El mal y la violencia en el cine de Hitchcock
José Luis Panero González-Barosa
Ondina Ediciones, 2024
174 págs.
Un ensayo sobre Hitchcock muy interesante
José Luis Panero González-Barosa, miembro de la Academia de Artes Escénicas, actor, docente universitario, especializado en el ámbito del cine y del teatro, que dirige el blog decano de la COPE Palomitas de maíz se adentra en su primer libro en solitario en el universo del gran Alfred Hitchcock.
Con el título El mal y la violencia en el cine de Hitchcock, el libro ha sido editado por Ondina ediciones, prestigiosa editorial que ya ha publicado libros de poesía, novelas y ensayos de cine. En este caso, el análisis del cine del genial director nos adentra en la maldad que aparece en sus películas, sin excluir la violencia, porque un rasgo característico de su cine es la capacidad para mostrar el miedo.
Parece ser y así lo cuenta José Luis Panero González-Barosa que Hitchcock era miedoso compulsivo, lo que contrasta con un cine donde asistimos a escenas tan impactantes como el asesinato en la ducha de Marion Crane (la excelente Janet Leigh) en Psicosis o los asesinatos de Frenesí, entre otras películas.
Temas como la homosexualidad los trata el autor del libro en este ensayo, en el apartado titulado: “La homosexualidad declarada”, cuando cita:
“Algunos personajes de Hitchcock evidencian signos de relaciones sentimentales con personas del mismo sexo”.
Para ello, pone ejemplos como los protagonistas de la excelente La soga, o Extraños en un tren, película basada en la novela de Patricia Highsmith. Hay un nexo común en ambas cintas, la presencia de Farley Granger. También destaca la admiración por la desaparecida Rebeca en la película del mismo título del ama de llaves.
El vouyerismo es otro tema muy interesante que trata José Luis Panero en el libro, y cita La ventana indiscreta, ese hombre apegado a una silla de ruedas por un accidente (un genial James Stewart) que contempla desde su apartamento lo que pasa en el edificio de enfrente, pero no podemos olvidar el Anthony Perkins de Psicosis, cuando Norman Bates espía a Marion Crane cuando va a ducharse. Sin olvidar, Vértigo, donde James Stewart persigue a Kim Novak por las calles de San Francisco.
También comenta el autor del libro, con mucho acierto, la conversación entre Norman y Marion, antes del asesinato de esta, en la que llega a decir Norman que todos estamos un poco locos.
José Luis Panero González-Barosa hila fino en el libro, porque pone ejemplos de psiquiatras, para argumentar el tema esencial del libro, pero, además, se adentra en la idea de lo moral y el afán de los personajes de las películas del director inglés que desafían al mismo Dios. Como muestra, el acuerdo de los personajes de Extraños en un tren, para cometer los asesinatos, pero también en Yo confieso, con el estupendo Montgomery Clift, manteniendo una duda ante la confesión de un asesino, un sacerdote que se antepone a Dios.
Y la minuciosidad con que va trazando el autor del libro los objetos con que los asesinos de las películas cometen los asesinatos: la corbata en Frenesí, el cuchillo en Psicosis, una cuerda robusta en La soga, un mechero perdido en Extraños en un tren. Todos los objetos son importantes en las películas del director inglés, un maestro del engaño, que busca mantener nuestra tensión en la trama, que nos sorprende y nos ofrece películas realmente magistrales.
Cabe destacar cómo analiza José Luis Panero el tipo de mujeres que aparecen en las películas, desde las rubias aparentemente castas, como Grace Kelly, recordemos Atrapa un ladrón, rodada en la Costa Azul, con un gran galán, Cary Grant, actor favorito de Hitchcock, junto a James Stewart, y las morenas, como Ingrid Bergman o Diane Baker, más fogosas. Pero, de nuevo el engaño, las primeras esconden un erotismo mucho más enérgico que las segundas, aunque las apariencias digan lo contrario.
A todo ello, para concluir, cabe decir que hay referencias continuas a directores, como Godard, Truffaut, que se han interesado por el cine de Hitchcock y una extensa bibliografía, con notas a pie de página e incluso unos fragmentos y comentarios del guion de La soga. Además, habla de una gran película del director, Encadenados, que analiza con minuciosidad y comenta sus diferentes versiones, hasta el resultado final que hemos visto los espectadores.
Todo ello confirma dos pretensiones culminadas: la de hacer un libro novedoso sobre el mundo del genial director y sobre el mal y la violencia en su cine y segundo, completar el ensayo con la documentación más rigurosa posible.
Un debut en el ensayo cinematográfico de José Luis Panero González-Barosa muy prometedor, en un libro muy interesante y que se lee con pasión cinéfila. No solo encantará a los amantes de Hitchcock, sino también a todos los apasionados del buen cine. En la cubierta, vemos las palabras mal, violencia y Hitchcock en rojo, como si fueran ya espejo de la sangre que será derramada en tantas películas del director inglés (inolvidable cómo corre la sangre mezclada con el agua en Psicosis). Y una imagen del director, que siempre aparecía brevemente en sus películas y de otras cintas, un acierto del maquetador, Jesús S. Giner.
Lectura necesaria para todos los amantes del cine este debut de José Luis Panero González-Barosa.