CaixaForum Madrid, Paseo del Prado, 36. Del 1 de febrero al 6 de mayo de 2018. Horario: de 10:00 a 20:00 horas -Exposición organizada en colaboración con el Museo Picasso de Málaga
Entreletras.- | Febrero 2018
Creador de obras que entraron a formar parte de la historia oficial del arte al mismo tiempo que arraigaron en el imaginario popular contemporáneo, esta exposición muestra el desarrollo creativo de Andy Warhol (Pittsburgh, 1928 – Nueva York, 1987), desde sus inicios como diseñador gráfico en Nueva York hasta su muerte, convertido ya en un mito universal del arte pop. Los Rolling Stones, Jean M. Basquiat, Marcel Duchamp, Marylin Monroe, Elvis Presley O David Bowie fueron transformados en mercancia cultural por la mano de Warhol.
Warhol se consagró como el artista pop por excelencia en los años sesenta, tanto entre la élite intelectual como entre el gran público, gracias a obras basadas en la reformulación de diferentes productos de consumo como las series de sopas Campbell’s o la transformación de grandes iconos de su tiempo, como actores, políticos o cantantes. Siguiendo el mismo principio de fusión, desarrolló la Silver Factory, un laboratorio cultural experimental que era, a la vez, sede de un nuevo tipo de empresa cultural.
La muestra subraya la forma con la que Andy Warhol capta el culto a la mercancía surgido de las invenciones industriales del siglo XIX. Siempre atento al avance técnico e industrial, Warhol usó todo tipo de técnicas y de máquinas, desde la serigrafía hasta la grabadora de vídeo, con patrones productivos que él mismo definió como ‘propios de una cadena de montaje’.
Este arte mecánico, aparentemente impersonal, niega cínicamente toda carga espiritual intencionada. El silencio nihilista de Warhol es, de hecho, uno de los factores que dan altura poética a su trabajo. Junto a una selección de ensayos escritos por teóricos de su obra, la exposición incluye una sección de retratos del artista, tomados por fotógrafos como Alberto Schommer, Richard Avedon o Robert Mapplethorpe.
Tras superar un intento de asesinato en 1968, Warhol cambió de táctica creativa y se convierte en un personaje de sí mismo, escondido tras su característico peinado y sus notorias gafas. Traslada la sede de sus operaciones comerciales y estéticas a The Office, un espacio más burgués y ordenado logísticamente que le consolida definitivamente en un artista-empresario, capaz al mismo tiempo de dirigir la revista Interview, pintar retratos de famosos y aceptar todo tipo de encargos comerciales hasta el momento de su muerte.