María Goyri nace en Madrid el 29 de agosto de 1873. Sería profesora e investigadora en el campo de la filología hispánica especializada en el romancero español. Fue la segunda estudiante oficial de Filosofía y Letras. Mantuvo sólo un apellido al ser hija soltera, y su madre Amalia fue una mujer culta que cuidó a su hija física y educativamente, a los 12 años la matriculó en la Escuela de Comercio, institución constituida por la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, fundada en 1870 por Fernando de Castro con el fin de formar a la mujer de clase media para tener las mejores oportunidades educativas y laborales.
Obtuvo el título de Comercio en 1888 teniendo entre otros profesores a Salmerón, el geógrafo Torrescampos y el de una institutriz en 1891. Aprendió de su madre el francés al hablarlo en casa. Se matriculó en Filosofía y Letras con 16 años en 1891, estando como un año como oyente con autorización para sentarse al lado del profesor, se licenció en 1896 y se doctoró en 1909. Estudia en el Ateneo en el Instituto de Estudios Superiores y participa en el Ateneo en el Congreso Pedagógico hispano-portugués-americano en la sección sobre la mujer con la ponencia “Concepto y límites de la Educación de la mujer y la aptitud profesional de ésta”, publicando sus conclusiones en el artículo “Una información” en la revista Escuela Moderna.
María se incorpora a la Residencia de Señoritas en 1915, en 1917 se hace cargo del Departamento de Lengua y Literatura Española del nuevo grupo de niñas, y al Instituto Escuela en 1918, siendo directora de la sección de preparatoria de niñas. Trabajó junto a Alice Pestana en el proyecto del “Protectorado del niño delincuente”, entre 1916 y 1925, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, con el objetivo de que los menores de dieciséis no estuvieran en la cárcel, en el que intervienen Cossío, Azcárate y José Giner Pantoja, entre otros, hasta que el Estado con la Dictadura de Primo de Rivera lo cierra, al instaurar, por primera vez en el país, el Tribunal Tutelar de Menores. En 1921 es la responsable de los intercambios internacionales y viaja con Ramón y Federico García Lorca investigando los romances conservados por los gitanos del Albaicín (Granada).
En 1896 comienza sus labores de investigación con Don Juan Manuel y los cuentos medievales. Conoció, mientras estudiaba en el Ateneo, a Ramón Menéndez Pidal, casándose en 1900, y en su viaje de novios recorrió los caminos del Cid, recogiendo antiguos romances, que dieron lugar a su libro “Introducción al estudio del Romancero”. En 1905 elabora el “Manual elemental de gramática histórica española”. En 1919 trabaja el diccionario Calpe con su hija Jimena y su yerno Miguel Catalán.
Editó su tesis “La difunta pleiteada: estudio de literatura comparada en el romancero, el teatro y la novela” y realizó muchos escritos sobre filología dedicados al Romancero y a profundizar en la obra de juventud de Lope de Vega (inédita). Elabora un manual en 1908 que recoge los romances castellanos, que va a ser de gran utilidad posterior. Visita en 1909 EE. UU. para conocer los Colleges, tomando nota de sus instalaciones y métodos, con la idea de trasladarlos a España posteriormente, se doctora al volver con una tesis sobre la “Difunta Pleiteada” de Lope de Vega.
Fue profesora de Literatura durante 1894 en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer y elaboró en ella los programas pedagógicos para niñas de ocho a diez años. De 1916 a 1920 impartió literatura en la Residencia de Señoritas, creada en 1918, donde redactaron los programas de español para niños de las mismas edades y se encargó de la dirección y el seguimiento de los programas de Lengua y Literatura Española en el Instituto-Escuela y participó en la Biblioteca Literaria del Estudiante, selección de textos de la literatura española, destinados a ser el complemento necesario para la formación de los alumnos en sus clases de Lengua Española. La publicación estuvo a cargo del Centro de Estudios Históricos que dirigía Menéndez Pidal, siendo también director de la Biblioteca del Estudiante. Colaboró en la Revista Popular con una sección titulada «Crónicas femeninas».
Fue lexicógrafa haciendo las labores de revisión de los escritos de Menéndez Pidal para la RAE, con quien trabajó conjuntamente en muchas de sus investigaciones. Mantuvo también mucho interés por la fotografía y por los paseos por la sierra de Guadarrama. Siempre valoró en gran medida la labor que desarrolló como maestra y pedagoga, que compaginaba con su investigación filológica.
Ramón Menéndez Pidal procedía de una familia asturiana conservadora, muy influyente intelectual y políticamente. María es quien le introduce en los círculos progresistas de la ILE, con la convicción de transformar la sociedad a través de la educación, utiliza textos de Concepción Arenal, entre otros, para convencer a Ramón (carta en 1896) de sus proyectos e ilusiones.
En 1933 María Goyri forma parte del Comité del Patronato del Instituto-Escuela.
Al producirse la guerra civil el archivo obtenido por el trabajo de investigación realizado por María Goyri y Menéndez Pidal es sacado de España con los cuadros del Museo de Prado para protegerlos de los efectos de la guerra.
Mientras Menéndez Pidal marcha al exilio, María se queda en la casa familiar en San Rafael (Segovia) con los hijos, lugar en donde había compartido temporadas con Giner de los Ríos.
En otro artículo posterior desarrollaremos su labor en el exilio interior.
