Ignacio Gómez de Liaño —al que el crítico de arte César García Álvarez no duda en calificar como “la figura más importante de la cultura española de las últimas décadas”— publica la quinta edición de su ensayo El idioma de la imaginación. Ensayos sobre la memoria, la imaginación y el tiempo cantidad (Libros del Innombrable. Colección Golpe de Dados, 2024).
El idioma de la imaginación nos adentra —a través de las ideas de Giordano Bruno— en un recorrido por el apasionante mundo de la Memoria. El visionario napolitano, pertrechado de su innovador método —en el que combinaba imágenes, lugares y ruedas simbólicas—, pretendía mejorar la capacidad memorística del ser humano, y a la vez ofrecerle una herramienta útil que fuera capaz de transformar su mundo interior. La memoria no era entendida por el polímata —al que en 1600 las autoridades civiles de Roma quemaron vivo en la hoguera, después de que la Inquisición lo declarara culpable de herejía— como una facultad pasiva, sino más bien como un medio activo para perfeccionar la psique.
Ya antes, los pitagóricos habían entendido que con la facultad de la memoria el hombre podía trascender su mortalidad, y el mismo Platón, por medio de su teoría de la anamnesis, la consideraba el vehículo más importante del saber esencial. En este recorrido, Gómez de Liaño también nos acerca a la figura del neoplatónico Plotino, que suma la gnosis a la investigación sobre la memoria, la imaginación y el tiempo. Por otra parte, El idioma de la imaginación analiza también las propuestas de Descartes, Bacon, Leibniz y Vico, filósofos todos ellos que desarrollaron proyectos propios de lenguajes y sistemas de escritura universal.
Finalmente, Liaño aborda el cambio radical que supusieron las ideas de Kierkegaard, ya en la Modernidad, en las que el danés contraponía la memoria a la esperanza, destacando así el denominado «instante de decisión» que es el crea el futuro.
En suma, un libro cautivador del poliédrico Ignacio Gómez de Liaño —que felizmente se reedita, tras su éxito editorial— que nos hace reflexionar no solo sobre la evolución de la memoria como concepto fundamental en la historia del pensamiento, sino también entender la estrecha relación que existe entre la triada que constituyen memoria, imaginación y tiempo, elementos claves en la configuración del ser humano y su relación con el mundo.