ESPECIAL UCRANIA / MARZO 2022
Sergei Loznitsa es un cineasta ucraniano, su cine ha sido reconocido internacionalmente en Cannes y Berlin. La Filmoteca Española le dedicó una amplia retrospectiva semanas antes de que los medios prestaran atención al conflicto Rusia-Otan a causa de Ucrania.
Su cine, se mueve tanto en el documental, utilizando material de archivo, como en la ficción, su obra abarcaría así los dos polos de la imagen fílmica. La más objetiva, al recoger los testimonios fílmicos archivados y montados en sus documentales y la más subjetiva, al hacer películas de ficción. El interés de su cine reside, a mi manera de ver, en ir más allá de lo que sus películas muestran, pues estas no dejan de ser una invitación a pensar en la naturaleza de imagen fílmica dado que según Loznitsa es imposible hacer un cine apolítico.
El documental con material de archivo es una objetividad donde la subjetividad interviene en la selección y construcción de la secuencia en el montaje. La película de ficción, no por inventada deja de apuntar a la verdad. El cine de Loznitsa trata de capturar la verdad pero la mirada del cineasta añade siempre una “impureza” a la verdad capturada.
En la película documental, “Bloqueo”, del 2006, Loznitsa sacó de los archivos algunas imágenes que se filmaron en el sitio de Leningrado (San Petersburgo) en los años 40. Recordar que Leningrado fue sitiada por los nazis durante 900 días, desde septiembre del 41 hasta enero del 44. Los ciudadanos que murieron en San Petersburgo, durante el sitio, se acercan a los 800.000. Muertes producidas por los bombardeos, hambre, enfermedad, congelación.
En “Bloqueo”, vemos como ciudadanos armados con cubos y cazos, rompen el hielo de la Avenida Nevsky para aprovisionarse del agua de la que carecen. Edificios derruidos y en llamas, muertos que yacen en la nieve, cadenas humanas para salvar los libros de una biblioteca bombardeada, gente que huye de la ciudad llevándose sus enseres en trineos, ahorcamientos de nazis apresados y acusados de crímenes de guerra. Una película ligada a la memoria, a evitar el olvido del horror.
En “Mal de archivo” (Revue), de 2008, Loznitsa vuelve a los archivos fílmicos rusos de los años 50 y 60. Por un lado, hay un material en relación al trabajo, a la productividad, a la superación, a producir más y superar marcas como algo propio de un sujeto colectivo y del hombre nuevo. Por otro lado, se muestran canciones de esos años, festivales, representaciones y puestas en escena que tratan de apuntalar todo ese esfuerzo de esos años. Visto ese material fílmico en el año 2008 es contemplar que aquello que funcionó como verdad, para sus protagonistas, no era más que una ficción. “Mal de archivo” es una película diferente a “Bloqueo” pero señala que la verdad puede tener relación con la mentira. Tema presente en algunas películas de Loznitsa, como veremos de una manera explícita en su película “Dombas”.
En “Asentamiento” (Settlement), 2002, Loznitsa hace un documental sin recurrir al archivo. Filma en blanco y negro un lugar del campo ruso, una naturaleza idílica, las nubes, los arboles, la luz, imágenes que se acompañan de sonidos naturales. Imágenes que recuerdan el documental lirico de Flaherty de la isla de Arán o los poemas bretones de Epstein. En esa naturaleza idílica van entrando hombres y mujeres, animales, tractores y maquinaria agrícola. Es una comunidad que se dedica a las labores del campo. Descubriremos que es una comunidad de enfermos mentales. La cámara se irá acercando de forma paulatina, durante la película, a lo más humano para acabar con un soberbio final, con los primeros planos de los enfermos que miran directamente a cámara interpelando, en silencio, al espectador.
“Dombas” (2018), es una película de ficción, realizada en color y en forma de episodios, trata de la guerra en Donetsk y Lugansk que se produce en el 2014. Loznitsa toma partido en contra de las aspiraciones de los ucranianos ruso hablantes. La película no aborda las razones o causas del conflicto. Centrada únicamente en territorio separatista quiere mostrar la corrupción, brutalidad y simplismo de los independentistas, mostrándolos incluso como personajes grotescos. Uno de los episodios trata de una boda, la novia vestida de blanco ríe constantemente de forma histriónica, buscando hacer reir al grupo de invitados, novia que aparentando, al menos, 50 años, le desean muchos hijos, mientras le muestran una imagen de tortura en un móvil como algo a celebrar. Obviamente Loznitsa ha realizado un film de propaganda, sin embargo, el interés de esta película es otro. A mi manera de ver, es una reflexión sobre la imagen fílmica en el régimen de la post-verdad.
La película se inicia conectando la guerra con un plató de televisión. Un grupo de actores a sueldo, es maquillado con moratones para posteriormente trasladarlos a un escenario natural, donde ha habido una explosión, en ese escenario serán entrevistados por la tv y contarán “su experiencia” como si hubieran estado allí. En el final de la película, se vuelve a la misma sala de maquillaje y los mismos actores son maquillados para la siguiente función, aparece un militar proruso encargado de pagarles por su trabajo pero en lugar de hacerlo los ametralla. Los actores harán su última representación, ahora como cadáveres, pues inmediatamente acudirá la tv al plató que se ha creado.
La imagen en la era de la post-verdad es una falsificación que se hace universal, incluye la propaganda de trazos gruesos como el episodio de la boda antes relatado. Podríamos recordar como EEUU mostró imágenes de supuestos laboratorios móviles, para la fabricación de armas biológicas, en la guerra de Irak. Años después, Colin Powel, confesó que las imágenes eran falsas, sin embargo, esas imágenes fueron importantes para atacar a Irak. Hace pocos días, Atresmedia utilizó un video juego para mostrar un ataque ruso en la guerra de Ucrania, no creo que se hayan pedido disculpas, pues la mentira ha desplazado a la verdad.
Sergei Loznitsa, hace un cine político, sitúa la imagen cinematográfica entre la verdad (Bloqueo) y la falsedad (Dombas) pues de eso depende la configuración de la mirada del espectador. Podríamos decir, citando a Eduardo Galeano: “¿porqué los ojos se niegan a ver aquello que rompe los ojos?”, ya sea el horror o la mentira.