
La presentación de Casa Decor 2025, que tuvo lugar el día 2 de abril, ha sido un regalo que me ha encantado. Empezando por el edificio, que este año es el monumental inmueble al que se accede por Sagasta 33, con vistas a la Plaza de Alonso Martínez, todo es una maravilla de ensueño digna de un cuento de hadas, con bosque de bambú y todo que, además, se puede volver asequible mediante los logros del diseño y el tratamiento inteligente de los materiales, hasta los entresijos de Casa Decor. Porque ojo, que en cuanto Casa Decor cierre sus puertas allá a finales de mayo, una reestructuración total del edificio dará lugar a tres apartamentos por planta. Será maravilloso visitarlos.
Precisamente sobre las espaldas del prócer (Alonso Martínez) va a descansar la vista cuando uno se asoma a aquellos ventanales de las tres plantas que ocupa Casa Decor.
Allí dentro se han habilitado nada menos que cincuenta espacios por los que desfilan las ideas más avanzadas en decoración y los materiales más nobles para optimizar su uso y el uso de los espacios.
El edificio dispone además de dos patios por los que entra una luz preciosa. Ambos patios han sido trabajados con lagos, láminas y tubos de manera que simulan bosques e instrumentos musicales.
Ya en el interior, lo que hemos visto habla sobre de sostenibilidad, el cuidado de los materiales y el aprovechamiento de la materia prima. Cómo utilizando materiales ecológicos y sostenibles se pueden crear espacios maravillosos donde relajarse y soñar.
Por todo ello, visitar Casa Decor es como darse un paseo por un mundo de ensueño que, además, puede resultar muy útil e inspirador a la hora de transformar los propios espacios, ya sean profesionales o domésticos.
Mis espacios preferidos
Me impresionaron muchas cosas: los baños maravillosos, el bosque de tallos de bambú, el estanque del patio principal cuyas láminas simulan los tubos de un órgano… pero sobre todo, y ciñéndome a lo doméstico, me enamoraron las cocinas. Esas cocinas con despensa grande que parece un vestidor, con dormitorio y todo, para las conservas y las especias… Ese especiero gigante con las yerbas colocadas embalsamando la atmósfera, esas paredes donde cabe un televisor…
Como genuino, el alfarero que ha revestido todo su espacio (una cocina, con chimenea y todo) con tejas de barro, honor a los artesanos de la vieja Mesopotamia, «donde empezó todo», afirma.
Arcos Cuchillos
Pero lo que más me deslumbró, lo que me tocó el corazón, fue el stand de Arcos Cuchillos, que ha diseñado en un espacio llamado Siluetas, que parece sacado de El Quijote, una danza hecha toda de cubiertos, platos, fuentes, luces y sonidos en formación de boda, chocando entre sí, como suele ocurrir en nuestras mejores celebraciones, para recrear un banquete que haría rabiar al mismo Sancho Panza (igual que aquellas bromas de su médico, que primero le recetaba y luego le retiraba los manjares más exquisitos sin que nunca los pudiera llegar a catar).