaje necesario para ofrecer al espectador algunos momentos sublimes. Si como decía el crítico Vincent Canby «las películas de Jarmusch tienen el tempo y el ritmo del blues y del jazz, incluso en el uso –u omisión– del lenguaje” nosotros bien podríamos parafrasearle diciendo que el film de Morris sigue el clímax sosegado pero firme de una tradicional balada country.
La realización de la película es sobria y en ningún caso propende a la grandilocuencia y el academicismo propios del cine norteamericano comercial. Las localizaciones son muy hermanos Cohen en su retrato veraz de la América rural –con algo del color local del Sur profundo– que capturan muy bien la cámara del fotógrafo Larkin Seiple y la música de Linda Perry con un buen empleo de las canciones folk.
En suma, uno de esos films –este ‘To Leslie’– que de tanto en tanto a uno le devuelven la confianza en el cine, en el buen cine de toda la vida.
Ficha artística y técnica
Título original: To Leslie
Año: 2022
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Michael Morris
Guion: Ryan Binaco
Música: Linda Perry
Fotografía: Larkin Seiple
Género: Drama. Basado en hechos reales. Cine independiente USA. Alcoholismo
Reparto: Andrea Riseborough, Marc Maron, Stephen Root, Allison Janney, James Landry Hébert, Matt Lauria, Owen Teague, Andre Royo, Chris Coy, Derek Phillips, Mac Brandt
Compañías: BCDF Pictures, Shaken Not Stirred, Baral Waley Productions, Bluewater Lane Productions, Clair de Lune Entertainment