noviembre de 2024 - VIII Año

‘El jardinero de Ochákov’ de Andréi Kurkov

El jardinero de Ochákov
Andréi Kurkov
Blackie Books, 2019

Andréi Kurkov es un escritor ucraniano, aunque nacido en Leningrado, cuyas novelas han sido muy difundidas en numerosas lenguas. Tuvo diversos empleos, fue traductor de japones, lo que le permitió trabajar para el KGB, empleado de prisiones, y redactor de guiones para medios audiovisuales y televisión, simultaneando muchos de ellos con la labor de escritor.

Su estilo escueto y libre, con un punto de humor negro se encuentra impregnando, con frecuencia, su abundante literatura. Ha publicado 19 novelas, y diversos guiones, pero tan solo unas pocas han sido traducidas al español. Actualmente se encuentra en Ucrania en torno a su capital en lugar desconocido.

En este relato, la acción discurre en Irpín, ese municipio bombardeado próximo a la capital Kiev. Es un municipio con alquerías o casas de campo, donde discurre la acción. Una madre y un hijo aceptan a un forastero a que se acomode a vivir en un cobertizo anexo a la vivienda. a cambio de un modesto sueldo. Su labor es ayudarles en las tareas de jardinero. Al cabo de poco tiempo, el hijo, Ígor, acaba por aceptar una invitación de Stepan, el forastero, para viajar al sur, y visitar Ochákov, una localidad marítima, próxima a Odesa, lugar de origen de este.

Stepan desea volver, a pesar de su pasado turbulento, a su infancia y a la tierra donde se ha criado. Es un hombre maduro y los recuerdos de esa época le acucian. Los viajeros encuentran la casa del padre Stepan, donde indagando en la vivienda acaban por encontrar un falso tabique, y dispuestas y ocultas en su interior se hayan tres maletas. No las abren, esperan hacerlo a la vuelta en Irpín. Una vez vaciadas, además de dinero y joyas, se encuentra un uniforme de la milicia de los años 50.

El joven Ígor decide junto con un amigo ir a una fiesta de disfraces.  Para ese evento decide ponerse el uniforme de la milicia. Se emborracha y pierde el sentido, pero su amigo le cuenta al día siguiente el impacto y el éxito de la velada con su uniforme de 1957. Ígor repite su salida una noche después de aquel suceso. Toma unas copas previamente, y a la salida de su pueblo sufre una trasmutación, en medio de la noche que le sitúa en los años 50 apareciendo de nuevo inexplicablemente en Ochákov. Lo que sucede a continuación como en todas las salidas nocturnas en que viste el uniforme, son trasmutaciones en el tiempo y el espacio. Es un momento mágico, un juego de espejos de vuelta al pasado.

El autor nos coloca a través de esa ficción literaria ante el pasado de Ucrania cuando era un país del entorno de la URSS, parte integrante de la Rusia de postguerra. No hay que olvidar que cuando Kruschev gobernó en la URSS, siendo además secretario general del partido comunista, cedió a Ucrania la península de Crimea en 1954, hecho que pasó desapercibido entonces y que hoy es motivo de controversia. Su ascendiente ucraniano debió de jugar su papel en la cesión de ese territorio, que entonces se conceptuó como lugar de veraneo de la nomenclatura comunista.

Todo lo que ocurre como continuación del relato es un simple pretexto para que Andréi Kurkov evoque con ironía y con humor negro el pasado de su país, las costumbres de sus gentes y los acontecimientos locales de su tierra. Hay en su narración ciertos rasgos costumbristas con un fondo poético y teatral que marcan no solo la literatura propia, sino la de muchos escritores que han desplegado dentro del entorno eslavo su propio pasado. Quizá en las obras de Chejov se encuentre ese mismo sabor de nostalgia poética que se recogen en este y en otros relatos de sus obras. El relato es una invitación a hacer adaptaciones teatrales en medio de un entorno mágico.

En el desarrollo de la acción, la vida y andanzas de los personajes están al servicio de evocar detalles cotidianos de su propio pasado. No obstante, pese a la zozobra de algunos momentos de la narración, ésta concluirá al final razonablemente bien para los protagonistas.  El autor deja caer en ellos de manera sutil los móviles sociales de la sociedad comunista, y la de los actuales momentos de la Ucrania independiente, ligados muchos de ellos a obtener dinero por métodos mas o menos ilícitos.

En cualquier caso, el autor nos hace ver un pasado y un presente de contrastes en un país más grande que España en superficie, pero de similar población. Rico en agricultura y recursos naturales, alberga un pasado a sus espaldas tremendo. Se encuentran en su haber histórico, hambrunas, persecuciones, guerras civiles y la gran guerra patria. Sus gentes que han sufrido en el siglo XX lo indecible para sobrevivir, sin contar lo que se les ha venido encima, y que está de actualidad. Están sufriendo la proyección de ese pasado que se les refleja como una sombra, transformando todo lo acaecido en un presente demoledor. Es una factura que no merecen.

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