El miércoles 16 de octubre a las 18:30 se presentará en el Ateneo (Calle Prado, 21. Madrid) el nuevo libro de Pilar Úcar, que lleva por título Otro siglo de oro. Pícaras, escándalos y sueños heterodoxos (Ediciones Aulós, 2024).
En el acto, que cuenta con José Antonio García Regueiro como presentador y con Ana Pulido como moderadora, intervendrán Pedro Ortega, Francisco Rodriguez y la autora del libro, Pilar Úcar.
La entrada es libre hasta completar el aforo.
La autora
Doctora en Ciencias de la Educación y Licenciada en Filología Hispánica. Actualmente es Profesora de Lengua Española en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid). Ha publicado ediciones críticas de diferentes obras literarias dirigidas a la enseñanza, entre las que se cuentan La tesis de Nancy, El conde Lucanor o El Romancero. Es colaboradora habitual de Entreletras.
El libro
Otro Siglo de Oro. Pícaras, escándalos y sueños heterodoxos —con prólogo de Francisco Ramírez Fueyo— acerca al lector con humor e ironía a una época que tenemos idealizada. Por las páginas de este divertido libro desfilan figuras históricas de todos conocidas, que la autora imagina en las más rocambolescas situaciones. Quevedo y Góngora fundan juntos una asociación poética sin ánimo de lucro que acaba de copas por los garitos del Madrid de los Austrias a altas horas de la madrugada para dar con los huesos de la pareja en un botellón en Moncloa; la pícara Lazarilla (que no Lázaro) recorriendo las orillas del Tormes y mandando a paseo a todos los sucesivos amos —irredentos fantoches, redomados hipócritas y machistas rampantes— que se le cruzan en el camino; o el mismo don Pedro Calderón de la Barca saliendo por patas en busca de una ecoaldea tras tropezarse con el retrato que muy bien le hubiera podido pintar el divino Velázquez para acallar los insistentes rumores sobre la fama de taciturno de la que el vate era merecedor. En fin, una variopinta galería de personajes “inventados” que Pilar Úcar tunea para la ocasión a fin de dinamitar —burla burlando— un Siglo de Oro que, con sus luces y sus sombras, sigue teniendo aún entre nosotros un halo “sacrosanto” de rancia respetabilidad.