noviembre de 2024 - VIII Año

La ruta del río Yang-Tsé

El Yang-Tsé es el río más largo de Asia. Recorre China desde la meseta tibetana hasta Shanghái. La presa de las Tres Gargantas, construida en el curso del Yang-Tsé, es la planta hidroeléctrica más grande mundo

Fotografías: Nerida Tanasie

Yangtsé 1

Noche cerrada de invierno. La palma de mi mano acaricia la superficie rugosa y húmeda del hormigón mientras la nave baja y baja los 185 metros que dividen las aguas del río Yang-Tsé (el más largo, el río azul) a causa de la obra hidráulica más grande de la Tierra, la presa de las Tres Gargantas en el centro de la China milenaria, la China futurista del siglo XXI que sorprende al mundo con su desarrollo, su curiosa conjunción de socialismo y capitalismo, sus costumbres ancestrales y las nuevas formas de vida al estilo más avanzado del planeta.

El río Yang-Tsé es, al igual que el Amazonas o el Nilo, como un mar interior que desde el Tibet a Shanghái es fuente de vida y de riqueza a lo largo de los 6300 kilómetros de su recorrido. Cierro los ojos mientras el barco baja una esclusa más con su carga humana hacia Wuhan, la ciudad de los mil lagos donde el señor Wanda, de tantos intereses en España, forjó su fortuna como constructor de enormes rascacielos que han propiciado su crecimiento en millones de habitantes.

Emociones y reflexiones en este viaje maravilloso por un curso fluvial que tiene influencia sobre el 40% de la superficie de China y el 70% de su producción de arroz, el dios del agua a través del cual vemos pasar megaciudades del siglo XXI con millones de seres transferidos del campo a la urbe en busca de una mejor forma de vida. Su vista me deja un poso de tristeza. En Chongqing, cuya área da cobijo a treinta y dos millones de personas, observo como los porteadores con sus rústicos artilugios de cuerdas, se ofrecen para llevar las maletas de los viajeros hasta el embarcadero y también las compras de las amas de casa hasta los fantásticos rascacielos que surgen como agujas de hormigón en medio de la montaña. Tradición y modernidad a veces en conjunción, a veces en discordia.

Es una delicia seguir el curso del río, admirar sus escarpadas orillas donde todavía quedan restos de lo que fueran pueblos y ciudades, restos del patrimonio arqueológico y de la historia de milenios de China que el enrome dragón, la presa más grande imaginada por el hombre, arrasó en aras del progreso. Desde 1994 a 2010, las obras ocasionaron la destrucción de 328 pueblos y 19 ciudades. Sus habitantes demolieron sus viviendas y las reconstruyeron en los nuevos asentamientos que les fueron fijados por la inundación de 630 km cuadrados originada por la construcción. Dice la historia que las crecidas del gran río originaron una catástrofe cada diez años desde hace milenios. Ahora, la conmoción originada por la obra del hombre supone la estabilización de este área donde quince millones de personas habitan en sus márgenes. Todo es opinable. ¿Merecía la pena la desaparición de restos del Peleolítico y Neolítico, del patrimonio de dinastías como las Ming y Qing o la extinción de especies autóctonas como el baijí o delfín chino para dar a luz esta obra cuyas 32 turbinas de 700 MW generan electricidad para el 4% (aproximadamente la población de toda España) de los habitantes de China?

Yangtsé 5

Lo que sin duda no defrauda al viajero es que todavía puede admirar ambos contrastes. En Chongqing podrá gozar con la belleza infantil de los osos pandas en su zoológico espléndido y en Shibaozhai ascender a la fortaleza milenaria de nueve plantas, una pagoda exquisita donde admirar en su cumbre la versátil representación de las divinidades ancestrales o escuchar en el viaje la historia de la ciudad de los fantasmas y vislumbrar en la ladera del río el Templo de los Espectros. Si se adentra en las tres gargantas -Xiling, Wuxia y Quitang- podrá descubrir parajes y paisajes increíbles e incluso asistir a recreaciones como la de la etnia chu en su actividad cotidiana de trabajo y ocio que incluye el espectáculo tradicional de una boda de acuerdo con las tradiciones más antiguas.

En el otro lado de la balanza, la perfección tecnológica de la presa con sus 2309 metros de longitud, sus cerca de 150 metros de altura y su referencia de que, al construirse, alteró 2 cm. el rumbo de rotación de la Tierra y como consecuencia nos dio un poco más de luz cada amanecer. Es difícil no admirar el inmenso ascensor de una sola parada que permite el tráfico de subida y bajada de barcos de hasta 3000 TM y las 5 esclusas que permiten a las naves de hasta 10000 TM el abordar y vencer los 185 metros de diferente altura del río en uno y otro lado de la presa.

Yangtsé 11Los grandes ríos son los grandes creadores de riqueza y a su través forjan las grandes epopeyas viajeras. Creo que las emociones y reflexiones que surgen a lo largo de la ruta del Yang-Tsé, hacen hoy que sea uno de los destinos más apetecibles para todos ya que naturaleza y obra humana se dan la mano para deslumbrarnos paso a paso en su recorrido. Cualquier viajero avezado descubrirá en las redes sociales ofertas para aventurarse unos días por esta ruta que ahora está al alcance de la mayoría de los que amamos descubrir día a día los tesoros de nuestro mundo. En eso también los chinos son maestros para permitirnos conocer su inmenso país y acercarnos cada vez más al milagro de su cultura, su desarrollo y sus contradicciones.

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