Costa-Gavras estrena Adults in room, testimonio sobre la negociación de la deuda entre Grecia y la troika.
Yanis Varufakis, ministro progresista de Hacienda de Grecia, es el personaje político sobre cuya pugna con los europoderes fácticos versa la película de Costa-Gavras (1933), recién estrenada en Madrid. Lleva por título Adults in the room, traducida aquí Comportarse como adultos. El griego Costa-Gavras es, con Ken Loach, el cineasta político de mayor nombradía en Europa. Sus obras, Estado de sitio, Missing o Z le acreditan como uno de los directores mejor dotados para desentrañar inteligentemente, con imágenes idóneas y enjundiosos guiones, las tramas políticas más sórdidas.
En este nuevo filme, desenvuelto pulcramente bajo su dirección, nos muestra las tribulaciones sufridas por el pueblo griego a costa del expolio al que fue sometido por sus acreedores afincados en el rico norte anglosajón europeo, que llegaron a incluir al país de la Hélade en la subcategoría de los países PIG,s, cerdos, como así los denominaba el supremacismo financiero exhibido por los racistas tiburones bursátiles; es decir, PIGs equivalía a latinos que, como tales, eran haraganes e indolentes, países entre los que, también, incluyeron España. Tal adscripción, que consideraba que los tan laboriosos como virtuosos norteños europeos pagaban las ‘vacaciones perpetuas’ de los vagos eurosureños, fue aplicada a todos aquellos países sobre los cuales la tradición calvinista, convenientemente deformada por las pulsiones ultracapitalistas, proyectaba su anatema. De tal manera los condenaba al peor de los avernos. Y ello, supuestamente, por no observar las pautas de ahorro y frugalidad que limitaban a tales ámbitos el horizonte vital de todo individuo, sajón o no, pero obligadamente adscrito al rigor del reformador francés.
Quien desempeña el papel de tribuno del pueblo heleno en esta película surgida de un libro suyo es un joven ministro de Hacienda, Yanis Varufakis, combativo y consciente, que en 2015 se enfrentó valientemente al entramado burocrático eurocomunitario con las armas de la lógica dialéctica y el inicial apoyo de Alexis Xipras, otro político soñador, líder del movimiento emancipador Syriza. La cámara de Costa-Gavras describe sabiamente las pulsiones, arrebatos, histerias y chantajes que singularizaron la negociación de la deuda griega por parte de los acreedores, señaladamente bancos alemanes, cifrada en 478.000.000 millones de euros. Aquella negociación fue coprotagonizada por la troika euro-comunitaria, cuyos representantes exhiben en este filme la naturaleza totalitaria del mensaje dirigido al pueblo griego, al que propone imponer recortes salariales de hasta el 70 por ciento, amén de arrebatarle todo el sector público estatal, desde puertos a los aeródromos, litorales, playas, intentando desmontar y privatizar la seguridad social, algunas cosas que hemos visto también por estos predios….Por cierto, Alemania nunca pagó a Grecia la deuda contraída por el Berlín hitleriano durante la crudelísima y destructiva ocupación del país heleno durante la Segunda Guerra Mundial, de un montante muy superior al cifrado contra Atenas por el Berlín bancario de la RFA.
Con extrema habilidad, Varufakis demostró a los eurócratas que los mecanismos de devolución de la deuda que a sangre y fuego le imponían, trataban, en sustancia, de ofrecerle créditos para afrontarla, artificio mediante el cual la deuda griega se acrecentaba exponencial e indefinidamente hasta la consunción absoluta del país.
Bien que se trata de un película de gabinete, es decir, donde la trama discurre en interiores adensados por la dialecticidad de los discursos en pugna, Costa-Gavras consigue el objetivo de explicar con soltura un entramado entretejido por mil variables: de todas ellas, la variable hegemónica resulta ser la que consiste en asegurarle al capitalismo financiero el alza incesante de una desaforada tasa de ganancia a costa de lo que sea, señaladamente en este caso el sacrificio de los sectores sociales mayoritarios del país de Pericles, que Costa-Gavras describe con arte y coraje.
El director muestra su destreza narrativa ante tan espinosa trama y recurre a un ardid alegórico coral, encastrado en la tradición dramatúrgica helena, para mostrar cómo los sueños democráticos acostumbran perecer ante la ambición de los poderosos de siempre. Mas, lo muestra, no sin antes exaltar, heroificándola, la digna y serena belleza de quienes, como Varufakis y el pueblo griego, pelearon la agoné hasta su extenuación. Europa, ese sueño de un espacio de libertades que tanto tiempo costó vertebrar se vio asimismo dañada bajo el fétido proceder de quienes únicamente la ven como un seductor envoltorio para encubrir, con la belleza de un ideal igualitario, la infame intencionalidad de quienes se proponen apropiársela.
Adults in the room/Comportarse como adultos. Con Christos Loulis, Alexandros Bourdoumis y Ulrich Tukur. Dirigida por Costa-Gavras, 2019.