noviembre de 2024 - VIII Año

‘Un día más con vida’ de Ryszard Kapuscinski

Anagrama, 2010

Hotel Tívoli. Luanda. El periodista polaco Ryszard Kapuscinski reportero de diversas causas y conflictos, contempla desde su habitación la bahía abierta al Atlántico. Son los últimos momentos de la Angola bajo dominio portugués. En la metrópoli ha triunfado la revolución de los claveles y se ha decretado la independencia de Angola a fecha fija. A la caída del gobierno de Marcelo Caetano, la Junta militar que toma el poder en Lisboa fija el 11 de noviembre de 1975 como el día clave para la entrega de la administración angoleña. Angola es el último escenario de la guerra fría. Los combates entre facciones que han desgarrado el territorio durante años, se aprestan a acceder al poder en la colonia.

Los partidarios del MPLA, la facción prosoviética, apoyada por fuerzas cubanas sobre el terreno, acabarán por hacerse con el poder frente a la UNITA, de orientación prochina y con apoyo sudafricano, y al FNLA de orientación occidental, singularmente americana. La ayuda cubana a los rebeldes ha servido, para andando el tiempo, alcanzar su independencia, y asimilar a las diferentes facciones que han disputado el territorio contra los portugueses durante muchos años.

En el Hotel, el periodista apura los momentos de su estancia en el país, esperando la llegada de los nuevos dirigentes. La ciudad agoniza en un flujo constante de personas que buscan la salida hacia la metrópoli, o hacia Brasil, otro de los destinos de los colonos. Aumenta la basura en las calles y se percibe una calma tensa en los arrabales. La gente busca la evacuación de la ciudad y empaqueta a toda prisa sus pertenencias en grandes cajas de madera con el fin de cargarlas en los barcos. En la periferia las mujeres machacan mandioca. Es buena parte de su vida. El resto partos y niños.

La ciudad, en medio de esos flujos, agoniza. Los rumores de venganza se agudizan. Las diversas facciones que han guerreado para hacerse con el poder buscan sacar la última ventaja antes de repartirse el dominio del territorio. Muchos esperan agazapados para cobrarse los despojos del país como un botín pendiente después de años de guerra colonial. No será fácil estabilizar el nuevo país. Entre tanto, en el puerto se amontonaban cantidades ingentes de cajas de madera con todo tipo de objetos amontonados para embarcar en medio de un calor sofocante.

En el hotel la variopinta población que lo habita espera en tensa calma los acontecimientos. El propio periodista deambulaba por la ciudad sin rumbo en medio de unas calles, en muchos casos, desiertas.

Incluso en medio de la tensa calma los rumores circulan profusamente.Se filtró la noticia de que los policías y los bomberos habían desaparecido y abandonado sus labores. Mientras tanto aquellos que no habían abandonado sus comercios o sus casas se aprestaban a la defensa pensando que los negros se dispondrían a asaltarlas. Lo que parecía cierto y no un rumor, eran las montañas de basura que se apilaban en las calles. El hedor cada día insoportable acaba filtrándose por las ventanas. La ciudad fue perdiendo pulso ante la desnutrición de servicios públicos, quedando expuesta como un indefenso e inerme esqueleto al sol.

El relato de este corresponsal sobre estos momentos constituyó su documento mas estimado. Sus años de reportero por muchos lugares acabó encontrando en Angula el motivo para pasar de cronista a escritor. Muchas de sus obras son libros de viajes de sus años de periodista por todo el mundo.

Sus visitas al frente relatan las relaciones entre las fuerzas del MPLA y sus incursiones sobre las tropas de Holden Roberto al norte que dirige el FNLA, en Caxito, a pocos kilómetros de la capital. Después de chequear el frente y grabar algunas entrevistas, vuelta a Luanda para conseguir los salvoconductos que le llevaran al frente sur en que los adversarios pertenecen al UNITA.

Todos los controles, relata el reportero, se pueden convertir en emboscadas que hay que sortear, donde la vida vale poco dinero y las esperas son interminables y decisivas, hasta que se produce el escrutinio mutuo entre tu presencia y la del vigilante del puesto. La forma de conducirse permite al reportero calibrar el riesgo del encuentro. Saber evaluar el peligro es determinante. Es solo la primera fase luego vienen las explicaciones, el salvoconducto y el diálogo final para poder seguir el viaje y quedar en libertad. Las esperas y comprobaciones son interminables. A veces los puestos son hospitalarios, otros hostiles. Luego seguir viaje, el paisaje, otras ciudad.Otro puesto. Las gentes no saben leer y escribir, es difícil el trato. En el viaje al sur entran en contacto con el frente. Se suma un equipo portugués de filmación. El mando les pone protección. Una muchacha llamada “Carlota” con vocación de enfermera cuando acabe la guerra se presta a protegerlos. Les comunican que murió después de abandonar la zona. Todos quedaron oscurecidos como la noche por ese desenlace. Vuelta al hotel a la hora del crepúsculo con el cansancio en las botas.

La obra de Kapuscinski en Angola se llevó a la pantalla en forma de cine de animación. El film que fue dirigido por Raúl de la Fuente y Damian Nenov ha sido de reciente estrenada en TVE.

El texto recoge las peripecias del autor en sus visitas al territorio para relatar la marcha de una guerra que dura muchos años y que dio al traste con el dominio portugués en África.

Es un reportero comprometido en la fidelidad a la hora de transmitir sus crónicas desde los diversos frentes del conflicto. Un movimiento en falso en los desplazamientos o simplemente un gesto equivocado en un control puede suponer la muerte. Su corazón vibra con el sentimiento humano, su sufrimiento y las vicisitudes de los protagonistas de este sangriento conflicto corren paralelas. No es indiferente a lo que observa. No es un espectador pasivo. Percibe con horror la muerte de la guía Carlota, en la incursión al Sur. El propio autor confiesa en su narración que no sabe escribir sobre gentes con las que no haya convivido. Su trabajo ha quedado como ejemplo de periodista memorable, siempre comprometido con su trabajo, llegando al límite, bajo el lema un día más con vida.

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