A Antonino Nieto Rodríguez su madre ‘lo nació’ en Verín (Ourense), él, que no ha nacido, dice que la cree, aunque a veces lo niega. Desde hace años reside en Madrid, aunque su trabajo como artista le ha llevado por numerosas ciudades, entre ellas Berlín donde vivió durante un tiempo. Figura reconocida e imprescindible de la literatura y el arte contemporáneo en nuestro país, es uno de los creadores más audaces del panorama cultural de las últimas décadas. Poeta, videoartista, descorchador de infinitos y breves respiraciones incalculables, Antonino Nieto Rodríguez ha creado numerosos espectáculos y rituales en los que aúna poesía, artes plásticas, circo, performance, orquestas sinfónicas, ballets, etc.
Antonino Nieto Rodríguez dirige ahora una iniciativa cultural ideada para todos aquellos que no pudieron despedirse como hubiesen querido de sus familiares fallecidos, por la pandemia u otros motivos, o desean volver a hacerlo, porque el ritual “Contrario a las agujas del reloj” es algo más, es una performance ideada para todos los que un día estuvieron vivos y hoy son invisibles. “Contrario a las agujas del reloj” quiere ser una celebración de la vida con los seres queridos que un día se fueron, tratando de hacernos regresar a un tiempo anterior y cuyo sentido cobra relevancia por el escenario en el que se representa: los cementerios. Se trata de un formato que se ha implantado ya con éxito en varios municipios de España (ver noticias en Rtve y en La Razón al final de la página).
Entreletras ha conversado con Antonino Nieto Rodríguez en el emblemático Café Comercial de Madrid sobre su poesía, su quehacer como artista y otras cuestiones de interés…. sus respuestas y reflexiones no les dejarán indiferentes.
-Eres poeta, fotógrafo, video-artista, filósofo,… un artista multidisciplinar o como te ha calificado la profesora Pilar Úcar, un caleidoscopio de facetas siempre relacionadas con el arte [“y guapo”, apostilla entre risas el entrevistado]. Entre todas estas labores, ¿qué lugar ocupa la poesía en tu extensa y reconocida trayectoria como artista y escritor?
-Ocupa el corazón, el centro, todo lo que he hecho y los proyectos que tengo siempre son en torno a la poesía, al poema. Yo cuando realizo un gran espectáculo o ritual siempre es un gran poema. Ahora, por ejemplo, en lo que estoy haciendo por los cementerios,“Contrario a las agujas del reloj”, soprano, barítono, actriz, bailarina, guionista y yo mismo es un gran poema, con los cánticos, los movimientos, las velas, los cirios, todo. Cuando monté otro gran espectáculo, como ‘Gloria de Vivaldi’ que estrené con la compañía de danza de Carmen Werner en Portugal, igualmente fue un gran poema. Los bailarines descendían desde los tejados, por las paredes de los edificios, con fuego, con lluvia artificial… con la orquesta y coro en directo…, como digo, otro gran poema. Cuando hago videoarte, lo mismo. El poema es el alma y todo lo demás es completar el poema, darle cuerpo y forma.
-Has escrito poesía desde siempre, tu primer poemario, Dibujos ausentes, se publicó en 2006…
-Sí, es un libro al que yo quiero mucho porque está dedicado a mi madre, a sus tetas y al alzhéimer. Fue un homenaje que le hice a mi madre, a quien tengo siempre presente. El día de su aniversario siempre hago una gran celebración con la familia, me gusta cantar, bailar en su honor,… Durante años el día de su cumpleaños la celebré con música en el cementerio.
-La gente que vio esa puesta en escena, por decir así, se sorprendería…
-Claro, llevaba un grupo de música desde la puerta del cementerio hasta la tumba. En la tumba ponía la tarta, la vela, interpretaba la sintonía del cumpleaños feliz, recitaba uno o dos poemas del libro Dibujos ausentes, después tomábamos una copa de champan, un trozo de tarta, bailábamos algunas piezas musicales, lanzábamos algunos fuegos artificiales y luego hacíamos el camino inverso hasta la puerta del cementerio. La gente que estaba en el cementerio, personas mayores que en algún caso habían conocido a mi madre, quedaban encantadas, se emocionaban e incluso participaban. Quise hacer esto porque mi madre era una festeira, le encantaba la fiesta,…
-¿Cómo dirías que ha evolucionado tu poesía desde ese primer libro publicado en 2006 hasta el más reciente, En el infinito no hay refugio? Y también tengo que preguntarte por esa pentalogía que estás escribiendo de la que hasta ahora solo se han publicado dos libros.
-Mi poesía bucea en lo inescrutable, en lo que subyace a lo visible. Nosotros somos el alma de lo invisible. Lo invisible es el cuerpo, lo contrario de lo que habitualmente nos cuentan. Mi poesía es indagar, descubrir eso que tapa, que oculta la verdad. Desenmascarar todas esas ataduras que conforman la verdad, revelar eso que está debajo, todo eso es lo que ha ido configurando la evolución de mi poesía. A medida que voy buceando más en ese submundo, voy comprendiendo más la realidad del mundo visible.
–En relación con la pentalogía citada llama la atención el orden, o deberíamos decir desorden, en el que se va publicando…
-Sí, se está publicando de una forma desordenada [comenta riendo Antonino Nieto Rodríguez]. Primero saqué el segundo de la serie, El ojo del abismo toma de la mano el arco iris, luego el tecero, En el infinito no hay refugio. El primer libro de esa pentalogía es Pasó por aquí la sombra de un ángel que escribí en 2001 y aún no se ha publicado. En aquella época vivía en Berlín, fue el año del atentado contra las Torres Gemelas. Ese momento fue la génesis de estos libros, motivado por desentrañar y bucear en ese mundo que da cuerpo y sostiene a lo visible, todo eso que se nos oculta, incluso lo que la palabra tapa. Recuerdo que a un gran amor le escribí un poema que más o menos terminaba diciendo: “…qué tapan tus palabras. ¿Tienes hambre? Aquí me tienes”.
-Sin duda, hay que felicitarte por los títulos de tus poemarios porque son verdaderamente atractivos. ¿Son títulos que surgen cuando el poemario está ya avanzado?
-Sí, normalmente sucede así. Cuando empiezo un poemario nuevo no tengo muy claro por donde va a ir, como va a ser, la mayoría de las veces no tengo el título y lo que suele ocurrir es que tras los primeros poemas, cuando ya estoy sumergido en la escritura, surge el título y entonces también aparece el libro, por donde va ir y el hilo conductor que va a guiar el poemario.
-Por el estudio que ha realizado Pilar Úcar de tu obra poética (muy notable, por cierto), conocemos que en tu poesía existen influencias que van desde Calderón y otros clásicos de nuestro Siglo de Oro, hasta Rosalía de Castro, sin olvidar a Machado, Jorge Guillén, etc. ¿Hay algún autor o autora que haya ejercido en ti mayor influencia?
-Como digo siempre que no he nacido y soy extraterrestre, entre otras cosas, y que soy visible porque soy un fantasma perfecto, puedo decir que en mí hay mil en uno. Todos esos autores y autoras están en mi poesía, también me encanta Rilke, Valente, Lord Byron y en especial su poema Caín, o Spinoza que en algún momento fue yo. Tengo todas esas influencias porque es la herencia que uno lleva consigo. Uno no parte de cero. Todos aquellos que han sido nacidos dicen que tienen una edad, pero realmente a qué edad te nacieron. Son muchas las cosas que llevamos dentro de nosotros, otras las vamos conociendo según avanzamos e igualmente se nos muestran caminos que cada uno elige o no. Todo ese sustrato forma parte de cada uno de nosotros.
Para mí la felicidad está en celebrarse continuamente en todo aquello que uno hace.
–Tu poesía tiene una parte trascendental, metafísica, un discurso poético que elaboras desde distintos ángulos, pero también una visión crítica de la sociedad, donde surgen temas muy diversos en los que encontramos al Antonino Nieto Rodríguez ciudadano inmerso en un mundo en permanente transformación…
-Eso que llaman progreso ha conseguido varias cosas absolutamente extraordinarias. Aquello que nos contaron sobre que el trabajo era un castigo divino, ahora resulta que es un premio. Desde los años ochenta del siglo pasado se han ido invirtiendo bastantes cuestiones. Ahora vemos a personas ganándose la vida por las calles de la ciudad repartiendo mercancías en bicicleta con una gran mochila a la espalda, los sueldos cada vez son más bajos, hay muchos trabajadores pobres, … y los que más tienen son cada vez más ricos. Los ciudadanos somos la renta de los nuevos señores feudales.
–¿Crees que afecta lo que comentas al concepto mismo de libertad?
-En efecto, el problema es que nosotros somos nuestros propios verdugos. Ahora parece que cuantas más cadenas nos imponen más libres somos, es una paradoja. Creo que hay demasiadas leyes o normas que coartan la libertad. Ahora te dan la verdad revelada y nos limitamos a reproducir esa verdad… pues no, yo pienso, hablo, soy un ciudadano y no soy renta de nadie. Tengo mi propia singularidad, siempre desde el respeto a la igualdad de derechos para todo el mundo. Eso es lo que nos permite vivir y no ser siervos.
–Aquel eslogan del mítico Mayo del 68 francés, ‘prohibido prohibir’, parece que ha caído en el olvido…
-Bueno, ahora tenemos el algoritmo u otras cuestiones que no analizamos con suficiente espíritu crítico, como las nuevas criptomonedas. Nos venden estas tecnologías como una bendita liberación, cuando puede ser todo lo contrario. Más bien la esclavitud. Los que nos vacían el bolsillo de dinero físico nos dan otra gran moneda, el miedo. Miedo a todo y por todas partes. Y nos inoculan una nueva conciencia, el algoritmo que ya está prácticamente en todas partes, menos en los semáforos y en las leyes [apunta Nieto Rodríguez con ironía]. Todo lo que se nos trata de imponer hay que analizarlo con cuidado. La transparencia, por ejemplo, puede estar muy bien, pero también puede ser la tapadera para imponernos un pensamiento único. Otras cuestiones, como el Metaverso o el Transhumanismo, pueden terminar por convertir en reliquias nuestra capacidad de pensar y la libertad individual de las personas. Hay demasiados eslóganes, publicidad y mucho vestuario falso.
–Hoy vivimos en la sociedad del vértigo. Esta afirmación es del poeta uruguayo Jorge Arbeleche al que tuve la oportunidad de entrevistar hace unos años. ¿Qué opinas sobre ello?
-Claro. En la sociedad analógica existía el tiempo. En la sociedad digital el tiempo desaparece porque la respuesta se adelanta a la pregunta. Ahí está para corroborarlo el espía que llevábamos en el bolsillo [señala riendo al teléfono móvil]. De ese modo, ya no vivimos en el tiempo, vivimos en el vértigo.
–Hay un pilar de tu poesía y producción artística que no pasa inadvertido, el amor.
-El amor es fundamental. La columna que sostiene mi poesía es el amor, es mi alimento, lo que me permite tirar, andar, dar dos pasos cada día. El amor es lo que queda del aire agotado el oxígeno. Ese temblor repentino, cuando ves a la amada, a ella,… es algo esencial.
–De todas formas, eres una persona de una gran generosidad. El elogio no es gratuito. No hay más que ver esas magníficas antologías que has venido elaborando en los últimos años, nueve libros en los que reúnes a numerosos poetas actuales. Un trabajo arduo y espléndido. Y todas ellas dedicadas al amor desde diferentes perspectivas…
-Sí, llevan mucho trabajo, pero me encantan. Para mí esas antologías son una fiesta, contar con tantos y tantas poetas, dramaturgos, escritores,.. me encanta. Es transformar el trabajo en celebración. En las presentaciones, como sabes, ponemos música, cánticos, hay danza,… En cuanto las cosas se normalicen un poco más quisiera preparar la décima.
–En tu poesía emerge también la ironía, un humor inteligente… ¿el humor es fundamental en todo lo que haces?
-Es fundamentalísimo, sobre todo para resistir y tirar para adelante. Con el humor puedes decir cualquier cosa. Si lo dices con humor, ironía y un saber estar, puedes decir lo que sea sin herir a nadie. No se trata de molestar, pero sí expresar lo que uno desea decir desde el respeto. La ironía y el humor conforman los elementos que te permiten hacer eso, y si lo haces con la danza todavía mejor. Me encanta la danza. En todos mis espectáculos y rituales está presente.
–Galicia. ¿Qué influencia tiene la cultura y el folklore gallego en tu obra y en tu vida?
-Mi madre me dijo que me había nacido en Galicia, yo la creo [ríe]. En Galicia lo he pasado siempre muy bien. Las tradiciones, la gastronomía, la fiesta,… es algo que me atrae muchísimo. Allí enseguida puede surgir la fiesta y eso está muy bien, debemos celebrar la vida minuto a minuto.
–¿Crees que estamos aquí para encontrar la felicidad, tiene sentido buscarla? Y de ser así, ¿la poesía puede ser una herramienta para hallar esa ansiada felicidad?
-Yo creo que sí. Por lo menos ese es mi empeño y mi alegría. Yo me enamoro y me anclo en el amor para ser feliz, para celebrarme en la felicidad. Lo otro para qué. Si no hay felicidad, si estamos en el dolor, la miseria y la muerte,…no vale la pena. Contra la muerte y lo que ella trae, absolutamente todo. Incluida, por supuesto, la poesía. ¡Viva la vida como lugar y espacio para celebrarnos!. Tengo un poema en el que escribí: no creo, celebro, porque para mí esto no es cuestión de credos. Hay que celebrar todo aquello que haces. Para mí la felicidad está en celebrarse continuamente en todo aquello que uno hace.
El ritual ‘Contrario a las agujas del reloj‘ dirigido por Antonino Nieto Rodríguez en el diario La Razón y en Rtve