Por Juan Esparza.- / 24-Agosto-2019
El Festival internacional de Poesía de Struga 2019 sigue su curso rindiendo culto a la mejor poesía contemporánea. Tras la espléndida ceremonia de inauguración el pasado miércoles 21, desde el pasado jueves se han sucedido dferentes actos donde la palabra hecha verso viene siendo la protagonista indiscutible de este gran evento dedicado a la poesía que reúne en Macedonia del Norte a poetas de diversos países.
Una de las voces poéticas que se han podido escuchar en el encuentro ha sido la del célebre poeta macedonio Vlada Urosheviкј, cuyos poemas hemos tenido la oportunidad de leer traducidos al español en el libro ‘Pánico en el palacio. Antología poética 1959-2001’ (Ediciones Vitruvio), edición del poeta Justo Jorge Padrón.
A orillas del lago Ohrid, formado con las aguas del río Drim a su paso por Struga, el poeta español Rafael Soler recitó su poema ‘Para que nadie olvide el tamaño de su miedo’ de su libro Ácido Almibar (2014).
Con posterioridad, las lecturas poéticas se trasladaron al monasterio Santa Madre de Dios en Kalishta. Entre sus paredes pudieron oírse los versos de la rumana Ana Blandiana, de la estadounidense radicada en Noruega Ren Powell, la italiana Anna Santoliquido, del poeta indio Satchid Anandan, del griego Georgios Gianopoulos o de la alemana Anja Kampmann. También se escuchó al poeta norteamericano Christopher Merril, que fue propuesto por el presidente Barack Obama en 2012 para el National Council on Humanities. El poeta estadounidense leyó su celebrado poema ‘Salt’.
La tarde de
este sábado 24 de agosto estará dedicada al retrato poético de Mateja Matevski en los 90 años de nacimiento y a una actuación que aunará música y poesía, entre otros eventos previstos dentro del programa del Festival.Mientras, el árbol de la poesía plantado por la poeta Ana Blandiana en la inauguración sigue creciendo abonado con los versos que se escuchan esta semana en la ciudad macedonia de Struga, convertida por unos días en la capital internacional de la poesía.