Por Juan Luis Álvarez.- / Noviembre 2018
En una ‘Sala de la Cacharrería’ del Ateneo plagada de público ávido por conocer a nivel personal y artístico al escultor, su hijo, Ramón de Muriedas Senarega, impartió la conferencia ‘El Realismo Mágico de Ramón de Muriedas’ con motivo de su 80 aniversario y tras cuatro años de su fallecimiento. Luego posteriormente hubo una tertulia entre los asistentes donde se ensalzó su genio y obra como atemporal, pudiendo tocar a todos los públicos al ser ‘escultor de lo humano’, de las emociones.
Ramón de Muriedas y Mazorra (1938-2014), es uno de los máximos exponentes del ’Realismo mágico escultórico’ y suma más de 15 Premios Nacionales e Internacionales. A finales de los 50, inició su actividad expositiva, con hitos como su presencia en el Pabellón de España en la Feria Internacional de Nueva York, la Exposición Internacional de las Artes en Europa (Bruselas), o la Bienal de Arte (Zaragoza). Fue en los años 70 cuando se consolidó como artista de referencia en el ámbito escultórico, exponiendo en eventos tan prestigiosos como la III Exposición Internacional de Escultores Europeos en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, la Bienal Internacional de Arte de Alejandría y en la de Budapest (donde ganó ambas medallas para España) junto a exposiciones en París. Ya en los años 80, participó en exposiciones en la Biblioteca Nacional de Madrid, en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la Casa Velázquez, o Houston (Estados Unidos).
Entre otras distinciones fue nombrado ‘Académico de Bellas Artes de Brasil’ (1970) como lo fue el mundialmente conocido Henry Moore. Firmó obras tan importantes como el ‘Conjunto Escultórico’ en la sede del BOE de Madrid, ’La Madre del Emigrante’ en Gijón o ‘El Neptuno niño’ en el promontorio de la playa del Camello de Santander, en proceso de restauración. Su obra está dispersa en los más importantes Museos como el Reina Sofia o el Museo de Rio de Janeiro, Instituciones como el Ministerio de Educación o el Gobierno de EEUU y en Colecciones privadas como la Colección Azcona, por citar algunas.
El hijo del prestigioso escultor afirmó que Muriedas en cuanto al fondo, ‘va más allá de la realidad dotando a sus personajes de alma propia a través de la expresividad y mirada de sus figuras’; en palabras de Csorba Geza, Director de la Academia de Bellas Artes Húngara ‘lo relaciona con el método Giacometti para quien la figura no es objeto, sino examen’.
El recientemente fallecido crítico de arte Francisco Calvo Serraller, en el prólogo del catálogo para la Dirección General de Bellas Artes, apunta que ‘lo ve todo desde un punto de vista familiar, arropa las historias con condescendencia, con ternura. He aquí la posible clave de esa fórmula repetida de realismo mágico, de su efusiva manera de contemplar la poesía anónima de la cotidianeidad. No está, pues, en absoluto desorientado éste modelador de criaturas ensoñadoras y frágiles’. Antonio López coincidió con él en la FIAC de París y en el Jurado del Colegio de Caminos junto a personalidades tan distinguidas como Eduardo Chillida, José Antonio Fernández-Ordoñez o Eduardo Torroja, en una entrevista de 2017 apuntaba que ‘ fue un artista con un lenguaje único que tuvo mucho reconocimiento pero con el tiempo cayó en el olvido’.
El arquitecto multipremiado Juan Navarro Baldeweg, amigo y aprendiz de ciertas nociones de escultura junto a Muriedas, reconoce que ‘su figuración está anclada en la infancia y la imagen de lo ideal está en su imaginario como un escapismo de la cruda realidad’. El escritor Ricardo Martínez- Conde en un artículo de Julio 2018 en la prestigiosa revista digital iberoamericana Letralia, señala que ‘es un escultor cuya inteligencia, cuya expresión se haya entre la introspección y el sueño; es una escultura real e inteligente a la vez, sentiente si utilizamos la expresión zubiriana. Por último, según Fuencisla Miguel, Historiadora del Arte, dice que sus figuras tienen una férrea estructura interna, de una cuidada perfección armónica y formal, que luego terminaba con un aire aparentemente libre, huidizo y desenfadado.
El acto finalizó con la petición de un homenaje público a título póstumo por parte de las Administraciones Públicas. En la plataforma www.change.org se elevó una petición por parte de familiares y amigos y ya se han recogido casi 1000 firmas.