noviembre de 2024 - VIII Año

Leyendas en la encrucijada

Crossroads (Encrucijada)
Música y Letra de Robert Johnson

No cabe duda de que en plena época de mentiras y de su publicación descontrolada, debemos luchar implacablemente contra ellas. Pero, en ese caso, ¿qué lugar queda para las leyendas urbanas? Sobre todo, para las que, lejos de buscar el mal ajeno, solo tratan de hacer la vida un poco más divertida. Y de ese tipo de historias la música está llena. Si además se trata de blues, ¿qué lugar mejor que el delta para empezar?

Fue en un pequeño pueblo llamado Hazlehurst, en el estado de Mississippi, donde, allá por 1911, nació un señor llamado Robert Leroy Johnson. A pesar de que fue enviado al colegio (algo poco habitual para la población afroamericana en aquel ambiente). Es sabido que mostró poco interés por los estudios y mucho por la armónica y el arpa por lo que, aduciendo un problema visual, acabó abandonando el mundo académico. Se casó a los 19 años con Virginia Travis, quien tuvo la mala suerte de fallecer en el parto muy poco tiempo después (1930), perdiendo también al bebé. Contrajo un segundo matrimonio con Esther Lockwood, madre de Robert Lockwood Jr., futuro intérprete de blues que siguió la profesión de su padrastro.

En 1936, después de recorrer prácticamente todo el sur de Estados Unidos en giras interminables ganándose la vida como bluesman, Johnson pudo por fin grabar algunas pistas en un hotel de San Antonio (Texas). Unos meses después, ya en 1937, volvió a grabar en Austin, capital del mismo estado, esta vez en un estudio. Y en esa segunda sesión registró un tema originalmente titulado Cross Road Blues, con guitarra acústica y el entonces famoso bottleneck, o cuello de botella, una conocida técnica para arrastrar notas en los famosos slides.

Y si su vida transcurrió en circunstancias poco conocidas, su muerte contribuyó a fabricar el mito. Sin duda se le puede considerar el fundador del tristemente famoso club de los 27, donde fueron ingresando posteriormente unos cuantos miembros más. La versión más aceptada después de muchos años de investigación es que fue envenenado por el marido de Beatrice Davies (probablemente una amante) al dejar caer naftalina en una botella de whisky. Otros hablan de un disparo, hay quien dice que de sífilis y no falta quien lo achaca a una neumonía. Si atendemos estrictamente al certificado de defunción, lo único que puede afirmarse es que el fallecimiento ocurrió el 16 de agosto de 1938 en Greenwood (Mississippi) y que no hubo autopsia.

Por seguir aumentando la leyenda, hasta le sobran tumbas. Está la del cementerio Payne Chapel en Quito (Mississippi, que el pobre hombre no llegó hasta Ecuador), hay otra en la iglesia Little Zion en las afueras de Greenwood (eso dice Sony Music, propietaria de los derechos sobre sus canciones) e incluso hay un cenotafio en el cementerio de la iglesia bautista de Mount Zion, también cercano al mismo pueblo. En la primera de ellas puede leerse una placa con su nombre y la inscripción Resting in the blues (Descansando en el blues).

Y por fin llegamos a la mayor de las leyendas que circulan acerca de este gran hombre. Cuando era joven trabajaba en una plantación rural de Mississippi, pero evidentemente, quería ser un gran músico de blues, razón por la que “recibió instrucciones” y cogió su guitarra para dirigirse a una encrucijada cerca de Dockery Plantation a medianoche. Una vez allí, un hombre negro grande (el Diablo, por supuesto), tomó la guitarra, la afinó, tocó algunas canciones y devolvió el instrumento a Johnson a cambio de su alma (Ay, Goethe, ¡cuánto te han copiado!).

La encrucijada ha cambiado de sitio muchísimas veces desde aquella noche, algo así como el lugar de la Mancha que no hay pueblo que no reivindique, pero la historia es la misma siempre. Incluso la misma que, algún tiempo antes, había contado Tommy Johnson (otro músico que, a pesar del apellido, nada tenía que ver con Robert). Sea como sea, un vagabundo como era nuestro guitarrista y cantante debió pasar por muchas encrucijadas a lo largo de su corta vida. Puede verse en el cine la película de Walter Hill, rodada en 1986 y titulada igual que la canción y en la que un magnífico guitarrista como Steve Vai aparece en el duelo final con una guitarra precursora del modelo “papacaster”, que tanto dará que hablar en el futuro. Puede verse algo parecido en otro largometraje de los siempre geniales hermanos Coen (O Brother, Where Are Thou) del año 2000.

Sobre su influencia en la música posterior, se podría preguntar a John Fogerty (Creedence Clearwater Revival), Bob Dylan, Brian Jones, Johnny Winter, Jimi Hendrix, The Yardbirds, Led Zeppelin, The Allman Brothers Band, The Rolling Stones, Slash, Queen, The White Stripes, The Black Keys, The Band, Neil Young, Warren Zevon, Jeff Beck, Nick Cave o Eric Clapton, este último dice que Johnson es “el más importante músico de blues que haya vivido”.

Esta es la letra de la canción:

I went down to the crossroads
Fell down on my knees
Down to the crossroads
Fell down on my knees
Asked the Lord above for mercy
Take me, if you please

I went down to the crossroads
Tried to flag a ride
Down to the crossroads
Tried to flag a ride
Nobody seemed to know me
Everybody passed me by

Well, I’m going down to Rosedale
Take my rider by my side
Going down to Rosedale
Take my rider by my side
We can still borrow a house, baby
On the riverside

Going down to Rosedale
Take my rider by my side
Going down to Rosedale
Take my rider by my side
We can still borrow a house, baby
On the riverside

You can run, you can run
Tell my friend boy Willie Brown
Run, you can run
Tell my friend boy Willie Brown
And I’m standing at the crossroads
Believe I’m sinking down

Y en español:

Bajé hacia la encrucijada
Caí sobre mis rodillas.
Abajo hacia la encrucijada
Caí de rodillas.
Arriba al Señor pedí su compasión
«Llévame, si te apetece»

Me fui abajo hacia la encrucijada
Intentando planear un camino
Abajo hacia la encrucijada
Intentando planear un camino
Nadie parecía conocerme
Todos me pasaron de largo

Bueno, me voy abajo hacia Rosedale
Llevando un conductor conmigo
Yendo abajo hacia Rosedale
Llevando un conductor conmigo
Todavía podemos pedir prestada una casa, nena,
En la orilla del río

Yendo abajo hacia Rosedale
Llevando un conductor conmigo
Yendo abajo hacia Rosedale
Llevando un conductor conmigo
Todavía podemos pedir prestada una casa, nena,
En la orilla del río

Puedes correr, puedes correr
Avisa a mi amigo Willie Brown
Corre, puedes correr
Dile a mi amigo Willie Brown
Que estoy esperando en la encrucijada
Verdaderamente hundido.

Bueno, sigamos con las historias y leyendas. Vale que el pobre Robert falleciese prematuramente, pero de ahí a condenarse para la eternidad… Si Fausto tuvo a Margarita y don Juan a doña Inés, algo tenía que ocurrir. Y siete años después de su estancia en el purgatorio (¿qué son siete años comparados con la eternidad?), cuentan que Dios se apiadó de Johnson y decidió redimirle encarnándose en Eric Clapton (lo de Clapton is God es un clásico). Y descendió al condado de Surrey, concretamente a Ripley, y nació Eric, desde luego no de una virgen (igual que Robe Iniesta) pero para el caso da lo mismo.

Y este buen hombre, ya en Londres, tocó para Yardbirds, fue un bluesbreaker de nuestro querido John Mayall y, no contento con eso, fundó Cream junto a Jack Bruce y Ginger Baker. Y tocaron blues de Muddy Waters, de Howling Wolf, de Willie Dixon y… de Robert Johnson. Algunos puristas del género abominaron en principio del llamado blues blanco y esos grandes precursores tuvieron que luchar mucho para convencerles de su calidad. Mientras tanto, Leo Fender y Les Paul electrificaron las guitarras y con una Stratocaster diseñada por el primero, Eric empezó a hacer maravillas y, desde entonces, no falta quien dice que es el mejor, por ahí anda todavía maravillando al mundo con sus conciertos, ojalá que por muchos años. Ya hablaremos de él. De momento nos quedamos con la versión grabada en el Fillmore West de San Francisco en marzo de 1968 con uno de los solos de guitarra más espectaculares de la historia y que fue publicada en el álbum Wheels of Fire. Al final, se oye una frase sobre Eric que pronuncia Jack Bruce (algo así como «Eric Clapton King») y se continúa con una versión de más de 16 minutos del tema Spoonful de Willie Dixon.

Versión original de Cross Road Blues: pincha aquí
Y la versión en directo de Crossroads por Cream: pincha aquí

Por último, una puntualización: por favor, que nadie se moleste por nada, especialmente Eric Clapton y Robe Iniesta, admiradísimos por este autor.

 

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Escrito por

Archivo Entreletras

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