Dicen que no es difícil verle en algunos actos de poesía, género en el que se ha refugiado en los últimos años, lo cierto es que es una suerte saber que tenemos en una ciudad como Madrid un personaje de la talla literaria de Ramón Hernández, escritor nacido en 1935 que sorprendió a vivos y extraños cuando en 1969 publicó, Palabras en el muro, considerada por el Times la mejor novela española de posguerra y el inicio de una brillante carrera literaria.
Encuadrado dentro de los escritores que de la mano de Carlos Barral y su sello Seix Barral cambiaron la narrativa española en los años sesenta y setenta, Hernández no se dejó llevar nunca por lo fácil y construyó una obra valiente, vanguardista, emocionante, original, donde el lenguaje, el texto, la prosa tienen un peso determinado que crece con la propia novela y acaba llenándolo todo.
En la carrera de Hernández hay títulos tan interesantes como Eterna memoria, Pido la muerte al rey, El buey en el matadero, El tirano inmóvil… y una larga lista que pasa los cincuenta títulos y donde el recorrido pasa por lugares y situaciones siempre distintos.
Quien busque en la literatura solo entretenimiento no debe leer a Ramón Hernández, la verdad. Pero quien busque el sabor de la vida más ácida, del dolor en la prosa, el sueño y la muerte descritas con arrojo, con mucha rabia, con el peso de la vida en ello, estos tienen un escritor seguro para muchos años y muchas, muchas noches.