noviembre de 2024 - VIII Año

Bienvenidos al Hotel California

Bienvenidos al Hotel California
Don Henley, Glenn Frey & Don Felder

Hotel California, publicada en el álbum del mismo nombre por The Eagles en 1976, forma parte también de un recopilatorio que, curiosamente, superó en ventas hace escasos años al igualmente famoso Thriller de Michael Jackson, pasando a ocupar así la primera posición. Por otros motivos y sobre todo por este, ha dado pie a numerosas interpretaciones y controversias sobre el significado de su letra, explicaciones que nunca acaban de satisfacer del todo al público, ya que la historia que se cuenta crea tales expectativas que, cuando el autor intenta aclarar aspectos, deja a gran parte de la audiencia con una gran decepción y con una cierta actitud de negacionismo hacia las declaraciones de los miembros del grupo.

Y el caso es que la canción tiene un origen bastante curioso. Si tenemos en cuenta que el grupo compartió algunos momentos en giras unos años atrás con Jethro Tull, no cabe duda que conocían bien el tema We used to know del álbum Stand up de 1969, siendo el parecido, como mínimo, sospechoso. Basta iniciar la serie de acordes en Si menor y casi sale el tema que nos ocupa. Ian Anderson nunca llevó demanda alguna a la justicia, aunque sí declaró públicamente en varias ocasiones que le parecía un plagio; en cualquier caso, él lo ha considerado siempre más un “homenaje” que otra cosa, posiblemente porque siempre se refirió a The Eagles como un grupo de americanos buenecitos tocando música agradablemente campestre al lado de unis ingleses chiflados e irreverentes, siempre según palabras del genio escocés de Dunfermline, Fife.

Cuando el grupo se hallaba en el estudio de L.A. (dicen las malas lenguas), Don Henley recordó este tema que había grabado de forma rudimentaria en su casa de Malibu Beach. Llamó a su mujer y le pidió que pusiera la cinta en marcha y lo transmitiera por teléfono. A Felder y a Frey les pareció que el sonido tenía un tono demasiado aflamencado e hicieron las transformaciones oportunas para conseguir algo más cercano al público estadounidense hasta llegar al espectacular solo de tres guitarras que suena al final.

Aparte de la música hay, naturalmente, letra; y esa es la cuestión que ahora nos ocupa. Aquí está la original:

On a dark desert highway
Cool wind in my hair
Warm smell of colitas
Rising up through the air
Up ahead, in the distance
I saw a shimmering light
My head grew heavy and my sight grew dim
I had to stop for the night

There she stood, in the doorway
I heard the Mission bell
And I was thinking to myself
This could be heaven or this could be hell
Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor
I thought I heard them say

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
(Such a lovely place)
Such a lovely face
Plenty of room at the Hotel California
Any time of year
(Any time of year)
You can find it here

Her mind is Tiffany-twisted
She got the Mercedes-Benz
She got a lot of pretty, pretty boys
That she calls friends
How they dance in the courtyard
Sweet summer sweat
Some dance to remember
Some dance to forget

So I called up the captain
Please, bring me my wine
He said: We haven’t had that spirit here since
Nineteen sixty-nine
And, still, those voices are calling from far away
Wake you up in the middle of the night
Just to hear them say

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
(Such a lovely place)
Such a lovely face
They’re livin’ it up at the Hotel California
What a nice surprise
(What a nice surprise)
Bring your alibis

Mirrors on the ceiling
The pink champagne on ice
And she said: We are all just prisoners here
Of our own device
And in the master’s chambers
They gathered for the feast
They stab it with their steely knives

But they just can’t kill the beast

Last thing I remember
I was running for the door
I had to find the passage back
To the place I was before
Relax, said the night man
We are programmed to receive
You can check out any time you like
But you can never leave

Y aquí va es una posible traducción:

En una carretera oscura y desierta
Viento frío en mi pelo
Cálido olor a colillas de porro
Levantándose a través del aire
Más adelante, en la distancia
Vi una luz brillante
Mi cabeza se volvió pesada y mi vista se nubló
Tuve que detenerme por la noche

Allí estaba ella, de pie en la puerta
Escuché la campana de la misión
Y me estaba diciendo a mí mismo
Esto podría ser el cielo o podría ser el inferno
Entonces, ella encendió una vela y me mostró el camino
Había voces en el pasillo
Creo que las escuché decir

Bienvenido al Hotel California
Un lugar encantador
(Un lugar encantador)
Un rostro encantador
Hay habitaciones libres en el Hotel California
En cualquier época del año
(En cualquier época del año)
Puedes encontrarlas aquí

Ella está obsesionada con los diamantes de Tiffany
Y tiene un Mercedes-Benz
Ella tiene un montón de chicos muy hermosos
A los que llama amigos
Cómo bailan en el patio
Dulce sudor de verano
Algunos bailan para recordar
Otros bailan para olvidar

Así que llamé al encargado
Por favor, tráigame mi vino
Él dijo: No hemos tenido esa bebida aquí desde
Mil novecientos sesenta y nueve
Y las voces todavía hablan

Desde lejos
Te despiertan en medio de la noche
Solo para escucharlas decir

Bienvenido al Hotel California
Un lugar encantador
(Un lugar encantador)
Un rostro encantador
Ellos están disfrutando de la vida en el Hotel California
Qué agradable sorpresa
(Qué agradable sorpresa)
Trae tus excusas

Espejos en el techo
Champagne rosado en hielo
Y ella dijo: Todos somos prisioneros aquí
De nuestro propio dispositivo
Y en los aposentos del maestro
Se reunieron para el festín
Apuñalan con sus cuchillos de acero
Pero no pueden matar a la bestia

Lo último que recuerdo
Es que iba corriendo hacia la puerta
Tenía que encontrar el pasillo de regreso
Al lugar donde estaba antes
Tranquilo, dijo el recepcionista de noche
Estamos programados para recibir
Puedes liquidar tu cuenta cuando quieras
Pero no podrás irte nunca

La foto de la portada del disco no tiene ningún misterio. Corresponde al hotel Beverly Hills (conocido también como Pink Palace), situado en Sunset Boulevard, calle emblemática donde las haya y que, por cierto, alcanza una longitud cercana a los 60 Km, ya que llega hasta Malibu Beach. Las fotos de interior corresponden al Hotel Lido de Hollywood. Esa silueta que aparece en una de las ventanas que tanto ha dado que hablar debe pertenecer sin duda a una de las camareras de habitaciones que por allí andaba. Pero luego somos como somos y, aparte de interpretaciones fantasmales o extraterrestres, ¡no falta gente (diría que demasiada) en Los Ángeles que afirme conocerla! Por si esto fuera poco, en el interior del álbum aparece en una ventana un rostro que puede parecer un tanto tétrico, calvo y con barba puntiaguda que, por supuesto, es interpretado com el mismísimo anticristo por no pocas personas. En fin…

Las interpretaciones para dilucidar de qué va toda la historia han sido muy variopintas desde el lanzamiento del disco, ya que, al menos durante unos cuantos años, Henley y sus compañeros se negaron a dar explicaciones del tema. Por ese motivo, fueron apareciendo versiones inicialmente comedidas hasta llegar a verdaderos, a mi juicio, disparates que todavía hoy pueden verse por todos lados.

El tópico más recurrente es el que insiste en aspectos satánicos. Es sabido que en abril de 1966, Anton Szandor La Vey había fundado una supuesta iglesia satánica en California Avenue, San Francisco. De tal forma, se autoproclamó con el extraño título de “papa negro”, cosa nada original si tenemos en cuenta que así se ha llamado siempre al número uno de los jesuítas e incluso a un famoso torero. Según ese hilo, el grupo habría hecho un pacto satánico que les llevó a escribir la canción. En fin… (de nuevo).

Siguen aprovechando resquicios como “bestias que no mueren después de recibir un elevado número de puñaladas” o “recepcionistas nocturnos que no permiten abandonar el hotel”. Por si fuera poco, se afirma sin ningún rubor que cuando se pronuncia la frase  “This could be Heaven or this could be Hell” (“Esto puede ser el Cielo o puede ser el Infierno”), si se reproduce en sentido inverso, supuestamente se puede escuchar el siguiente mensaje: “Yeah, Satan. How he organized his own religion / Yeah, well he knows he should. How nice!” (“Sí, Satán. Cómo organizó su propia religión. Sí, él sabe bien que lo haría. ¡Qué maravilla!”). Absoluta falsedad, se reproduzca como se reproduzca, no se oye en ningún memento semejante cosa. Me permito recordar que el peligro que entraña poner un disco al revés es rayarlo cuando se trata de un querido vinilo.

Si estos “interpretadores” se ven acorralados, saltan a otra versión de los hechos (algo típico en teorías de la conspiración tan genialmente desmontadas por Umberto Eco entre otros). Suelen recurrir a decir que el hecho de no poder abandonar el lugar se refiere al hospital psiquiátrico estatal de Camarillo, situado entre Santa Bárbara y Los Ángeles y que muchas personas llamaban, dado su carácter público, Hotel California. Ese lugar cerró sus puertas en 1997.

Tampoco han faltado quienes, más prosaicos, han intentado aprovecharse del tirón comercial con ideas más lucrativas, lo que parece ser el caso de otro hotel del mismo nombre situado en la localidad de Todos Santos, en el estado mexicano de Baja California. Después se lanza el bulo de que The Eagles pasó allí una noche (reclamo turístico habitual en cualquier sitio) y a esperar resultados. No importa que ellos lo nieguen, como tampoco parece importar que ese lugar fuera totalmente reformado para intentar parecerse al de la portada ya en pleno siglo XXI.

Lo cierto es que todos los miembros del grupo, más tarde o más temprano, primero Henley, luego Frey y después el resto, no solo han desmentido todas y cada una de las anteriores teorías, sino que han ido, a retazos, dando la suya. El tema alude al consumo de drogas (cocaína según Frey, en general según Henley). De lo fácil y atractivo que resulta entrar en ese mundo y de lo difícil que es salir de él, algo bastante creíble si tenemos en cuenta que en esa época resultaría difícil encontrar músicos de rock que no hubieran experimentado con consumo de drogas en mayor o menor medida. También pueden verse alusiones a otros aspectos como la fama, el materialismo o la búsqueda de la verdad en una sociedad tan a menudo vacua y superficial. Y, ¿por qué no?, referencias metafóricas a la industria musical en una ciudad tan deshumanizada como Los Ángeles donde la búsqueda de la fama a toda cosa, la adicción a diferentes drogas, los excesos o la obsesión por la riqueza priman sobre los auténticos valores que nos humanizan. Esa pérdida de la inocencia, esa difuminación del sentido de la realidad, esa caída en la autodestrucción, son sin duda esos factores sociales de los que nos avisa esta canción.

Puede hablarse también de una especie de crepúsculo de los dioses, de un dejar de creer en el tan vendido sueño americano que insiste en que querer es poder, del materialismo que conduce a la trampa de la que no se puede escapar. Y puede cualquiera referirse a todo tipo de aspectos relacionados con el mundo tangible y evidente en el que vivimos . La cuestión está en la forma, y Glenn Frey lo dejó claro cuando explicó que estaban decididos a contar algo sencillo de forma extraña, solamente por ver si eran capaces de hacerlo. Pueden sentirse orgullosos porque es incuestionable que lo consiguieron. Él mismo cuenta haber estado muy influido por la novela El mago (John Fowles, 1965), que habla de una realidad muy dudosa en una isla griega.

Personalmente, mucho tiempo después de la publicación de Hotel California, percibo un cierto ambiente lynchiano en su letra. El gran David realizó sus mejores obras bastante después, es cierto, pero el ambiente que se describe puede llevarnos a la habitación roja de Twin Peaks, al paseo nocturno de Naomi Watts por Mulholland Drive (película maravillosa donde las haya) o a esos geniales planos de Laura Dern en Inland Empire. Claro que solo es una impresión pero, total, por una más…

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