Del 9 al 26 de mayo. Horario: de 9 a 19 horas de lunes a viernes. Casa del Pueblo UGT- Madrid (Avda. de América, 25)
Como explican desde la organización de la muestra, «la exposición rinde homenaje a las personas mayores que fallecieron durante la pandemia y que han sido arrojadas al anonimato en su último aliento, privadas del beso de sus seres queridos y del roce final de la mano de sus hijas, hijos y amistades, que han “recorrido” en soledad el camino hasta su postrero refugio sin un solo acompañante cercano que velase su marcha. De la misma manera, invoca al REENCUENTRO con ellos y ellas, a todas esas personas que, desde el otro lado de la tragedia, han sufrido ese desapego y desconocen si el que ocupa ese nuevo lugar en el sepulcro familiar, es realmente su familiar finado … esa duda les/nos acompañará por y para siempre».
La segunda parte de la exposición «surge de un centro de trabajo sin ventanas ni vistas al exterior, un Centro de Salud. Ante la imposibilidad de respirar algo de aire exterior y enfocar la vista un poco más allá de la pared a 2 metros, la autora pintó ventanas que recuerdan que hay sol, mar, montañas, ríos y desiertos. En plena pandemia aún fue más duro. Peligroso para pacientes y trabajadores, a pesar de las mascarillas, controlando los tiempos de permanencia, el pasillo por donde se entra y se sale, la distancia de seguridad… Extremando la higiene se retiró todo lo que ocupaba las paredes y también, claro, las irreales ventanas. Se cuelgan de nuevo las ventanas abiertas a estos rostros que nos interrogan sobre el futuro esperando que habrá un día en que todos, podremos ventilar nuestros espacios y nuestros corazones y así celebrar el reencuentro».
Junto a la exposición habrá un libro de firmas para recoger los pensamientos, recuerdos y deseos de quien quiera compartir este homenaje a las personas que ya no nos acompañan.
Justificación de la obra
El desencuentro con nuestros mayores
La obra ha nacido de la necesidad de ejecución de un dibujo diario durante todos y cada uno de los días de diciembre de 2020, en pleno desarrollo y expansión de la pandemia COVID.19, representando este mes para la autora posiblemente el de mayor carga anímica negativa provocada por el justificado aislamiento social, la incertidumbre del presente, las noticias desalentadoras del entorno, así como las numerosas perdidas de “ciudadanos del mundo”.
Concretamente esta obra está inspirada en los avatares sufridos por sus conciudadanos pertenecientes al colectivo de PERSONAS MORADORAS EN RESIDENCIAS DE ANCIANOS, en el entorno madrileño en el que residen, todas ellas relegadas a un estado de total indefensión de rescate debido a la desatinada gestión administrativo/sanitaria en las residencias de mayores de su territorio.
La representación de estos rostros elegidos aleatoriamente en búsquedas de la red, pues situados en pleno aislamiento no había muchas posibilidades de localizar rostros de los auténticamente afectados, la autora trata de expresar los sentimientos de desasosiego, soledad, incertidumbre, nostalgia, ausencia, perplejidad, cavilación, pasividad, melancolía, etc.… ; en definitiva de DESENCUENTRO que podían estar experimentando estos NUESTROS MAYORES ante una situación de ¿abandono premeditado?, ¿dejadez planeada?, ¿ineptitud fraguada?, ¿torpeza programada?, ¿incapacidad calculada? … de ayudar a sobrevivir a la pandemia a estas personas que desde su avanzada edad con seguridad mayoritariamente habían dado lo mejor de sus vidas a las generaciones futuras.
Estos NUESTROS MAYORES, personas en el cenit de su existencia, residentes en centros habitacionales donde intentaban llevar sus vidas hasta el final de su recorrido con la dignidad y atención que merecían, después de una vida llena de acontecimientos, necesidades, alegrías, incertidumbres de todo tipo; de pronto se ven envueltos en una TURBULENCIA tan CRUEL como “LEGAL” que opta por sacrificarlos para resolver temas más prioritarios en virtud de un mandato TRAIDOR y MALIGNO que los llevó a morir en soledad y desamparo, alejados de sus seres queridos, en el más absoluto aislamiento e indefensión ante la cruda realidad que cercaba su desesperada situación.
El reencuentro – homenaje a tod@s ell@s
La autora quiere, de esta manera rendir su más sincero homenaje a est@s nuestr@s mayores que sin pensarlo siquiera han sido arrojad@s al anonimato de su último aliento, privadas del beso de sus seres queridos y del roce final de la mano de sus hij@s y amig@s, que han “recorrido” en soledad el camino hasta su postrero refugio sin un solo acompañante cercano que velase su marcha.
De la misma manera invocar al REENCUENTRO CON ELL@S, a todas esas personas que, desde el otro lado de la tragedia, han sufrido ese desapego y desconocen si el que ocupa ese nuevo lugar en el sepulcro familiar, es realmente su finad@ … esa duda les/nos acompañará por y para siempre. A TOD@S ELL@S …… ¡¡¡GRACIAS y PERDÓN!!!