Este año el Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga, por segunda vez consecutiva, ha incluido tres películas españolas en el concurso, entre la decena que compiten al Premio a la Mejor Película. En su reivindicación por el cine patrio, los organizadores del Fancine también han invitado este año a Arturo Tena, director de la revista digital Cine con Ñ, publicación que desde hace cinco años está promoviendo la cinematografía de nuestro país en un meritorio esfuerzo por alejarse de los prejuicios y los lugares comunes, que tristemente están detrás del comportamiento de muchos espectadores que aún tienen reticencias a la hora de elegir una producción nacional cuando van al cine.
De los tres largometrajes españoles citadas contamos con Venus del catalán Jaume Balagueró, con Mantícora, del madrileño Carlos Vermut y con Irati, del vasco Paul Urkijo. Las tres películas son muy diferentes entre sí. Si el veterano Balagueró se acerca declaradamente al gore, Vermut nos sirve un thriller psicológico de terror elegante sin sobresaltos mientras que Urkijo, en su debut, se decanta por una fábula mítica llena de fantasía.
Venus es la segunda producción de The Fear Collection, sello cinematográfico de Sony Pictures International Productions y Pokeepsie Films (Banijay Iberia), la productora de Álex de la Iglesia y Carolina Bang, en asociación con Prime Video.
Basada en una historia de H.P. Lovecraft y con un eficaz guion de Fernando Navarro y del propio realizador la película nos propone un espeluznante viaje a la periferia madrileña donde un sórdido complejo de apartamentos sirve de escenario a los horrores con los que se va a encontrar una joven bailarina, interpretada magistralmente por Ester Expósito. La inquietante música de Vanessa Garde acentúa las secuencias de acción y las escenas sangrientas que fotografía con virtuosismo Pablo Rosso. El reparto se completa con Ángela Cremonte, Magüi Mira, Fernando Valdivieso, Federico Aguado e Inés Fernández, que saben sacar un buen partido a sus respectivos papeles aunque alguno de los personajes no esté del todo bien dibujado.
La película viene avalada por los Premios de las Secciones Oficiales del Festival de Toronto y del Festival de Sitges.
Fuera de concurso el festival ofrece un homenaje a Balagueró proyectando su película más célebre, REC, aprovechando el hecho de que se celebra su decimoquinto aniversario. La proyección se completa en doble sesión con el pase del documental que ha realizado Diego López, donde se recogen las claves del éxito de la película que, pese a su escaso presupuesto, fue tal su éxito que dio origen a una franquicia con tres secuelas, una serie de cómics, una novelización y un remake norteamericano.
Mantícora, es la cuarta película de Carlos Vermut. La trama tiene como protagonista a Julián, un veinteañero que se dedica al diseño de videojuegos –interpretado con sobriedad por Nacho Sánchez- que conoce a Diana –magnífica en el papel la actriz Zoe Stein–. Lo que podría ser una ñoña historia de amor se desliza al ámbito inquietante del suspense puesto que Julián viene aquejado por unos fantasmas interiores del pasado que acaban por inundar la convivencia cotidiana. El arriesgado guion del propio Vermut abunda en las elipsis narrativas en una realización que hace un buen uso de su ritmo pausado y de una economía de diálogos que se apoyan en una afortunada puesta en escena que por austera no deja de ser sumamente convincente. Propuesta audaz, sumamente sugestiva, desconcertante y densa a pesar de la sencillez de su planteamiento de un realizador que hoy por hoy es una de las grandes aportaciones de nuestro cine al género.
La película se ha exhibido ya tanto en Toronto como en Sitges, con buena acogida, -en este festival se ha llevado el Premio de la Sección oficial fuera de competición- y llegará a los cines el próximo 12 de diciembre. El crítico Daniel De Partearroyo, en la revista Cinemanía, no ha dudado en calificar a la película como de «turbadora obra maestra”.
La tercera en discordia es la producción Irati, largometraje de Paul Urkijo. Desde aquí recomendamos la interesante entrevista que el citado periodista Arturo Tena hace al realizador para Cine con Ñ. Es el segundo largometraje del cineasta, tras Errementari, siendo la confirmación de que el realizador vasco es una de las perlas de nuestro cine.
La película hunde sus raíces en la mitología antigua del País Vasco. Ambientada en el siglo VIII, en plena Edad Media, la historia, llena de magia, está basada en el folklore autóctono y, muy acorde con el mensaje ecologista de esta edición del Fancine, hace un hermoso canto a la Naturaleza, en sus localizaciones paisajísticas de cuento de hadas, pobladas de seres fabulosos. Film de aventuras, de capa y espada que evoca el gran fresco de El Señor de los Anillos y otros referentes del cine fantástico, como Conan y también la iconografía del mundo del cómic de clásicos como Príncipe Valiente de Harold Foster. A pesar de no tener ni de lejos los medios económicos de las superproducciones foráneas, la película de Urkijo hace un uso inmejorable de sus recursos y ofrece al espectador unos sorprendentes efectos especiales, tanto digitales como tradicionales (en el Festival de Sitges la película ganó el galardón en esta categoría además del Premio del Público). Algunos de los efectos del film incluso recuerdan a la mítica animación stop motion del gran Ray Harryhausen, potenciando la imaginación a fin de contribuir a resolver una impecable puesta en escena. El guion, muy trabajado, es también de Urkijo y apoyándose en un refrán euskaldun -“todo lo que tiene nombre existe”- desarrolla un corpus narrativo preñado de referencias míticas. Un estilo lleno de ritmo, visualmente sobrecogedor y con la suficiente fuerza narrativa que no decae en intensidad en ningún momento.
A su vez, el reparto está en estado de gracia, empezando por los protagonistas Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy e Itziar Ituño, todos ellos muy convincentes en sus respectivos papeles. A esto hay que añadir la bucólica fotografía, plena del rico colorido local, de Gorka Gómez Andreu que potencia hábilmente la música de Maite Arroitajauregi y Aránzazu Calleja. Buenas escenas de acción para una cinta de aventuras.
Urkijo ganó el año pasado el concurso de cortometrajes del Fancine en la categoría de imagen real con Dar-Dar, otro relato audiovisual basado también en otra leyenda ancestral. De modo que el realizador vasco ahonda en un subgénero que no tiene precedentes en nuestro país lo que certifica su valentía, rayana en la temeridad, de la que sin embargo sale muy bien parado.
Así que nos encontramos con tres propuestas diferentes, tres miradas muy atractivas, que vienen a certificar que el cine fantástico y de terror de nuestro país goza de buena salud y el Fancine, con su proverbial buen olfato, ha sabido detectar y ofrecer al espectador de un festival que como los buenos vinos no hace más que crecer con los años.
Las tres producciones españolas –por valores propios– tienen papeletas más que suficientes para acabar en el palmarés, en el pódium de los ganadores, y eso que tienen que habérselas con siete decenas de películas francamente interesantes.
¡El Jurado tiene la última palabra!