noviembre de 2024 - VIII Año

Un municipalismo para promover Europa

ayto CastellAroPasqual Maragall, alcalde de Barcelona, afirmaba en 1999 que ‘Si observamos Europa desde un satélite, veremos una constelación de puntos o motas de luz. Lo que no veremos son las fronteras entre estados o regiones […]. La organización de estos puntos de luz, que son el reflejo de nuestras ciudades, traza ciertas vías, señala concentraciones y revela espacios vacíos. El único camino que lleva del mundo actual de estados hacia el mundo global, hacia el mundo abierto, hacia el mundo sin fronteras, es precisamente este: es una ruta que atraviesa el mundo de las ciudades y la Europa de las regiones’.

Los municipios configuran el pilar de la construcción europea, y aún cobran más importancia en una coyuntura de debate sobre el futuro de la Unión Europea, con disputas entre regiones o estados y de éstos con las instituciones europeas, donde las ciudades y los pueblos pueden convertirse en balones de oxígeno y de sentido de pertenencia a Europa. El proyecto político e institucional de construcción de las instituciones europeas, impulsado en buena medida desde los municipios, se encuentra hoy en crisis por alejamiento de la ciudadanía del proyecto europeo en gran medida por el auge de las políticas neoliberales impulsadas y, por otro lado, por el crecimiento de populismos y anti europeísmo provocado por los costes sociales de la globalización.

La buena política puede ser capaz de construir espacios de tolerancia y civismo que resistan el vendaval del populismo, y su espacio principal de desarrollo son pueblos y ciudades. Las políticas locales y regionales figuran entre los mejores instrumentos posibles para mantener un nexo estrecho con los ciudadanos de la Unión Europea, y es en la proximidad de la política municipal donde radica la esperanza de una Europa integrada por ciudadanos libres e iguales, que siga creciendo en cohesión política y solidaridad, donde sea principal objetivo el trabajar por intereses compartidos superando las diferencias. La política de los municipios debe reclamar en Europa el protagonismo que hasta ahora han tenido Estados y Regiones, y es que debemos construir una ciudadanía y una opinión pública propiamente europea que trate de impedir que nuevos sectores caigan en pro del mercado, que la protección social se degrade todavía más, que más servicios públicos sean privatizados, y que las desigualdades se ahonden en una Europa que iría a remolque de la política americana.

Por otro lado, las diferentes competencias locales y la cercanía de la política local con vecinos y ciudadanos, ha permitido a los municipios plantearse unas políticas diferenciadas de las usuales en materias como la seguridad, servicios sociales, cultura, o en políticas de juventud entre otras, caracterizadas por su alta sensibilidad a las demandas sociales, pero en el futuro próximo la Unión Europea deberá reconocer la importancia de ciudades y pueblos, y tendrá que proponerse el firme objetivo de mejorar la legislación, la financiación y el conocimiento en pro de implementar mejoras desde la proximidad de los gobiernos locales. Y es que como dijo en cierta ocasión el alcalde Tierno Galván, no es suficiente con que se diga a menudo que los municipios son la proa de la democracia, es necesario que además se le reconozcan las competencias correspondientes y se les dote de los recursos necesarios para asumir sus responsabilidades.

Los gobiernos locales además ven complicada su administración debido al cúmulo de competencias dependientes de múltiples administraciones supramunicipales tanto de ámbito regional, nacional o europeo. Esta situación crea complicaciones para que las políticas se apliquen en tiempo, forma y cantidad apropiada sobre los municipios, y además impide que los ciudadanos conozcan con claridad a los responsables a quien corresponde solucionar ciertos problemas de su pueblo o ciudad, son pues un obstáculo real para el logro de una ciudadanía informada y responsable. Unos ciudadanos que además piden cada vez más tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus vidas, y por ello es cada vez más importante formalizar la participación de los agentes locales en el proceso de toma de decisiones para que legislaciones, acciones y programas respondan realmente a sus necesidades.

Debido a que la mayor parte de la población europea vive en áreas urbanas los municipios son la escuela donde podemos aprender a ser auténticos ciudadanos, creando una ciudad educadora de lo común que ayude a crear una red de ciudades globales, domando nuestro individualismo, como aportó Tocqueville, o como dirían los griegos, a no ser etimológicamente «idiotas», pues la palabra idiotes identificaba a aquella persona que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados. Hablar de educación es hablar del futuro de Europa, hablar de una dimensión europea de la educación es hablar de la ciudadanía europea; cuando Jean Monnet, uno de los padres de Europa, afirmó que “si pudiera empezar otra vez, empezaría por la educación” se estaba refiriendo a la educación como un instrumento esencial para motivar e informar la participación ciudadana, así como para conformar las identidades, los sentimientos de pertenencia, la solidaridad entre personas, pueblos y naciones.

Los municipios deben dotar a cada persona de las habilidades y capacidades necesarias para ejercer una participación ciudadana durante toda la vida en un proyecto de pueblo o ciudad; los gobiernos locales no pueden depender de la enseñanza secundaria que se ve limitada en el mejor de los casos a difundir derechos y responsabilidades en tanto que ciudadanos de la Unión, a enseñar la geografía, la historia europea, la historia de la integración o el funcionamiento de las instituciones comunitarias. Es necesario promover principios y valores para formar una actitud que se sume a una comunidad plural y diversa, y facilite la adquisición de las aptitudes necesarias para participar en la comunidad europea. En resumidas cuentas, el municipalismo es vital para ser europeo en todas sus dimensiones: para conocer Europa, para sentir Europa y para participar de Europa.

 

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Archivo Entreletras

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