Veníamos de la noche
Ernesto Pérez Zúñiga
Galaxia Gutenberg, 2025
Páginas: 384
LA PROSA MAGNÉTICA DE ERNESTO PÉREZ ZÚÑIGA
Ha aparecido una nueva novela de Ernesto Pérez Zúñiga, después de éxitos como El segundo círculo (2007), Premio Internacional de novela Luis Berenguer, pero también la excelente La fuga del Maestro Tartini (2013), premio de novela Gonzalo Torrente Ballester. Es Pérez Zúñiga un urdidor del lenguaje, un pintor del lienzo que es la novela, además de excelente poeta. En esta nueva novela, editada en Galaxia Gutenberg, y titulada Veníamos de la noche, nos invita a pasear por Roma, a través de Lucía, una mujer de cincuenta años que se refugia en la Academia de España en Roma, para captar el universo de la ciudad eterna.
Lo que no sabemos y que se va desvelando, es el pasado de Lucía, que abandona a un marido al que no ama, y que se descubre en los brazos de Enrico, un profesor italiano. El paisaje emocional de Lucía lleva a Gustavo Setién, director de la Academia Española, a escribir sobre el pasado de la mujer.
Y llegamos al gran mérito de la novela, cuando abrimos como amanuenses sus páginas, para descubrir el gran calado cultural de Ernesto Pérez Zúñiga, que va dejando páginas llenas de riqueza y que nos asombran:
“Tan loco como para escribir sobre ella, me digo ahora. Para emplear horas incontables de mi vida tratando de comprenderla e inventarla, para comprenderme a mí mismo mientras también me invento en este cruce de experiencias y descubrimientos que es la vida”.
Y está claro que los personajes se miran unos a otros, la idea de la invención es clave: vivimos creando personajes, somos realmente seres que representamos un papel.
Y el afán de insertar la cultura en la novela, más allá de la trama de fondo, que no quiero desvelar. La idea de la ficción y la realidad, la mezcla imprescindible en nuestras vidas de lo que hemos leído, del teatro que hemos visto, del cine que hemos amado, queda en la retina del narrador, de ese Pérez Zúñiga que pinta escenas, como cuadros impresionistas, con su pincel de autor:
“Me pongo en la piel de Enrico en aquellas escaleras. Oigo de nuevo lo que he grabado. Reconstruyo la escena, Enrico, al mirarla, detenido en las escaleras, recordó aquella frase de Romeo y Julieta que Zhivago le dice a Lara después de su reencuentro: “Los dos, tú y yo, estamos inscritos en el despiadado libro de la adversidad”.
Y todo nos envuelve, nos vamos sin querer a la novela de Pasternak, a la película de David Lean, a los personajes de Shakespeare, todo es un tapiz que el narrador va trazando, para que los personajes vivan en esa frontera delgada entre la ficción y la realidad. Pérez Zúñiga sabe que todo es ficción y nuestras propias vidas son manejadas por alguien. Somos títeres del paisaje emocional de alguien, quizá de ese otro ser que llevamos dentro, desdoblados siempre.
Ese otro yo que el narrador va hilando finamente en esta novela mosaico, novela tapiz, donde él escribe, pero muchos otros le llevan de la mano, cine, literatura, el propio mundo interior del escritor.
Los temas de fondo: el amor, la culpa, los celos, la muerte, etc., viven y respiran en la novela y es bueno y aconsejable sumergirse en ella y vivir con sus personajes. Al terminarla, ya nos pertenecen, porque son reversos de nosotros mismos en el escenario de la ciudad eterna, que nos ve pasar, venciendo al tiempo, mientras somos nos vamos yendo para siempre.