El Centro Riojano de Madrid se ha convertido en un referente para conocer el mundo del vino y, en los últimos tiempos, para descubrir los vinos más desconocidos para el público español que se producen en Europa.
Para ello, el Centro Riojano ha programado una serie de Catas Internacionales, donde hasta ahora se han presentado con éxito vinos serbios y húngaros.
En las Catas Internacionales organizadas por este Centro, vinos de relevantes regiones vinícolas han podido encontrarse con caldos riojanos seleccionados para la ocasión.
Vinos de Serbia
Recientemente, la II Cata Internacional dedicada a los vinos serbios fue inaugurada por Pedro López Arriba, Presidente del Centro Riojano de Madrid, y el Embajador de la República Serbia en España Danko Prokic. Ambos destacaron la importancia cultural y comercial de este encuentro, entre una histórica región vinícola reconocida mundialmente como es La Rioja y los vinos serbios que, con siglos de tradición a sus espaldas, se abren ahora camino en diversos mercados europeos. El encuentro también contó con un embajador de excepción, el jugador de futbol y exentrenador serbio del Atlético de Madrid, Radomir Antić.
José Antonio Rupérez, enólogo del Centro Riojano, fue el encargado de exponer las características de los vinos serbios y riojanos elegidos para participar en este evento.
Poco conocidos en nuestro país, la elaboración de vino en Serbia se remonta a la época de la dominación romana con los emperadores Marco Aurelio y Galiano. Mucho más tarde, en el siglo XIX, estos caldos de los Balcanes vivieron un importante periodo de esplendor, siendo muy apreciados en Alemania y Francia. En la actualidad, Serbia cuenta con 50 bodegas, repartidas en dos zonas vinícolas, Serbia Central y Vojvodina, y 8 regiones de elaboración de vino. El 65% de la producción se destina a la elaboración de vino blanco y el 35% restante al vino tinto. Los viñedos de estas tierras se asientan en las inmediaciones de los ríos Danubio, Sava y Morava.
Vranac, Smederevska, Tamjanika y Prokupac son las variedades de uvas autóctonas más representativas de Serbia. Las dos últimas estuvieron presentes en esta Cata Internacional a través de los vinos elegidos pertenecientes a las bodegas Milosavjevic (Vila Vina Tamjanika 2016 y Vila Vina Prokupac 2015), situadas en la localidad de Bucje en la región de Trstenicka, y de las bodegas Rubin (Rubinov Prokupac 2013), ubicadas en la región de Krusevac. Los vinos de Milosavjevic disfrutan de un excepcional microclima al amparo de las montañas y del río Morava, que también baña los viñedos de Rubin.
Para representar en este encuentro a La Rioja se seleccionaron dos vinos de la marca Bécquer, presentados por Javier Domínguez, delegado de Bodegas Benito Escudero. Con 150 años de historia, las bodegas Benito Escudero, conocidas por sus excelentes cavas, se encuentran en Grávalos (Rioja Baja), cerca de Calahorra. Los vinos escogidos de esta bodega para el encuentro fueron el Bécquer Blanco 2015 y Bécquer de Autor 2013, dedicados al poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer.
En el evento hubo también un lugar para la gastronomía, con ‘delicatessen’ serbias seleccionadas para los maridajes, como ‘Gibanica’ (pastel salado de hojaldre y queso), ‘Proja’ (pan de maíz), ‘Carska pita’ (polenta, pimiento asado, jamón york y queso fresco), ‘Paprenjaci’ (pastelitos salados de miel con pimienta) o ‘Vanilice’ (pastelitos de nueces rellenos de mermelada de fresa y albaricoque).
La cocina riojana estuvo igualmente representada con diversas especialidades culinarias, así como con la repostería de Alfaro a través de Eduardo Lacal, quien cerró el capítulo dedicado a la gastronomía con una especialidad de las emblemáticas Pastelerías Lacal, el Pastel Ruso, postre de origen español que la Emperatriz Eugenia de Montijo ofreció al Zar Alejandro II de Rusia durante un banquete con motivo de la Exposición Universal de París en 1855.
Vinos de Hungría
Hace unos meses, la I Cata Internacional abrió este ciclo con un encuentro dedicado a los vinos húngaros, conocidos y valorados desde antiguo. Los caldos de la región de Tokaj se bebieron en las mesas más distinguidas de Europa. Luis XIV de Francia llegó a decir del vino de Tokaj que «era el rey de los vinos y el vino de los reyes». Ahora los vinos húngaros han comenzado a recuperar la calidad perdida, tras décadas de producción agrícola masiva impuesta por el régimen comunista, y se abren camino con paso firme en el mercado vinícola internacional.
La I Cata Internacional donde se encontraron vinos húngaros y riojanos fue inaugurada por la embajadora de Hungría en España, Enikö Györi, y el presidente del Centro Riojano, Pedro López Arriba. La embajadora puso de manifiesto la relevancia de este intercambio para dar a conocer los vinos húngaros y los nuevos proyectos de las bodegas del país magiar. Györi reconoció «hablar con pasión de los vinos húngaros» para, a continuación, presentar los caldos de la renacida región de Villány. Asimismo, resaltó el papel del vino en nuestra cultura común y como elemento favorecedor del diálogo.
El prestigioso enólogo Rafael Alonso, buen conocedor de los vinos húngaros por su trabajo para Vega Sicilia en la bodega Oremus de Tokaj, fue quien explicó los pormenores del vino de Villány, una de las 23 regiones productoras de vino en Hungría. Muy apreciada por sus tintos, esta zona posee una larga tradición de bodegueros familiares en el cultivo de la vid. Durante los 45 años de influencia soviética intentaron como se pudo guardar las viñas y mantener viva esta tradición. Con el cambio de régimen, la elaboración de vinos ha ido tomando el impulso necesario gracias al esfuerzo de pequeños viticultores, hasta lograr la calidad que estos vinos habían tenido en el pasado.
Como en otros lugares de Europa, la producción de vino en Hungría se remonta a la época de la dominación romana. En la Edad Media los monjes continuaron elaborando vino. Sin embargo, con la invasión Otomana esta actividad se fue difuminando, para resurgir en el siglo XVIII y volver a caer en la segunda mitad del XIX con la epidemia de filoxera que asoló Europa. En este sentido, puede decirse que el momento actual sería la cuarta resurrección
de los vinos de Villány. Una región cubierta de viñedos, de clima mediterráneo y propicios microclimas para el desarrollo de la vid, cuyo suelo de caliza es de una gran riqueza mineral y donde, en palabras de Alonso, «el calor durante el día calienta la piedra y ésta, por la noche, le regala su calor a la uva».
Por parte de la región de Villány, los vinos elegidos para este encuentro fueron los pertenecientes a la bodega Gere, una de las más antiguas (siete generaciones produciendo vino) y potentes de la zona que cuenta además con hotel-vino spa, restaurante, y tienda on line. La familia Gere presentó el Gere Olaszrizling 2015, un blanco muy fresco, floral y afrutado ideal para consumir en el año, así como el Kopár 2012, un tinto muy elegante de un color intenso, con notas de frutos del bosque y complejo en el paladar. Los Gere también presentaron el vino tinto de una bodega amiga, el Tiffán Carissimae 2011. Todos ellos un buen ejemplo de la magnífica evolución de los vinos húngaros y, en concreto, de la denominación Villány.
La Rioja estuvo representada en esta I Cata Internacional por dos vinos muy consolidados y de excelente calidad, como son el Viña Pomal de Bodegas Bilbaínas y La Grajera, vino que el gobierno de La Rioja utiliza en sus actos institucionales y de protocolo. Bodegas Bilbaínas, bodega que ostenta el registro embotellador más antiguo de España y provee a la Casa Real desde 1925, presentó su Viña Pomal blanco 2014 y tinto reserva 2011. Un dato, Winston Churchill, que a la par de sagaz político fue hombre de exquisitas costumbres, bebía Viña Pomal. Por su parte la Bodega Institucional de La Grajera ofreció su Reserva de Viña Grajera 2011.
La nota gastronómica al encuentro la pusieron diversos productos riojanos y húngaros que sirvieron para probar maridajes con los vinos participantes, entre los que destacaron los quesos (Martínez de Haro), los pimientos (Chato de Leiva), los embutidos artesanales de la familia Pisón de Ezcaray y los chocolates gourmet húngaros de chocoMe.