¡Mis queridos palomiteros! Hace dos semanas las librerías españolas acogían el lanzamiento del segundo volumen —de los cuatro previstos (a falta de Dramas y tragedias y Obras líricas)— de la serie Teatro clásico español del siglo XIX, dedicado a las piezas breves, publicado en la lustrada colección de teatro de Punto de Vista Editores, editorial a la que ya hemos dado voz.
Y como sucedió el año pasado en su debut con este serial en esta editorial con sus límpidas Comedias, la edición corre a cargo del académico de las Artes Escénicas de España, catedrático de lengua y literatura españolas, investigador y crítico teatral, José Luis González Subías, dramaturgo por cierto de interesantes y variadas propuestas de géneros y estilos como Desde mi celda, 2024 y Cita a las nueve, 2024 —ambas llevadas a los escenarios—; Imprentas y Teatro, 2021 o La dramaturgia española durante el franquismo, 2020), entre un largo etcétera que incluye trabajos novelísticos, es uno de los más destacados especialistas en teatro español del siglo XIX de larga trayectoria. Está dispuesto a recuperar la memoria histórica del luminoso siglo decimonónico, que o por ignorancia o por desinterés, está olvidado o al menos es muy difícil rastrear su dramaturgia. Así las cosas, pude entrevistarle con motivo de su puesto de finalista de los premios ADE.
Pues bien, por fortuna el ejemplar de Piezas breves se presentará el próximo miércoles, 26 de marzo, en la Librería Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes a las 19 horas. En el acto, González Subías conversará con Pilar Espín Templado, catedrática de la UNED y con los actores Daniel Migueláñez y Karmele Aranburu, y será una gran oportunidad conocer al autor.

Así las cosas, González Subías ha seleccionado para esta edición 12 piezas (El plan de un drama o La conspiración, de Manuel Bretón de los Herreros y Ventura de La Vega (1835); Pascual y Carranza, de Manuel Bretón de los Herreros (1844); El fanático de las comedias, de Antonio Gil y Zárate (1844); Quiero ser cómica, de Carlos García Doncel y Luis Valladares y Garriga (1844); Dos amos para un criado, de Joaquina Vera (1844); No más secreto, de Mariano Pina y Bohigas; Con poeta y sin contrata, de Manuel Fernández y González (1847); ¿Cuál de los tres es el tío?, de Antonio María Segovia (1851); Juan Garduño el artillero, de José Méndez de Álvaro (1853); ¡Mal de ojo!, de Rafael Máiquez (1853); El rey por fuerza, de Manuel Pastorfido (1853) y El maestro de esgrima, de Juan de la Puerta Vizcaíno (1855). Todas ellas desarrolladas en un solo acto y la mayoría son comedias.
Como puede apreciarse, todas estas obras fueron escritas, impresas y estrenadas en torno a los años treinta y cincuenta del siglo XIX, época en que el Romanticismo irrumpe definitivamente y triunfa en la escena española.
En sus primeras 130 páginas —de las 580 de que consta el volumen—, elaboradas con el habitual rigor y el impecable trazo al que nos tiene acostumbrados, González Subías —prolífico escritor a quien podéis seguir en La última bambalina, espacio destinado al ejercicio de la crítica de teatro— pone en solfa a autores desconocidos y también ha sido su deseo que las comedias estén relacionadas propiamente con la escena, así como destacar el concepto de metateatralidad.
Además, y como ya ideó en sus Comedias, González Subías realiza un muy valioso acercamiento al autor y al contenido de cada una de dichas Piezas breves para que el lector tenga una idea más que aproximada de los libretos a los que se va a enfrentar y con los que, sin duda, va a disfrutar. Unos libretos que aparte de incluir los carteles de cada una de las obras referenciadas, también contienen otras ilustraciones de la época que otorgan al trabajo un sabor especial.
Por todo lo expuesto, y porque disfrutar con este tipo de Piezas breves es más que una delicia, recomiendo mucho la lectura de este excelente trabajo, Teatro clásico español del siglo XIX, que inicia una feliz andadura —casi más bien una necesidad—, a fin de ver todos estos textos sobre los escenarios patrios ya. No sea que se nos pase el arroz y después no haya remedio.