marzo de 2025

‘Moulin Rouge’, una película inolvidable

En París, en 1980, Henri de Toulouse Lautrec pasa las noches tomando apuntes sobre las bailarinas, mientras bebe vino y acaba, a veces, en lamentables condiciones. Para el pintor, estar en el local es necesario, porque le sirve de inspiración para poder crear. Toulouse Lautrec es un hombre tullido, del que muchos se ríen, por su aspecto, debido a un accidente que lo llevó a romperse las piernas y que trajo como consecuencia una atrofia de sus miembros. Su primer amor, llamada Denise, lo desprecia llamándole “enano monstruoso”.

La película, Moulin Rouge, la dirigió John Huston en 1952, con José Ferrer como protagonista. Marie Charlet, una mujer al que persigue la policía le pide ayuda, el pintor la acogerá en su casa y se obsesionará con ella. La mujer acaba utilizándolo, pidiendo que este pague como a las modelos que retrata. Cuando ella no vuelve un día, Henri de dedica de nuevo a beber, ya no vino, sino cognac. La vuelve a encontrar por la calle, ya en estado de embriaguez, ella le confiesa que siente un profundo asco por él, por ser un “ser deforme”.

Él piensa suicidarse, pero al final, al mirar sus cuadros, decidirá no hacerlo, porque sabe que es un hombre triste y decadente, pero que necesita el arte para seguir viviendo. Volverá a encontrar una mujer, Myriam Hayem, de la que se siente atraído, ella se enamora de él y se olvida del físico poco agraciado del pintor, pero, ya en su lecho de muerte, es cuando comienza su éxito, al comunicarle su padre que el Louvre expondrá su obra. Myrian le deja, porque Henri, debido al alcoholismo crónico debido al vino y al cognac, la va abandonando.

La película se rodó en color, lo más bello de la misma son las escenas de las bailarinas, la vida que se respira en el Moulin Rouge, donde el pintor logra ser feliz. Debido a su afición al alcohol, va destrozando su vida, porque nunca ha tenido el éxito que esperaba.

John Huston

Moulin Rouge tiene varias partes bien diferenciadas. Hay cuatro momentos en la película, en el que relata su infancia, con su accidente y su posterior atrofia, podemos encontrar en esta etapa dos momentos de su vida, la niñez y el rechazo en plena juventud de Denise por considerar a Henri un monstruo. Luego llega el tercer momento, cuando conoce a Marie Charlet, la prostituta a la que lleva a su casa y que pedirá que la pague si quiere que la retrate. El cuarto momento llega con su relación con la mujer que realmente le quiere, Myriam Hayem, pero que no logra quedarse en su vida, porque el pintor cae cada vez más en el universo del alcohol.

No está considerada una de las mejores películas de Huston, pero sí tiene la belleza de los escenarios, el uso de un cromatismo que invade la pantalla, la dirección musical de Lambert Williamson, la fotografía de Oswald Morris, la música de Georges Auric y no hay que olvidar que el guion es del propio Huston y de Anthony Veiller. Las escenas de baile fueron dirigidas por William Chappell y Freddie Francis fue el operador de la película.

A José Ferrer, que realiza una interpretación sensacional, le acompañan Colette Marchand como Marie Charlet, Suzanne Flon como Myriam Hayem y Zsa Zsa Gabor como Jane Avril.

Da la sensación de hallarnos con una de esas biografías al estilo de Hollywood, donde el tema de la tara física pesa para que la película fuera reconocida con premios. Pero hay un importante detalle que está presente, la mirada de Huston, una forma de dirigir a los personajes, entenderlos, convivir con ellos, para que sintamos su pulso en cada escena.

Para Huston la idea del color fue fundamental en la película:

“Iba a intentar el color en la pantalla de la misma forma que Lautrec lo utilizaba en su pintura. Nuestra idea era allanar el color, presentarlo en planos sólidos, eliminar los toques de luz y la ilusión de la tercera dimensión que había introducido el modelado…Resultó que ese insólito uso del color fue lo mejor de la película”.

Las escenas de baile fueron dirigidas por William Chappell

Y, sin duda alguna, las escenas en las que Henri bebe vino y cognac están presentes en toda la cinta, porque estamos hablando de un hombre que tuvo que introducir en su mundo el alcohol para seguir soportando la vida. Solo así se entiende esa decadencia de un hombre que lo tuvo todo en contra y que solo fue conocido tras su muerte. En la línea de Van Gogh, ambos vivieron el fracaso, Lautrec envuelto en las sombras de los lugares de baile, en los tugurios nocturnos, Van Gogh buscando en la naturaleza un remedio para su locura creciente que le llevó a cercenar su oreja.

Hay tanto en la cinta de Minnelli con Kirk Douglas como en la de Huston: una mirada compasiva a esos hombres excepcionales, tocados con el dolor y con el sino de los perdedores. Sentimos que se merecían el éxito, la fama, pero ni siquiera les trataron bien. La alegría que emana la naturaleza en la cinta de Minnelli con su gran colorido y la de las bailarinas que crean un magnífico espectáculo en la cinta de Huston son engañosas, están llenas de sombra y de dolor. Una película que nos emociona y que en la línea del gran cine de Huston que superará este filme en otros tan afamados como La jungla del asfalto, La reina de África o, por citar una película posterior a Moulin Rouge, la excelente La noche de la iguana.

COMPÁRTELO:

Escrito por

Archivo Entreletras

Empresas, responsabilidad y reputación
Empresas, responsabilidad y reputación

Las empresas privadas tienen como propósito principal obtener beneficios. Es lo que esperan sus propietarios e inversores. Y lograrlo es…

Volvió la luz al Ateneo, pero podría apagarse
Volvió la luz al Ateneo, pero podría apagarse

Con motivo de las elecciones a la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid que celebrará la bicentenaria institución cultural…

Herminio Almendros Ibáñez, difusor de la técnica Freinet (I de II)
Herminio Almendros Ibáñez, difusor de la técnica Freinet (I de II)

En 1935, unos pocos maestros entusiastas, como nos cuenta la película “El maestro que prometió el mar” (2023), trasforman por…

89