La noche es un pájaro azul
Antología de la última poesía española
José Antonio Llera (Editor)
Ediciones Libros del Aire
Boo de Piélagos, Cantabria, 2023
RASGOS PROPIOS
El recuento La noche es un pájaro azul es una nueva propuesta para definir los contornos más consolidados de nuestra lírica en las dos primeras décadas del siglo XXI. Ensambla 23 escritores de empuje que no superan los cuarenta años de edad y comenzaron a publicar cuando alzaba sus vallas el contexto digital. Es una selección impulsada por José Antonio Llera (Badajoz, 1971) profesor Titular de Literatura española en la Universidad Complutense de Madrid, especialista en las circunvalaciones expresivas de la lírica contemporánea y protagonista de una reconocida travesía investigadora sobre Miguel Labordeta y Juan-Eduardo Cirlot, dos sondeos que se suman a varias monografías temáticas con un sesgo normativo plural. Pero su voluntad creadora pone de relieve que la plaza mayor del taller literario pertenece a la poesía. En la búsqueda del insondable misterio de la belleza, su nomadismo lírico integra los títulos: Preludio a la inmersión (1999), El monólogo de Homero (2007), El síndrome de Diógenes (2009), Transporte de animales vivos (2013), El hombre al que le zumban los oídos (2021) y Tanatografía (2021), obra que consiguió el XL Premio Leonor de Poesía. Una travesía sin fracturas que constata un nítido conocimiento del epicentro poético y una profunda conexión con los estratos líricos del presente, en plena crecida virtual.
Antes de compartir las señales que definen este panorama nominal, el estudio introductorio indaga sobre la naturaleza de las antologías y sus diferentes tipos. Las estructuras editoriales suelen alumbrar tres modelos: las antologías programáticas, las panorámicas o de carácter histórico y las que fusionan ambos enfoques con lindes difusas. El antólogo examina ejemplos concretos de las selecciones más recientes y concluye con un opinión sin apelaciones por su evidencia: “antologar es una labor ingrata porque, a ojos de todos, siempre sobra alguien y falta alguien”, una certeza antigua a la que, con permiso de la obviedad, añadimos otra coda: el criterio del editor que conforma la selección siempre está ahí, restando objetividad y apuntando al norte de sus propios gustos literarios.
La fluida navegación de novedades necesita ajuste de criterio y sumar alteridades preferentes de la muestra. La cosecha de nombres es plural; pretende mostrar las diversas líneas estéticas que conviven en los calendarios. Más allá del marbete “poesía joven” definido por la cronología está el vitalismo de la pulsión creadora que el antólogo atribuye, por ejemplo, a Francisco Ferrer Lerín, Antonio Gamoneda, Pere Gimferrer, Olvido García Valdés o Chantal Maillard, un listado de iconos sugerente y clarificador sobre la posición estética del editor.
Pero el gran acierto de la antología y su mejor aportación para convertir los contenidos en referentes del canon generacional del periodo es el análisis que se hace del devenir de cada seleccionado. Quién escribe está ahí por la propuesta crítica que generan los textos y su escenografía estética. A juicio del autor de La noche es un pájaro azul la corriente generacional conforma un delta de cinco grandes brazos: posvanguardismo, minimalismo o poesía de herencia silenciada, lírica figurativa, poesía de la conciencia crítica, y simbolismo y surrealismo. La clasificación condensa casi todas las propuestas y, además, asevera que las lindes entre sus practicantes son difusas y tienden a la hibridez. Los ejes compositivos parten de la búsqueda y de la idea de “escritura como tensión y exploración”. Lógicamente estos registros no nacen de la nada. Se buscan antecedentes y se estudian travesías biográficas que han dado solidez a etiquetas y fotos de grupo hasta fertilizar la singularidad potencial de cada escritura, los rasgos propios.
En el espacio múltiple de la antología figuran, como se ha dicho, veintitrés poetas y se nombran a otros escritores de relieve que amplían el marco cognitivo. Algunos son vértices centrales, con presencia consolidada en casi todas las antologías de los nacidos en los años ochenta y noventa. Es el caso de Ben Clark, Elena Medel, Martha Asunción Alonso, Berta García Faet, Pablo Fidalgo o Xaime Martínez. Acaso, también de David Leo y Ángela Segovia. Con propuestas rupturistas en el montaje formal o en temas y contenidos se añaden las travesías poéticas de María Salgado y Ángelo Nestore. La selección incluye también apuestas propias como Carlos Bueno Vera, Xu Xiaoxiao, Javier Fajarnés, Juan Ángel Asensio y Enrique Molina. Son nombres que demuestran el borrado de cualquier monopolio estético. Completan lista las voces emergentes de Lucía Boscà, Juan Bello, Ruth Llana, Carlos Catena, Rodrigo García Marina, Ismael Ramos y Laura Rodríguez Díaz.
La introspección lectora de José Antonio Llera deja en La noche es un pájaro azul una selecta aportación de poetas que conforma el sustrato esencial de las últimas promociones. Una realidad poética fragmentada y diversa en la que se percibe el globalismo que trasvasa influencias y afinidades sobre todo con la poesía emergente iberoamericana. El viaje lírico del presente deja un poblado andén de pasajeros a la espera de fértiles itinerarios. Deja constancia de la verdad poética del momento y armoniza con mano sabia el desorden, el variado lenguaje de una realidad cambiante, dispuesta a integrarse en la experiencia vital de la obra en marcha. El espacio reflexivo de La noche es un pájaro azul oferta la visión hospitalaria de una voz plural y un diálogo de conocimiento donde la poesía alza su arquitectura. José Antonio Llera impulsa un muestrario coral poliédrico; traza un mapa de encuadres dinámicos que abren horizontes y proyectan con luz la imagen visionaria del porvenir.